Tarantino afirmaba que igual que Roma (2018) fue una historia construida desde la memoria de Alfonso Cuarón, esta película se erige desde los recuerdos de su infancia en Los Ángeles.

La novena -y penúltima- de Tarantino ha levantado revuelo, en parte por su duración y por rezumar un estilo más moderado que títulos anteriores, un tono más cercano quizás a Jackie Brown (1997). Aunque hay aspectos que deben reconocerse, como el carisma y la química de Brad Pitt y Leonardo Di Caprio. Además de ser una historia bien hilada, con un esperado final lleno de fuegos artificiales.

¿Es una carta de amor al séptimo arte, como ha concluido la crítica especializada? Sí, pero no puede considerarse un cine accesible a todos los públicos, y no por límite de edad recomendada -que también- sino por la incapacidad de quienes no sean estadounidenses de entender al completo lo que se ve en pantalla. Por ello se puede simpatizar con la gente que se ha aburrido, sobre todo durante esa primera hora y pico de presentación de personajes. Porque, en parte, bebe de un contexto social y cultural del que somos ajenos -con referencias a FBI (1965), Tres en el ático (1968), El avispón verde (1966) o Hullabaloo (1965), por ejemplo-.

Tarantino tiene una forma especial de contar esta historia, desarrollada con mucho mimo. El gran valor de esta película es la construcción narrativa y la capacidad de entrelazar tramas, escenarios y contextos detalladamente; cocinando la historia a fuego lento para que se aprecien todos los sabores. Así invoca la historia como un caleidoscopio de personajes e historias desde una visión nostálgica. 

El propio director afirmaba que igual que Roma (2018) fue una historia construida desde la memoria de Alfonso Cuarón, esta película se erige desde los recuerdos de su infancia en Los Ángeles. Una visión dorada e idealizada de los 60, como la de Cecil Beaton sobre la Belle Epoque para la producción de My Fair Lady (1964). 

Se muestra el movimiento hippy y las sectas, el impacto en el cine de la llegada del hombre a la Luna, el auge de los spaguetti western, aparecen figuras de la época como Bruce Lee, Charles Manson o Roman Polanski. En la radio el locutor habla sobre los comunistas, la guerra de Vietnam o El Show de Bill Cosby (1969). Un imaginario utópico de la época cuando en realidad no sucedieron así porque, como reza el título, se trata de un cuento. 

Por ello no se entiende el menosprecio al personaje de Margot Robbie: una Sharon Tate idealizada, angelical, alegre, enamorada de las películas y de ser parte de ellas aunque no sea reconocida como su marido. Una de las escenas más destacadas de ella es aquella en la que entra a una sala de cine a ver una película en la que actúa –La mansión de los siete placeres, 1969- y descubre que la gente se emociona y ríe con su trabajo, quieren que la lucha la gane ella. 

Hay un momento del filme también de Sharon Tate donde pregunta: “¿Qué pasa en el teatro de pelis guarras?” y su amigo contesta “Hay un estreno”, a lo que ella responde: “¿Las pelis guarras hacen estrenos?”. Y es que la película se ubica en el año 69, quedaba poco para el estreno de Garganta profunda. La primera porno promocionada fuera de los Cines X y producida por Columbia Pictures, que inició una década donde esta industria floreció, como muestra la serie The Deuce -que estrena temporada el 9 de septiembre-. Pero estas líneas son meramente anecdóticas en el entramado de detalles que interpela Tarantino y que crean el imaginario de finales de los 60. 

Rick Dalton, el personaje de Di Caprio, es un actor en horas bajas que sabe que su carrera se acaba, aunque rueda tres western de directores italianos y españoles, Sergio Corbucci entre ellos. Son maravillosas sus escenas de desesperación, igualmente destaca la secuencia de terror en el rancho Spahn de su compañero de reparto, Brad Pitt. Este elenco cuenta con algunas sorpresas como Maya Hawke -hija de Uma Thurman-, Al Pacino, Dakota Fanning o Lena Dunham. 

Érase una vez… en Hollywood tiene ese sabor a Pulp Fiction (1994), Kill Bill (2003), Malditos Bastardos (2009), Django desencadenado (2012) o Reservoir Dogs (1992) que gusta al público general. Esas conversaciones lentas con diálogos divertidos y bromas naturales que parecían no estar en el guion, además de una brutalidad compactada. 

La película fue presentada en el Festival de Cannes, aunque solo obtuvo la Palm Dog a la interpretación de Brand, el pitbull que acompaña al personaje de Brad. Para cerrar el año de estrenos falta El irlandés, de Scorsese, que cuenta con un elenco encabezado por Robert de Niro y Al Pacino. Y que gane el mejor en la temporada de premios.

Sinopsis Hollywood, años 60. La estrella de westerns, Rick Dalton, intenta amoldarse a los cambios de la televisión al tiempo que su doble, Cliff Booth. Su vida está ligada a Hollywood y es vecino de la joven y prometedora actriz Sharon Tate, quien acaba de casarse con el director de cine Roman Polanski.
Dirección y guion Quentin Tarantino
País Estados Unidos
Reparto Leonardo Di Caprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Emilie Hirsch, Margaret Qualley, Al Pacino, Kurt Russell, Bruce Dern, Timothy Olyphant, Dakota Fanning
Género Drama
Duración 165 min.
Título original Once Upon a Time in… Hollywood
Estreno 15/08/2019