Moonrise Kingdom. Wes Anderson perfecciona su cine

Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray y Frances McDormand

Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray y Frances McDormand

Hablar de Moonrise Kingdom es hablar inevitablemente de su creador: Wes Anderson.

Director, guionista, productor, Wes Anderson es ante todo un genial arquitecto que ha sabido diseñar en sus películas un mundo muy personal, asentado siempre sobre los mismos pilares, rígidos e inamovibles. A partir de esta sólida base, construye proyectos rebosantes de imaginación y sentimiento.

El primero de estos pilares es su puesta en escena, basada en la lateralidad. Sus películas no tienen relieve, profundidad. Los movimientos de cámara se producen siempre en paralelo a la escena, rara es la vez que se acercan o alejan de ella.

Este estilo se contrapone a la tendencia actual en la cual la cámara puede introducirse hasta el corazón mismo de la escena o situarse en cualquier punto de la misma (dirección muy propia por ejemplo de David Fincher).

Wes Anderson

Wes Anderson

Algunos hablan de una influencia basada en la pintura, pero se me antoja más probable (o al menos más clara, más directa) la de los cómics o tebeos. Son muchas las ocasiones en las que nos presenta una secuencia compuesta por varias escenas (cada una de ellas representaría una viñeta) cuyo nexo de unión es un travelling lateral.

La luz es plana, los personajes no proyectan sombras a su alrededor, y los colores se presentan puros, sin matices. Características todas ellas que hacen que me reafirme en esa teoría de similitud con el cómic.

Su concepción del escenario es muy teatral, con continuas apariciones y desapariciones de los personajes por los laterales del encuadre. De la misma manera, también se ve clara la influencia de la literatura en la habitual incursión de un narrador omnipresente (con representación física en la película) y en su costumbre por dividir el metraje en capítulos (aunque en este caso no lo haga).

Vemos pues que su lenguaje visual y narrativo es cerrado, único, muy particular.

Pero si fijamos la atención en los personajes de sus películas, vemos también muchos nexos en común. Wes Anderson suele presentarnos familias desestructuradas, personajes con traumas que buscan su mundo antes de integrarse en el que viven. Se multiplican los personajes adultos que actúan como niños, así como los niños con comportamientos adultos.

Kara Hayward y Jared Gilman

Kara Hayward y Jared Gilman

En realidad son personajes un tanto superficiales, dibujados por cuatro trazos y definidos rápidamente por dos o tres características muy marcadas. Esta falta de profundidad lleva al director norteamericano a echar mano de muchos personajes a lo largo del film. No se basa en uno solo, ya que lo que le interesa no es desarrollar su personalidad.

Wes Anderson es más un comunicador de emociones puras y sencillas (como el amor pre-adolescente en Moonrise Kingdom) que un analista del alma humana.

Su cine es una mezcla de humor, melancolía y surrealismo, en el que la música tiene un papel preponderante. La utilización de canciones de grandes artistas para subrayar determinados sentimientos es ya una seña de identidad.

Kara Hayward

Kara Hayward

En Moonrise Kingdom utiliza melodías muy dramáticas en momentos que el espectador no lo percibe como tal. La razón es que la escena esta rodada bajo el punto de vista de esos dos niños, cuya inocencia les lleva a pensar que el instante que están viviendo tiene una importancia descomunal.

Y es que todo lo dicho hasta el momento casa con cualquiera de las películas de este director; Academia Rushmore, Los Tenembaums, Life Acuatic, Viaje a Darjeeling, o Fantástico Sr. Fox.

También con Moonrise Kingdom. Sin embargo, percibo un salto cualitativo en cuanto al perfeccionamiento de este estilo, en cuanto a su efectividad a la hora de transmitir sentimientos a partir de una estructura rígida y artificial.

Como aspecto negativo, no debo olvidar mencionar esa reivindicación de los niños a ser diferentes en un mundo, el de Wes Anderson, en el que todos los personajes lo son. Todos ellos son excéntricos y extraños. Ser diferente en ese universo significaría ser normal en el nuestro.

 

Calificación7.5
7.5

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Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

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