Desaparecida (Spoorloos, 1988), de George Sluizer – Crítica

Desaparecida

Desaparecida sustituye los elementos espeluznantes, violentos e impulsivos que se esperan de este tipo de historias por la meticulosidad, el rigor, lo desenfadado y lo racional.

Una de las pequeñas joyas que se puede disfrutar en el catálogo de Filmin es Desaparecida (Spoorloos), película holandesa dirigida por George Sluizer. Una pareja, con motivo del Tour de Francia, hace un viaje por carretera por el país galo, pero al detenerse en una gasolinera, la joven desaparece ante la incredulidad de su novio.

Parte de la genialidad de Sluizer y del guion de Tim Krabbé es que el enfoque que le dan al misterio es discreto, rehuyendo del sensacionalismo típico de este tipo de creaciones, e impregnándolo todo de una capa de humor negro que funciona a la perfección. El film, además de no esconder la identidad del secuestrador –algo habitual–, ofrece al espectador los preámbulos del secuestro de forma desenfadada, optando más por el relato realista, casi cotidiano, que por algo más intrigante o melodramático.

Nada de esto impide que Desaparecida esté llena de detalles fascinantes y que cuente con algunas pinceladas filosóficas –entro en spoilers–. Funciona bien la idea de que el secuestrador salvó la vida a alguien, pero cree que para ser un héroe de verdad también tiene que ser capaz de hacer algo inimaginablemente malo; de ahí que rapte a la chica. Se sitúa a sí mismo en una posición casi Nietzscheana en la que tiene que abarcar las dos polaridades para satisfacer su concepto de heroicidad. Esto dota al secuestrador de una moralidad y una inteligencia peculiares y evita que el espectador lo tache directamente de loco.

Desaparecida esté llena de detalles fascinantes y cuenta con algunas pinceladas filosóficas.

En una línea similar, creo que es especialmente interesante la racionalización extrema que se hace del secuestro. Cómo un suceso trágico, al ser explicado lógicamente y con humor, llega a ser incluso comprensible y a generar cierta empatía. Esencialmente, Desaparecida sustituye los elementos espeluznantes, violentos e impulsivos que se esperan de este tipo de historias por la meticulosidad, el rigor, lo desenfadado y lo racional, dando un punto de vista original a un relato que a priori puede parecer convencional.

Aunque no todo son aciertos. El momento en el que le pone el cloroformo en la cara a la chica es poco creíble, ya que hay gente alrededor por todas partes y es difícil creer que nadie lo viera –supongo que Sluizer quiere mostrar que eso puede ocurrir hasta en un lugar concurrido–. El final tampoco me pareció satisfactorio, con una resolución un tanto apática, que supuestamente relaciona los ataúdes con la claustrofobia del secuestrador. Puede funcionar porque contradice el lado racional del secuestrador, mostrando que todo responde a fuerzas irracionales, pero me faltó impacto y algo que estuviera a la altura intelectual del desarrollo. A pesar de esto último, no cabe duda de que Desaparecida es una obra que merece la pena ver. No ofrece fuegos artificiales ni colores brillantes en el cielo; hace justo lo contrario, apaga las luces de la ciudad y te permite ver las estrellas con mayor claridad. Un placer que quizá sólo unos pocos sepan apreciar.


Sinopsis Rex y Saskia son una pareja de holandeses de vacaciones en Francia. En una gasolinera, Saskia desaparece sin dejar rastro.
País Países Bajos
Dirección George Sluizer
Guion Tim Krabbé
Música Henny Vrienten
Fotografía Toni Kuhn
Reparto Bernard-Pierre Donnadieu, Gene Bervoets, Johanna ter Steege, Gwen Eckhaus, Bernardette Le Saché, Tania Latarjet, Lucille Glenn
Género Thriller
Duración 106 min.
Año 1988
Título original Spoorloos

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Jaime Fa de Lucas

Graduado en Estudios Ingleses y con un Máster en Estudios Literarios, es actualmente redactor jefe de cine en Culturamas y traductor y gestor de contenidos en FilmAffinity. Apasionado de la literatura, el cine y la música, tanto a nivel crítico como creativo.

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