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Arroz para vivir: análisis de la película Arroz Amargo (1949)

Arroz Amargo

Arroz amargo es una de las películas clásicas que, una vez vista, nunca se olvida. El director italiano Giuseppe de Santis consiguió con este filme hacer renacer un deseo cinematográfico donde las mujeres tienen mayor protagonismo que los hombres. Así, consigue modernizar la sexualidad, alcanzando un extremo casi inhóspito en el cine. Sin embargo, es mucho más que un diálogo de lo erótico porque su trasfondo social se cuela en la vida cotidiana de personas que nunca han sido protagonistas. De esta manera, el público puede empatizar con la historia fácilmente.

Para acercarnos a este filme es necesario recordar una de sus frases cumbres: – ¡Ya me lo contarás cuando te digan!… Aquí tienes la paga y el arroz pero te damos cinco kilos menos porque ha llovido y has estado cinco días mano sobre mano. Aquí no estamos gente rica a la que se puede robar, han trabajado como bestias semana tras semana, nadie regala nada sólo tienen el arroz – exclama un personaje desesperado. Entramos de lleno en el Neorrealismo italiano que reproduce una sociedad en su mayoría obrera y con pocos recursos.


Arroz Amargo

¿Es imprescindible que se hagan películas sociales?

Una parte del séptimo arte debe ser un espejo de la realidad y la otra debe de comer de la ficción. El cine siempre debe ser testimonio de la Historia porque es un reflejo para comprendernos mejor dando pistas del lugar y de la composición de nuestra realidad.

El Neorrealismo cinematográfico nació para denunciar las injusticias y está más próximo a la película documental. Así, el cine se convirtió también en información de lo que realmente eran problemas. Arroz amargo es el ejemplo de denuncia social al mostrarnos las penurias de los trabajadores: – Nos contrata el ministerio del trabajo pero todos los años cogen más de la cuenta – avisa una arrocera a una desempleada. Unos minutos después dice un encargado del arrozal: – Tu prima ya sabe que nos quedamos con un tanto por ciento de la paga. La cárcel la ha inventado alguien que nunca ha estado en ella, no sirven de nada, la prisión no ha ayudado a nadie -. Arroz amargo es una obra innovadora, teniendo un discurso que hoy en día se considera progresista, puesto que habla sobre las desigualdades del trabajo. Sin embargo, sólo es el contexto de la película porque ella, la protagonista, quiere subsistir dentro de un caos insalvable.

Los protagonistas no son héroes ni antihéroes. El director les dio una imagen de realismo cercana a la sociedad. Por esta razón, es una película de personas de carne y hueso sin ningún elemento fantástico y novelesco y a la vez nos conciencia sobre el poco trabajo que siempre ha habido: – Podremos recorrer todos los arrozales pero sería inútil porque es demasiado tarde para encontrar trabajo –  se sinceran las trabajadoras clandestinas.


¿El cine puede reflejar y denunciar la realidad?

Los directores comprometidos siempre han utilizado este medio para alzar sus voces contra la opresión. Uno de ellos es el italiano Giuseppe De Santis, el director de Arroz amargo, y una figura destacada del Neorrealismo cinematográfico. A pesar de esto, no es un director mundialmente conocido. ¿Por qué Arroz amargo es un clásico? Para ello tendremos que detenernos en su argumento.

Walter (Vittorio Gassman) y Francesca (Doris Dowling) son una pareja sentimental de contrabandistas que acaban de robar un collar muy valioso en un hotel. Para ocultarse Francesca se cuela entre unas trabajadoras del arroz. Allí conoce a Silvana (Silvana Mangano), una trabajadora y a Marco (Raf Vallone), un sargento a punto de licenciarse. A partir de ese momento los cuatro personajes inician una historia de codicia, deseo y supervivencia en un entorno obrero y caótico con un final crudo pero esperanzador.

El elenco de Arroz amargo está lleno de maestros de la interpretación. Las mujeres tienen mucho carácter y los hombres luchan contra ellos mismos. Los personajes se muestran ante la cámara con una naturalidad pasmosa descubriendo así que el cine puede ser un salvavidas para nosotros.

 Pero también hay un discurso que nos obliga a recapacitar sobre nuestros errores: – En América todo es eléctrico incluso la silla eléctrica –. Es una crítica sobre la pena de muerte. U otro momento cuando los personajes dialogan sobre el collar robado: – Es como si no valiese nada. Debe de tenerlo escondido, si lo vende la arrastrarán, aunque el objeto sea muy valioso puede ser la causa de nuestra desgracia -.


¿El cine nos advierte de nuestros errores?

Arroz amargo nos zambulle en la vida del obrero: – Lo importante es llevar arroz a casa tenemos que conseguirlo porque estamos aquí para trabajar no para robar –.  La película no deja a un lado la codicia pero la que nos muestra es una codicia individualista. Cada personaje por secundario que sea codicia algo así. De este modo, el director dibuja un mapa de deseos de todo tipo.

Pero, ¿las personas tienen derecho a codiciar? Giuseppe de Santis nos muestra que no todo el mundo tiene un comportamiento racional porque actúa rozando el egoísmo. Los cuatro protagonistas quieren alcanzar un deseo muy material y los trabajadores actúan sin mirar al prójimo.

Desde el primer momento conocemos el collar robado pero esa joya tiene, para cada uno, un deseo distinto y al final de todo conocemos que el objeto preciado es la meta para llevarnos a lo que verdaderamente quieren.

En Arroz amargo la honradez es una decadencia y sólo el personaje del militar quiere llegar a serlo, aunque también tenga un toque codicioso. El público hace un viaje en su transformación que se visualiza en cada secuencia.


Conclusión

En definitiva, esta película no deja de ser camaleónica con diferentes lecturas y con sabios consejos: – Conoces un proverbio árabe que dice por qué hablas si puedes estar callado –. Por desgracia, esta película no es un clásico que sea recordado en la actualidad, aunque se encuadra en la categoría de obra maestra. Un canto al trabajo que sigue estando de actualidad.

Sí hay que defender a Arroz amargo en un juicio filosófico diré que su discurso está entre el documental sobre trabajadores arroceros y una historia que pasa del amor a la codicia hilando muy fino. Pero, ¿por qué es imprescindible Arroz amargo? Han pasado setenta años de su estreno y las conductas son todavía un calco de lo que sucede y cuando una obra de arte sigue viviendo setenta años después de su estreno es que todavía tiene mucho que contar.


Sinopsis Perseguida por la policía, la cómplice de un ladrón se une a un grupo de jornaleras que se dirigen a las plantaciones de arroz del valle del Po.
País Italia
Dirección Giuseppe De Santis
Guion Carlo Lizzani, Gianni Puccini, Giuseppe De Santis, Corrado Alvaro, Ivo Perilli
Música Goffredo Petrassi
Fotografía Otello Martelli
Reparto Silvana Mangano, Vittorio Gassman, Doris Dowling, Raf Vallone, Checco Rissone, Adriana Sivieri, Lia Corelli, Maria Grazia Francia, Dedi Ristori, Anna Maestri
Género Drama
Duración 108 min.
Año 1949
Título original Riso amaro

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