Errol Flynn

Errol Flyn

Recientemente se estrena en España la película ‘The last of Robin Hood’, protagonizada por Kevin Kline, Dakota Fanning y Susan Sarandon. La película narra los últimos días de vida de Errol Flynn y parece, por tanto, un buen momento para recordar a este inigualable personaje. Sí señor, Errol Flynn: el hombre del cual Marilyn Monroe dijo que podía tocar el piano con once dedos.

Errol Leslie Thomson Flynn nació el 20 de junio de 1909 en Tasmania y fallecería el 14 de octubre de 1959 en Canadá. Su padre fué el célebre biólogo irlandés Theodore Thomson Flynn, que sobreviviría a su hijo casi una década.

Lo cierto es que Errol fue un viva la virgen incapaz de rechazar una pelea, una mujer hermosa o una botella de vino. De sí mismo dijo: «en todo el mundo se me identificó como el playboy de Occidente. Ése era yo. Un símbolo fálico universal».

Su primera aventura la tuvo bastante pronto. Perdió la virginidad a los 12 años, con su sirvienta (que fue rápidamente despedida después de aquello). El pequeño Errol siempre se distinguió por su falta total de disciplina, y fue expulsado de todos los colegios a los que acudió, tanto en Australia como en Gran Bretaña.

El primero de los muchos empleos del muchacho fue el de tenista profesional. En 1926 conquistó la Copa Davis jr. y en 1928 representó a Australia en los juegos olímpicos de Amsterdam. Poco después decidió dedicarse a recorrer mundo en busca de oro. No encontró absolutamente nada, y contrajo una abultada deuda que tuvo que subsanar aceptando los más absurdos empleos.

Durante sus aventuras, Flynn tuvo que ejercer innumerables profesiones, entre ellas pescador, supervisor de una plantación de tabaco en Nueva Guinea, boxeador o capador de reses (según cuentan, capándolas con los dientes). Más adelante, intenta probar suerte con la minería de diamantes, pero sólo consiguió contraer un tipo de malaria crónica, que le perseguiría toda la vida.

La primera película en la que aparece es la producción australiana ‘In the wake of the Bounty’, de 1933, en la que interpretaba al mítico Fletcher Christian. Su versión del personaje precedería a la de Clark Gable en dos años. Merece la pena aclarar que el propio Errol descendía de uno de los amotinados de la Bounty, lo cual es, como mínimo, curioso.

El caso es que este trabajo agradó tanto al Errol que decidió mejorar su capacidad interpretativa y por ello se enroló en la compañía británica Northampton Repertory. Poco después llegaría a las costas de california.

«Os podéis meter este sitio donde el mono metió los cocos», dijo a los magnates de Hollywood, «porque yo me he sacado solo las castañas del fuego en los lugares más duros».

Afortunadamente, los productores no se metieron los cocos en ningún sitio y, de hecho, Warner contrató a Errol en el año 1935. Allí protagonizaría el ‘Capitán Blood’ (1935), sustituyendo a Robert Donat. Este film de piratas marcó el comienzo de una carrera llena de éxitos.

Capitan Blood

Capitan Blood

Así conocería al director Michael Curtiz (al cual siempre mantuvo un odio profundo) y a la actriz Olivia de Havilland (con la cual mantendría una especie de romance platónico que duraría hasta el final de su vida).

«La mayoría de las acrobacias que la gente veía en mis películas de acción», comenta el actor en su biografía, «puedo decirlo sin faltar a la verdad, las hice yo. He librado duelos a espada sobre parapetos, he montado caballos sobre barreras altas y barrancos profundos, he luchado con indios que eran especialistas duros y reales; todos muy buena gente. En ‘Robin de los bosques’ hice todas mis acrobacias. Maldita sea, me decía, yo no quiero ser un farsante.»

Errol Flynn contrajo matrimonio por primera vez en junio de 1935 con la actriz Lili Damita que, por cierto, había estado casada anteriormente con el propio Curtiz. El enlace duró hasta 1942.

La relación con Lili fué, como poco, tormentosa. Ella amenazó varias veces con suicidarse y, al final, logró quedarse con la casa de Flynn. Juntos tuvieron a Sean Flynn, actor sin fortuna (‘El hijo del Capitan Blood’, ‘El signo del zorro’) y fotógrafo durante la guerra de Vietnam. La mala suerte hizo que fuera capturado por la guerrilla camboyana en 1970. Se cree que fué ejecutado al año siguiente. Un historia triste. Pero volvamos con su padre.

Al parecer, los últimos años de matrimonio con Damita eran lo bastante duros para Errol como para que este quisiera huir… ¿y a donde huyó? ¡Pues a la guerra civil española, por supuesto! En 1937 se entrevistó con los líderes del bando republicano, pero tuvo que regresar tras ser herido por un obús en el frente de Madrid. Con él vino un fotógrafo que era espía alemán y sacaba fotos de los brigadistas para pasárselas a las SS. El bueno de Errol no tenía la menor idea de la curiosa afición de su amigo y, de saberlo, seguro que le habría dado un buen puñetazo. Por desgracia, este hecho ha llevado a algún autor de tercera a creer que el actor era simpatizante de los Nazis, lo cual no es sólo insultante, sino también una estupidez sin fundamento alguno.

En los años 30, el héroe brillaría en clásicos como ‘El príncipe y el mendigo’ (1937), ‘La escuadrilla del amanecer’ (1938) de Edmund Goulding, ‘Las hermanas’ (1938) de Anatole Litvak o ‘Murieron con las botas puestas’ (1941) de Raoul Walsh. Pero sus mejores papeles los interpretaría en las colosales aventuras dirigidas por Michael Curtiz: ‘La carga de la brigada ligera’ (1936), ‘Robin Hood’ (1938), ‘La vida privada de Elizabeth Ay Essex’ (1939), ‘Dodge, ciudad sin ley’ (1939) y ‘El halcón del mar’ (1940).

Errol Flynn

Durante su etapa de mayor popularidad, Flynn llevaba a todas partes una nariz falsa para sentarse «a leer en cualquier parte».

Amigo de las juergas, las dos grandes aficiones del actor fueron la bebida y el sexo: «Me gusta el whisky viejo y las mujeres jóvenes». Probó el opio, la marihuana y todo tipo de afrodisiacos, «en especial la cocaína untada en la punta del pene». En cuanto al alcohol llegó a inyectar vodka en naranjas para consumirlo en el plató sin que pudieran recriminarle su adicción.

Por lo que respecta al sexo, fueron famosos sus constantes amoríos y sus juicios por violaciones, siendo el más célebre el llevado a cabo en 1942. Fue acusado por las jovencísimas Betty Hansen y Peggy Satterlee, pero quedó absuelto tras un largo proceso. Curiosamente, durante el juicio, Errol conocería a su segunda esposa: Nora Eddington, que, por entonces, era funcionaria. Se casarían en 1943, pero se divorciarian en 1948, a tiempo para que la muchacha hiciera un cameo en el clásico ‘El burlador de Castilla’ de Vincetn Sherman. Juntos tuvieron dos hijas, Deirdre y Rory.

Otra de sus frases: «el concepto cristiano de monogamia es, para mí, una deformación de la naturaleza humana. Nunca ha funcionado y nunca funcionará.» Existen muchos rumores sobre la bisexualidad del actor e incluso se le ha emparejado con los actores Ross Alexander y Tyrone Power. Sin embargo, no parece que Errol Flynn tuviera mucho interés en el sexo con otros hombres y los testimonios que dicen lo contrario son, como mínimo, dudosos.

Sí fue muy amigo del magnate Howard Hughes (con quien compartía muchas de las fiestas privadas) y de L. Ron Hubbard, creador de la cienciología. En 1942 Flynn pagó el entierro de su amigo John Barrymore, pero Raoul Walsh robó el cuerpo del fallecido en mitad del velatorio para poder irse a casa de Errol a tomar unos copas.

El hecho que destrozó la carrera de Errol fue que no pudiese asistir a la Segunda Guerra Mundial, debido a problemas de salud. Se le declaró como «no apto» por un amplio margen, lo cual, conociendo sus excesos, no parece nada raro. Al salir esto a la luz, afectó muy negativamente a su imagen de héroe imbatible. De hecho, en la película de boxeo ‘Gentleman Jim’ (1942) de nuevo con Walsh, casi sufre un ataque al corazón por empeñarse en rodar él mismo las escenas del combate.

Más tarde rodaría ‘Al filo de la oscuridad’ (1943) y ‘Objetivo Birmania’ (1945), ambas terribles fracasos comerciales. Cuando volvió a la aventura histórica, con  ‘El burlador de Castilla’ (1948) no tuvo mucho más éxito, aunque en mi opinión, esta es una de sus mejores películas (especialmente recomendable disfrutar de su versión original, ‘Adventures of Don Juan’).

Objectivo Birmania

Objectivo Birmania

Aunque Errol Flynn era relativamente joven, sus adicciones a las drogas y el alcohol le habían hecho envejecer a un ritmo aceleradísimo. En los años 50 su memoria flaqueaba y siempre parecía cansado. Hizo algunos filmes mediocres como ‘Kim de la India’ (1950) de Victor Saville, ‘La Isla De Los Corsarios’ (1952) de George Sherman, o ‘El Señor De Balantry’ (1953) de William Keighley.

Poco después, Errol abandonaría Hollywood para probar fortuna en varias producciones europeas que tampoco consiguieron el éxito esperado. En ‘The dark avenger’ de 1955, al parecer, hirió a Christopher Lee en la mano. Por último, dejaría ‘The Story of William Tell’ sin acabar y debiendo nada menos que nueve millones de liras.

Harto del cine decidió recorrer el mundo con su velero Zaca (que había sido utilizado por Orson Welles para ‘La dama de Shangai’).

Después de un largo paseo, Errol Flynn volvió a Hollywood consiguiendo excelentes críticas con la adaptación de Ernest Hemingway ‘Fiesta’ (1957) o ‘Las raíces del cielo’ (1958) de John Huston. Su última película sería ‘Cuban Rebel Girls’ (1959), un alegato pro-castrista escrito, coproducido y narrado por él mismo. Y es que, al aprecer, Errol disfrutó enormemente de su estancia en Cuba, hasta el punto de considerar a Fidel Castro un amigo personal.

Fiesta

Fiesta

Flynn contrajo matrimonio por tercera vez en 1950 con la actriz Patrice Wymore, con la que tendría otra hija, Arnella. Aunque casado, Errol mantenía un romance con una jovencita llamada Beverly Aadland. La relación continuó hasta su muerte, ocurrida a causa de un ataque al corazón. Errol tenía 50 años pero su cuerpo parecía el de un hombre de 70. Al parecer, tenía cáncer de garganta y cirrosis.

Aquí terminan las aventuras del gran Errol Leslie Thompson Flynn. Según cuenta la leyenda, sus amigos metieron en el ataúd seis botellas de whisky, para que, al igual que los faraones del antiguo Egipto, pudiese continuar la juerga en el más allá.

Errol Flynn escribiría una muy interesante autobiografía (que se publicó póstumamente) bajo el título de ‘My wicked, wicked ways’ (en España, ‘Aventuras de un vividor’). El primer capítulo se llama, obviamente ‘El diablo de Tasmania’.

Un hombre que, como cantaba Frank Sinatra, vivió «a su manera».

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Enrique Dueñas

Enrique Dueñas , escritor y guionista, aficionado al género fantástico y la tarta de queso.

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