Las mejores películas sobre perdedores

Una lista de excelentes películas sobre perdedores: personajes desastrosos, desesperanzados, repletos de defectos y, sin embargo, inolvidables.

Cuando vemos una película, nos identificamos con el protagonista, normalmente un tipo íntegro, ético, con enormes virtudes y habilidades. Pero también lo hacemos con personajes menos ‘identificables’, como el malo, el antihéroe o el perdedor. ¿Por qué se produce esta empatía hacia personajes pasivos, autodestructivos o incluso malvados?

El perdedor y el antihéroe tienen muchas características en común, pero lo que los diferencia es que este último, aún siendo un personaje antiético o con cualidades desastrosas, termina realizando alguna acción heroica o relevante. En el fondo, el antihéroe es un ganador que utiliza métodos más que cuestionables o vence por mero azar.

Sin embargo, hoy nos ocuparemos exclusivamente de películas sobre perdedores.

El perdedor y el antihéroe tienen muchas características en común, pero este último termina realizando alguna acción heroica o relevante.

Muchas veces, percibimos en estos personajes devastados cualidades como el humor. Esta es una de las características que puede hacernos olvidar sus malas acciones. «Quizá no actúe como debiera, pero es tan divertido…», «a pesar de su desgracia, sabe afrontar la vida con una sonrisa», «su primer objetivo en la vida es divertirse y divertir a los demás».

Estos personajes cuentan además con una enorme libertad, la cual muchos anhelamos. «Dice y hace lo que quiere sin importarle las consecuencias», «es consecuente consigo mismo, antes que con los demás o con la sociedad». Por lo tanto, los percibimos como más honestos, más trasparentes, menos hipócritas. Quizá esa conducta tan libre es parte de su incapacidad para adaptarse a una sociedad que lo rechaza. «Es un perdedor porque no vende su alma, no cede un milímetro de su verdadero yo a la sociedad».

Los perdedores cuentan, sin embargo, con algunas características envidiables: humor, libertad, honestidad, solidaridad, humildad…

Normalmente, el perdedor tiene un objetivo por encima de sí mismo, de su posición social, de su cartera, de su propia comodidad. Aunque hay veces que, simplemente, no tiene objetivo alguno. Vaga por este mundo sin sentido, incomprensible, que le supera. ¿Cuántas veces nos hemos sentido así cada uno de nosotros? Perdido, desesperanzado… Es imposible la no identificación.

Sea como fuere, estos personajes tienen muchas veces un enorme atractivo. Vamos a repasar una serie de películas sobre perdedores, y para ello vamos a comenzar por el principio.


Luces de la ciudad (City Lights, 1931), de Charles Chaplin

Charles Chaplin se dio a conocer con su personaje de Charlot, un vagabundo de buen corazón, gran astucia, pero torpe y desastroso. Charlot, vagabundo (The Tramp, 1915), Charlot, maleante (Police, 1016), Vida de perro (A Dog’s Life, 1918), El chico (The Kid, 1921) o El Circo (The Circus, 1928) son solo algunas de las películas protagonizadas por este personaje, arquetipo del perdedor.

Luces de la ciudad es, para mí, la mejor película de Chaplin.

Sin embargo, es en 1931 cuando estrena Luces de la ciudad (City Lights), el que es para mí su trabajo más logrado: un pobre vagabundo pasa mil y un avatares para conseguir dinero y ayudar a una pobre chica ciega de la que se ha enamorado. Una película sencilla, pero muy emotiva.

El protagonista no tiene absolutamente nada: es un personaje marginal, algo que puede ver todo el mundo, salvo la chica de la que se enamora.


El gran pecador (The Great Sinner, 1949), de Robert Siodmak

El gran pecador

La adaptación más famosa de la novela de Feodor Dostoyevsky, El jugador. Un hombre se debate entre su pasión por el juego y las buenas intenciones de quien intenta alejarlo de él. Gregory Peck y Ava Gardner encarnan a los personajes principales.

Existen varias adaptaciones de la novela El jugador, siendo El gran pecador una de las mejores.

Existen otras adaptaciones como la de León Klimovsky en 1949, o la de Claude Autant-Lara en 1958, así como varias películas que describen la vida del escritor durante la elaboración de esta novela.


El apartamento (The Apartment, 1960), de Billy Wilder

El apartamento

Billy Wilder ha sido otro de los directores que han basado muchas de sus películas en personajes nada exitosos y nada admirables. En Días sin huella (The Lost Weekend, 1945), relataba la vida de un escritor fracasado debido a su adicción al alcohol, lo que le ha destruido física y moralmente. Pero en otras de sus obras más conocidas como El crepúsculo de los Dioses (Sunset Boulevard, 1950) o Con faldas y a lo loco (Some Like It Hot, 1959), ya conseguía que nos identificáramos con personajes enloquecidos, devastados o inmorales.

El perdedor es una constante en el cine de Billy Wilder.

Quizá el mejor ejemplo de esto sea El apartamento (The Apartment, 1960). El protagonista es un empleaducho de una agencia de seguros. Vive solo en un discreto apartamento que presta a sus superiores para llevar a cabo sus infidelidades. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista que resulta ser la amante de uno de los jefes que usan su apartamento.


Días de vino y rosas (Days of Wine and Roses, 1962), de Blake Edwards

Días de vino y rosas

El tema del alcoholismo esta muy ligado a los perdedores. Ya hemos visto que Wilder lo abordaba en Días sin huella, pero son innumerables las películas que tratan este tema. Una de las mejores, sino la mejor es Días de vino y rosas, de Blake Edwards, con unos excelentes Jack Lemmon y Lee Remick.

Días de vino y rosas es una de las películas más importantes en tratar el problema del alcoholismo.

También son reseñables Bajo el volcán (Under the Volcano, 1984), adaptación de la excelente y también deprimente novela de Malcolm Lowry, Leaving Las Vegas (1995), Corazón Rebelde (Crazy Heart, 2009) o Submarino (2010).


El borracho (Barfly, 1987), de Barbet Schroeder

Charles Bukowski es considerado uno de los escritores más influyentes y símbolo del «realismo sucio». Era alcóholico, y muchas de sus obras se inspiraban en su propia vida, llena de excesos y hábitos nada saludables. Su talento era enorme, pero su empeño por no salir del ambiente sórdido por el que se movía era todavía más grande. Buena muestra de ello es el título de uno de sus libros: La senda del perdedor.

El borracho es una adaptación de una novela semi-autobiográfica de Bukowski en la que narra como un escritor se pasa la vida en los bares.

Su aprensión hacia el cine era conocida. Sin embargo, en 1987 escribió el guión de El borracho, una adaptación de una novela semi-autobiográfica en la que narra como un escritor se pasa la vida en los bares. Discute frecuentemente con Eddie, el barman de noche de uno de estos antros. Sus peleas son objeto de apuestas por parte de los clientes. Cuando gana, gasta su dinero recorriendo los demás bares. Así es cómo conoce a Wanda, una mujer bella y tan alcohólica como él.

En 2005, Bent Hamer dirigiría Factotum, una adaptación de la novela homónima de Bukowski, con Matt Dillon como protagonista.


Clerks (1994), de Kevin Smith

Clerks

Kevin Smith debuto en el cine con Clerks, una ingeniosa comedia de diálogos explícitos, políticamente incorrecta y bastante soez. Su gran éxito le permitió introducirse en el cine comercial, conservando muchas de sus características.

Los personajes de Clerks deambulan sin ningún proyecto de vida y sin ninguna ambición realista.

Sus personajes siempre suelen ser «frikis» de barrios bajos, sin ningún proyecto de vida y sin ninguna ambición realista. Representativos de la llamada generación X, jovenes con una profunda sensación de desengaño, que vieron en los mitos televisivos, cinematográficos o musicales lo más parecido a una figura paternal.


Trainspotting (1996), de Danny Boyle

El tema de la droga como vehículo de degradación es recurrente, y aparece muchas veces unido al de la prostitución. Trainspotting y Requiem por un sueño (Requiem for a dream, 2000) quizá sean las dos películas que mejor muestren esto.

En cuanto a la prostitución, resaltaría Yo, Cristina F. (Christiane F, 1981) y Lilja 4-ever (2002).


Solas (1999), de Benito Zambrano

El cine español también tiene numerosos y buenos ejemplos de cine de perdedores. En 1961, Luis García Berlanga estrenaba una de sus obras maestras: Plácido. A un grupo de burgueses se les ocurre la idea de organizar una campaña navideña cuyo lema es: «Siente a un pobre a su mesa». Se trata de que los más necesitados compartan la cena de Nochebuena con familias acomodadas y disfruten del calor y el afecto que no tienen. Plácido es uno de esos pobres.

Apenas dos años después nos entregaba El verdugo, donde el protagonista, ante su precaria situación, se ve obligado a aceptar un empleo como verdugo.

Luis García Berlanga es uno de los directores más importantes de la historia del cine español. Sus protagonistas siempre eran perdedores, aún cuando tuvieran éxito social u económico.

En 1984 llegaría Los santos inocentes, una buena adaptación del gran libro de Delibes, y en 1999 Solas, de Benito Zambrano. Esta última, ópera prima del director sevillano, se convirtió de improviso en un gran éxito. María malvive en un apartamento de un barrio miserable, trabaja eventualmente como chica de la limpieza y, casi con cuarenta años, descubre que está embarazada de un hombre que no la ama. La madre visita a María y conoce a un vecino viudo. Entonces comienza una relación entre estos tres náufragos que alivia sus soledades y deja una puerta abierta a la esperanza.

Las películas de Benito Zambrano siempre presentan este tipo de personajes. Muy interesantes también son Habana Blues e Intemperie.

Santiago Segura, Fernando León de Aranoa, Pedro Almodovar, Luis Buñuel… la lista de directores españoles con predilección por este tipo de personajes es larga.

Otro buen ejemplo es La flaqueza del bolchevique, de Manuel Martín Cuenca. Luis Tosar y María Valverde entregan unas interpretaciones excepcionales en esta historia sobre un hombre de treinta y tantos años que está harto de todo. En un atasco tiene un accidente contra el descapotable de una mujer de grandes recursos económicos. A partir de entonces, el protagonista se entretendrá en putearla. Pero un día conoce a la hija de la mujer, y todo cambia.

La tradición en este tipo de películas en España es larga, pasando por el cine quinqui de los 70′, 80′, hasta llegar al Torrente de Santiago Segura. Pero no deberíamos olvidarnos tampoco de Fernando León de Aranoa, Pedro Almodovar o de Luis Buñuel, quien sobre todo en sus inicios focalizó sus historias en los más desfavorecidos. Las Hurdes y Los olvidados es una buena muestra de ello.


Amores Perros (2000), de Alejandro González Iñárritu

Amores Perros

En esta línea de cine social que seguía Buñuel en sus comienzos podemos situar a los hermanos Dardenne. Sus películas giran en torno a personajes marginales, castigados por una situación económica y social lamentable. Rosetta (1999), El hijo (Le fils, 2002), o El niño (L’Enfant, 2005) son un buen ejemplo de ello.

Amores Perros es una excelente película donde todos los personajes son, en mayor o menor medida, miserables, inmorales y crueles, pero con quienes no puedes sino sentirte profundamente unido.

Otro director cuya obra cinematográfica es fundamentalmente social es Ken Loach, aunque a mí personalmente me gusta menos: Lloviendo piedras (Raining Stones, 1993), Mi nombre es Joe (My Name is Joe, 1998), Sweet Sixteen (2002), Buscando a Eric (Looking for Eric, 2009).

Sin embargo, no me gustaría cerrar este apartado sin mencionar a Iñárritu, y sus excelentes 21 gramos (2003) y Biutiful (2010), Birdman (2014), pero sobre todo Amores Perros, una excelente película donde todos los personajes son, en mayor o menor medida miserables, inmorales y crueles, pero con quienes no puedes sino sentirte profundamente unido.


Oasis (Oasiseu, 2002), de Lee Chang-Dong

El cine asiático también tiene su nómina de películas sobre perdedores. Y algunas de ellas son excelentes, como es el caso de Oasis. Una película surcoreana dura y emotiva sobre dos discapacitados que inician una relación amorosa. Excelentes interpretaciones para una película irrepetible.

Oasis es una película surcoreana sobre dos discapacitados que inician una relación amorosa.

Corea del Sur también nos ha dejado otras obras de relevancia como Burning (2018), adaptación de la novela de Murakami, y la oscarizada Parásitos (2019).

Destacamos también Un asunto de familia (Shoplifters, 2018), producción japonesa ganadora de la Palma de Oro en Cannes.


Border (Gräns, 2018), de Ali Abbasi

Como representación del cine europeo traemos Border, extrañísima película que mezcla cine social y género fantástico. Basada en una novela de John Ajvide Lindqvist, autor también de la novela en la que está basada Déjame entrar (Låt den rätte komma in, 2008), otra película sueca a destacar en esta lista.

La húngara En cuerpo y alma (A teströl és a lélekröl, 2017) es otra película muy interesante que, al igual que las anteriores, mezcla géneros de manera muy valiente.


Otras películas sobre perdedores

Para completar la lista, no puede faltar el nombre de Aki Kaurismaki, quien en la mayoría de sus trabajos escoge personajes perdedores e inadaptados. Tampoco podemos olvidar a Paul Newman, con dos papeles inolvidables en El buscavidas (The Hustler, 1961) y La leyenda del indomable (Cool Hand Luke, 1967).

Cowboy de medianoche (Midnight Cowboy, 1969), Indefenso (Naked, 1993), Academia Rushmore (Rushmore, 1998), Ghost World (2001), American Splendor (2003) o El hombre del tiempo (The Weather Man, 2005) serían otras buenas opciones.

 

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Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

10 comments

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  1. Cristian 2 agosto, 2015 at 06:27 Responder

    Sí, es normal que todos echemos de menos a algún arquetipo de perdedor. En mi caso a Buster Keaton, y también alguna muestra del subgénero que trata del boxeoque lo ejemplifica muy bien como Más dura será la caída, Toro Salvaje, Fat City…

    Buen trabajo el que hacéis, felicidades.

  2. stefano 15 noviembre, 2015 at 03:23 Responder

    Hola , estoy buscando una pelicula que no recuerdo el nombre. Lo unico que recuerdo es un tipo fracasado que al principio de la pelicula dice mi unico objetivo en la vida era echar un polvo y que me la chuparan. Debe ser del año 2005-2008 mas o menos.

  3. Miguel Macias 20 mayo, 2018 at 03:23 Responder

    Busquen «perversidad» de fritz lang, es un cajero casado con una mujer que lo maltrata y se enamora de una mujer que solo busca sacarle dinero, muy buena

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