Atardecer (2018) de László Nemes – Crítica

Atardecer

«Lo mejor de Atardecer, además de la suprema actuación de Judit Bárdos, es la incertidumbre profunda que László Nemes consigue transmitirnos»

¿Recuerdan El Hijo de Saúl? Bien, pues del mismo director, László Nemes, nos llega Atardecer. En este caso, a diferencia de El Hijo de Saúl, que tenía a los campos de concentración de la 2ª guerra mundial como telón de fondo, Atardecer nos muestra el ambiente que rodeaba el final del imperio austro-húngaro y el inicio de la 1ª guerra mundial. Y dentro de esta ambientación, la estrella que ilumina es la mujer que protagoniza la historia. Atención, pues, al nombre de la actriz: Judit Bárdos, que es lo mejor que la película nos ofrece.

Para hacernos una idea de lo que la película trata de explicar, les conmino a imaginar la proeza del salmón, pez que debe ascender a contracorriente río arriba para poder desovar y así contribuir a dar continuidad a la especie. Pues bien, imaginen ahora que un salmón ve que no puede remontar el río… y decide seguir, si ello pudiera ocurrir, dándose la vuelta. Es decir, los salmones van a contracorriente, hasta que alguno de ellos en concreto, debido a dificultades insalvables, decide no culminar su ascensión. Imaginando la escena, podríamos preguntarnos si una persona, en un contexto histórico muy particular y excepcional, está yendo a favor o en contra del río de la historia. Y esta es parte de la cuestión que se trata en Atardecer.

Metáforas piscianas a parte, la historia va como sigue: Irisz Leiter, superlativamente encarnada por la actriz Judit Bárdos, es hija y hermana de personas que han formado parte de la élite austro-húngara. La película narra toda ella la peripecia, en medio del gran lío social y militar, de Irisz en busca de sí misma, de sus orígenes, de su hermano, etcétera. Y con lo que se va encontrando es con múltiples peligros, desilusión, tristeza, decadencia, desdén ambiental.. y el fin de un mundo, el de la aristocracia y sus apoyos. Ese fin de un mundo es justo lo que retrata Atardecer. Y ese fin de un mundo es lo que lleva a nuestra protagonista a luchar por acabar de reunir las piezas, que para ella es como ir trepando río arriba, pues su supervivencia moral y emocional está en juego con semejante periplo.

Lo mejor de Atardecer, además de la suprema actuación de Judit Bárdos, es el ambiente, la incertidumbre profunda que experimenta -cosa que László Nemes sabe transmitirnos a fondo-. Bien, de hecho, la sensación de estar en medio de la experiencia, junto con la actuación de Judit, es realmente sentida por el cinéfilo que les escribe. Sin embargo, como no todo va a ser perfecto, me pareció que el guión arrastra una carencia de la cual tomamos conciencia justo al final. Debo decirles que esta carencia no lo es tal, especialmente si la intención de László Nemes fuera la que parece ser: que nos metamos en la zozobra interna y externa de Irisz Leiter sin que nos importe si al guión le falta a o b, pues este factor está muy subordinado a si las emociones de los espectadores están receptivas ante semejante inmersión.


Sinopsis 1913, Budapest. Irisz Leiter se tendrá que enfrentar a su pasado cuando descubre un hermano que nunca supo que tenía. Su misión de encontrarlo la lleva a descubrir oscuros secretos mientras el país se prepara para el caos de la guerra.
País Hungría
Dirección László Nemes
Guion László Nemes, Clara Royer y Matthieu Taponier
Música László Melis
Fotografía Mátyás Erdély
Reparto Juli Jakab, Vlad Ivanov, Susanne Wuest, Uwe Lauer, Christian Harting, Levente Molnár, Urs Rechn
Género Drama
Duración 142 min.
Título original Napszállta
Estreno 11/01/2019.

Calificación7
7

Share this post

Jesús Gabriel Gutiérrez

Mentor literario. Escritor. Filósofo. Prospectivista y astrólogo. Me interesa la historia y el hilo que sale de ella y nos conecta con el futuro.

No existen comentarios

Añade el tuyo