Los fenómenos (2014), de Alfonso Zarauza – Crítica

los fenomenos

Lleva ya varios meses esta cinta de Alfonso Zarauza de pre-estreno en pre-estreno sin acabar convencer. No la auguramos un gran éxito de público, aunque entre la crítica sí puede encontrar un hueco en aquellos que muestran una actitud más condescendiente con el cine español.

Cada día, desde que uno se levanta hasta que se acuesta no puede evitar ver en riguroso directo un “drama social con pinceladas de humor”, tal como se ha definido a esta película. Zarauza y los actores que le acompañan en esta aventura frustrada dan lo mejor de sí, pero a los errores de guionización se une la debilidad en la interpretación de la protagonista, Lola Dueñas, que no parece terminar de creerse su papel de peón (¡qué mal suena “peona”!) de la construcción.

El guión corresponde a Zarauza junto a la “videorealizadora” donostiarra Jaione Camborda, quien intenta abrirse camino en este proceloso mundo del cine y hasta ahora nos ha obsequiado con algún corto prometedor. Hubiera sido preciso trabajar más la historia, la situación y los personajes. Incluso hubiera sido preciso encontrar un tema con mayor credibilidad. En realidad, la película es apenas una banal historia de amor que no pasaría de ser una telemovie de esas con las que la televisión nos castiga desde la sobremesa hasta el resopón de los fines de semana, de no ser por la “temática social” ambientada en la España de 2004-2009.

Centrémonos, de momento, en el título: ‘Los fenómenos’. Los así llamados son una cuadrilla gallega a la que los promotores inmobiliarios piden “velocidad, no calidad”, lo que contrasta con la parsimonia, a veces desesperante, con la que discurren las escenas de la obra. Por lo demás, a la protagonista, se ve que no le sentaba bien el casco de albañil, y prefiere lucir en el tajo un pelo recogido con dos cargantes mechones a los lados de la frente. Quizás lo más increíble de esta obra sea que en una cuadrilla de “fenómenos” contraten a una mujer sin la más mínima experiencia laboral.

Sí es cierto que las escenas del núcleo de la película muestran lo que fue la España de aquellos años locos, en donde decenas de miles de jóvenes abandonaron los estudios, se embarcaron en el ladrillo, ganaron buenos dineros que se patearon en coches o motos de lujo, cocaína y otras hierbas, e incluso los más incautos fueron y se compraron pisos de esos que ellos mismos construían aún a sabiendas de que las calidades de los materiales no resistirían mucho sin desmoronarse. Creyeron con el gobierno de turno que los esplendores del ladrillo durarían por toda la eternidad y finalmente, un buen día se encontraron en el paro, sin estudios, con una hipoteca que les acuciaba y sin un euraco en la cuenta corriente de ese banco que estaba por quebrar. Contado así, la “temática social” a la que alude la película, casi obligaría a cambiar el título de ‘Los fenómenos’ por Tontos muy tontos 3.

En realidad, si de lo que se trataba era de hacer denuncia social, la película llega tarde. Lo que nos narra sobre la construcción ya es historia, como las guerras carlistas, la necrofilia de Juana la Loca o las peripecias de Don Favila con el oso. El boom de la construcción es historia que no volverá. Ahí está Pepe el Pocero camino de Guinea Ecuatorial o las Koplowitz tratando de colocarle a George Soros, la deuda de su Construcciones y Contratas…

En España, parece como si la denuncia social no fuera un género que atrajera el fervor de las masas, así que Zarauza ha pretendido unir a esta temática una banal historia de amor, intrascendente e intimista en un intento por ganar audiencia. El resultado no ha sido el mejor de los posibles. Los actores están ampliamente desaprovechados, los agujeros negros del guion dejan el sabor amargo sobre si nos hemos perdido algo.

Zarauza demuestra que tiene madera de director y que está llamado a mejores cintas. Todo consiste en trabajar un poco más el guion. Es difícil ser original en estos tiempos en los que está todo inventado, pero, quizás, si se recurriera a algo más que “fusión” de géneros, si la denuncia social no se hubiera visto diluida por la historieta de amor, o si una pasión hubiera hecho innecesario el acompañamiento de una revisión de lo que fue nuestro lamentable pasado inmobiliario; si, en definitiva, los géneros hubieran sido químicamente puros, el resultado habría sido mejor. Y eso solamente era posible, trabajando el guion. Es preciso retornar a la pureza de los géneros: saber que el espectador cuando va a ver género negro, va a ver una película que remite a lo mejor de Bogart o de Fritz Lang, que cuando va a ver ciencia ficción no le endosen, de paso, cine cómico y cuando opta por un biopic no tenga que ver un melodrama. Si ‘Romeo y Julieta’ ha pasado a la historia es porque remite al amor en estado puro, si ‘Piratas del Caribe’ o la saga de ‘Indiana Jones’ merecen figurar en la historia del cine es porque nos sumergen en la aventura. A fin de cuentas, uno no se llama a engaño cuando va a ver la saga ‘Crepúsculo’ o una de zombis.

Si películas como ‘La Reina de África’ de Bogart y la Hepburn es una simbiosis de tragedia y comedia es porque el genio de Houston podía permitírselo. Si ‘Salvad al soldado Ryan’ es algo más que una cinta bélica acompañada por consideraciones morales es por el genio de Spielberg. Si ‘Shakespeare in love’ de Madden no se limita a ser el enésimo remake de ‘Romeo y Julieta’ o si el Cyrano de Rappeneau supera al libreto original de Ronsard, si ‘Bienvenido Mr. Marshall’ es humor, denuncia social y historia de la España de blanco y negro, fritanga y adoquín, es porque tuvo al mejor Berlanga en el timón y porque en aquella época se hacía menos cine, pero se hacía mejor.

En una industria en la que todo parece dicho, inventado y guionizado, para dejar huella hace falta hacer ejercicio de genialidad. Y la primera cualidad del genio es reflexionar sobre su creación: durante largo tiempo, no conformarse con la primera forma de un guion, madurarlo meses enteros. Trabajar sin apremio por estrenar. Zarauza lo puede hacer mejor. Tosar y Lola Dueñas lo han hecho mejor en otras ocasiones. Basta sólo con que se lo propongan.

los fenomenos

Sinopsis Una mujer que ve cómo su pareja desaparece precisamente el día en que iba a empezar a trabajar. Regresa con su bebé a su pueblo natal, Ferrol. Acaba consiguiendo un puesto de peón de albañil.
País España
Director Alfonso Zarauza
Guión Alfonso Zarauza, Jaione Camborda
Música Piti Sanz
Fotografía Alberto Díaz
Reparto Lola Dueñas, Luis Tosar, Juan Carlos Vellido, Miguel de Lira, Antonio Durán ‘Morris’, Xosé Antonio Touriñán, Federico Pérez Rey, Marcos Javier Fernández Eimil, Farruco Castromán, Xúlio Abonjo
Productora Maruxiña Film Company / ZircoZine
Duración 99 min.
Género Drama
Título original Os fenómenos (Los fenómenos)
Estreno 12/12/2014

Trailer

Calificación4.5
4.5

Share this post

Amor DiBó

Trabaja en el mundo editorial, y le gusta la arquitectura, viajar, el cine, la robótica-nanotecnología, hacer tortilla de patata, el té y la buena educación.

No existen comentarios

Añade el tuyo