2010. Imcine, el organismo público mexicano encargado de fomentar la producción y promoción del cine en este país, realiza una convocatoria por la cual apoya económicamente la realización de películas que sirvan para conmemorar el bicentenario de la independencia de México.
El infierno es una de estos filmes. Sin embargo, hay algo diferente en él, algo osado y atrevido, algo que puede interpretarse como un desafío, y podemos observarlo nada más contemplar su cartel. En él aparece un letrero con el logo oficial de las fiestas del Bicentenario. Justo debajo, grafiteado, tres palabras: «Nada que celebrar».
Y es que El infierno es una película extremadamente crítica con la situación del país. Es más, El infierno lleva su crítica hasta donde nadie lo había hecho antes aquí. Vemos en una escena la oficina de un agente de policía encargado de resolver el asesinato de un federal. En la pared la fotografía de Felipe Calderón, actual presidente de México. Se escucha la siguiente frase: “la política de nuestro Sr. Presidente es convertir a México es un país de soplones”.
Por todo ello, muchos fueron los problemas que tuvo la película para ser estrenada. Sin embargo, medidas como la calificación «solo para adultos» no pudo frenar un estreno que había levantado una gran espectación, y sus ingresos en taquilla no fueron desdeñables.
No fue la primera vez que su director, Luis Estada, se enfrentaba al intento de censura. Apenas once años antes, el propio Imcine había tratado de frenar el estreno de La ley de Herodes, realizando en un festival de cine un desplante tan obvio y torpe que acabó con la censura estatal a los filmes que denunciaban la corrupción del poder.
Pero las voces críticas que se elevaron contra El Infierno no sólo provenían del gobierno. Muchos eran los ciudadanos que la acusaban de sembrar el miedo en época de celebraciones, así como de ser demasiado amarillista. La llamaron hipócrita por atacar al gobierno cuando aceptó su financiación. Luis Estrada respondió lo siguiente:
«Creo es que justamente parte de esta tutela educativa es que nunca nos explicaron bien los matices semánticos que hay entre Gobierno y Estado. Y creo que, efectivamente, la respuesta sería que el gobierno no me dio dinero, el gobierno no me lo dio, me lo dio el Estado mexicano que tiene la obligación de oírnos a todos, a los que estamos a favor y a los que estamos en contra, porque creo que de alguna manera a veces tenemos la percepción de esta visión patrimonialista que los que están en el gobierno son los dueños de la patria y le tengo una muy mala noticia a la persona que me puso la pregunta, este no es dinero del gobierno, es dinero de ella, y tuyo, tuyo, tuyo, de todos ustedes, con el que se hizo la película.»
Pero, ¿y cómo película?
Como película El infierno es una auténtica maravilla, una de las comedias más negras que jamás se han hecho, con un ritmo elevadísimo y unos personajes muy cuidados. Muy recomendable.
Pelicula que en mexico se convirtio rapidamente en exito, fuerte, directa sin miramientos, esta realidad a pasos agigantados nos alcanza lastima de mi pais que era tan hermoso
Me encantaría conocer México, de verdad. Y creo que puede ser por las películas que hacéis (Amores Perros, El crimen del Padre Amaro, El infierno…). Son duras, pero a la vez tienen algo que atrae. Mi próximo viaje quizá sea para visitar tu país.
Película mexicana extraordinariamente descrita por la situación que vivíos los mexicanos hoy en día en cierto sector de la sociedad, partes con humor negro que nos retratan como país de estado fallido donde el crimen organizado y la corrupción política tienen al país sumergido en la desesperanza.
Todo aquello que se asemeje a la realidad, es mera coincidencia.