La película está dividida en tres actos, como una obra de teatro sobre lamento y venganza. Destaca el papel de Carlos Bardem.
Paco Cabezas regresa al cine nacional tras las aclamadas series Penny Dreadful (2014) y American Gods (2017); o la no tan bien recibida Mr. Right (2015). Su deseo era regresar a Sevilla para contar una historia de proyección internacional, con Mario Casas a la cabeza del reparto -tras coincidir ambos en 2010 para Carne de neón-. Ya en Grupo 7 (2012), Casas interpretó un papel familiar parecido, aunque formaba parte del bando policial.
En esta película, Cabezas estudia el cosmos de Juan, un personaje de esos que pasan la vida entrando y saliendo de la cárcel. Juan pertenece a la familia Santos, que tiene una estructura familiar casi castrense: una matriarca de luto permanente -Mona Martínez-, un hermano buscavidas y dependiente, y un tío algo manipulador. Interpretado por un Vicente Romero que asienta su papel en la trama criminal junto a su reciente trabajo en la serie Malaka.
Natalia de Molina da vida a la esposa, Triana, y es la verdadera estrella de este filme con esas escenas maternales y sufridas. Es el personaje más torturado y terrenal, además, mantiene la coherencia con el clima de la secuencia. Mientras que su marido se centra en la venganza sin pasar por el luto, así se salta un peaje cinematográfico.
Adiós cuenta con el apoyo de Sony y TVE, pero seguramente tendrá una crítica similar a la serie La peste, el acento.
Esto puede ser solo otro tipo de negación, así lleva al espectador de la mano directamente hacia el acto tercero donde desenlaza la acción. Triana está en contra de que Juan mezcle la vida criminal y familiar; y es apoyada por la policía -interpretada por Ruth Díaz- que empatiza con su situación. El personaje de Díaz mantiene una ética rígida, a pesar de que esto le enfrente a sus compañeros.
La película está dividida en tres actos, como una obra de teatro sobre lamento y venganza. Adiós también considera una trama de corrupción donde destaca el papel de Carlos Bardem, que se acentúa con una escena junto a Salva Reina -este también forma parte de Malaka-. El escenario común a ambos bandos es la destartalada barriada de las 3.000 viviendas, llena de callejuelas, chabolas y comercio negro, una situación reproducida en muchas ciudades del país.
Su población es lo más granado de la sociedad: familias frustradas, supervivientes, olvidadas, indiferentes; pero también víctimas de la adicción. Aunque estos personajes no están pincelados desde el pesimismo sino desde la unidad y el orgullo. Unidad en contra de la autoridad, claro.
Cabezas mantiene esta cadencia y sentimiento general, a pesar del desamparo social, se plasma en ese permanente graffiti: ‘3.000 maravillas’, como el cartel que da la bienvenida a Las Vegas. Además de esas escenas familiares costumbristas de baile y cante en torno a una fogata o un juego entre padre e hijos. Adiós cuenta con el apoyo de Sony y TVE, pero seguramente tendrá una crítica similar a la serie La peste, el acento. Ese acento del sur que tanto molesta al público nacional, que es motivo de risa por poco entendible y sentido. Un dialecto que a veces queda impostado en el protagonista de la película.
Sinopsis Juan, preso en tercer grado y padre de familia, logra un permiso para asistir a la comunión de su hija en Sevilla. Pero la muerte accidental de la niña destapa todo un entramado de corrupción policial y narcotráfico, y el caso acaba en manos de Eli, una inspectora que tendrá que lidiar con los recelos de un sector de la policía y del padre de la pequeña, que quiere tomarse la justicia por su cuenta.
Dirección Paco Cabezas
Guion José Rodríguez, Carmen Jiménez, Paco Cabezas
País España
Reparto Mario Casas, Natalia de Molina, Ruth Díaz, Carlos Bardem, Vicente Romero, Mona Martínez
Género Thriller
Duración 111 min.
Título original Adiós
Estreno 22/11/2019
