«Constantes homenajes visuales a las películas de Kung Fu, el terror de los 80, el consumo de LSD y el gore más explícito»
Mandy es una de esas películas que se graban en la retina. Uno de esos homenajes fílmicos que perduran y que nos devuelven la fe en el cine. No por su argumento, quizá un poco manido en lo que se refiere a las historias de venganza. Más bien por la actuación de un casi denostado Nicolas Cage, que se erige como un elemento fundamental en la narración de la película.
Presentada tras un discurso de Ronald Reagan en el que aboga por la tradición frente a la cada vez más presente influencia de ‘aberraciones’ como el porno, el aborto o las drogas, Mandy deja claras sus intenciones desde el principio. Un notable grano fílmico nos posiciona en 1983, año en el que transcurre la historia. Además, resulta una novedosa propuesta la de Panos Cosmatos en la dirección, que divide la película en tres mini-historias bien diferenciadas. Eso sí, llenas de referencias y homenajes al cine de terror clásico.
La primera de ellas es The Shadow Mountain. En ella, comandados en lo musical por un hito como Starless de King Crimson, se presenta el ecosistema donde Mandy y Red habitan. Él es leñador, ella artista. Y se quieren, vaya si lo hacen. Él admira su trabajo y su creatividad, y ella se siente segura, protegida a su lado. Aunque finalmente todo torne en una oscuridad –algo que parecemos discernir desde el comienzo gracias a la nutrida presencia de los tonos rojos y azules- que recuerda a los clásicos del giallo italiano de Argento o a la más reciente Sólo Dios Perdona de Nicholas Winding-Refn.
No es hasta el minuto 20 cuando empieza Children of the Dawn, la segunda parte de la película. En ella, un grupo sectáreo de creyentes que viajan en un carruaje reparan en Mandy. Más concretamente, su líder. Y es que Mandy es especial, tanto que hace sentirse poco especial a Jeremiah, ‘El Elegido’. Es por esto que, tras una lisérgica escena en un salón, deciden acabar con la vida de ésta prendiéndole fuego. ‘The darker the whore, the brighter the flame’. Es ese odio a no saberse especial el que desencadena esa violenta escena que transcurre mientras Red (Nicolas Cage) mira con pavor.
En un alarde de conocimiento de la mitología de Dragones y Mazmorras, Cosmatos nos enseña la influencia que ha tenido en su cine el celebérrimo juego de rol. Alusiones a la Celda Abisal, el uso de la conocida Tainted Blade of the Pale Night y esa suerte de artefactos daédricos mágicos que parecen provenir de un inframundo constatan la admiración de Cosmatos por los mundos fantásticos en los que la divinidad y lo infernal se dan la mano.
Poco después, y habiéndose marchado el grupo, Red consigue liberarse de sus ataduras –un cordón metálico con pinchos que recuerda, a buen seguro intencionadamente, a la corona de espinas de Jesucristo- y contempla la calavera de su amada, que el viento se lleva y destroza. Como si en ese mismo instante lo físico desapareciese, si bien la mirada de Red nos hace saber que para él sigue ahí, aunque sea sólo de manera espiritual.
Y ahí es cuando empieza Mandy. Tras una hora y doce minutos de metraje, Cosmatos nos muestra la verdadera historia de la película; la venganza de Red. Una historia con constantes homenajes visuales a las películas de Kung Fu, el terror de los 80 –probablemente al Sam Raimi de Posesión Infernal le hubiera encantado esta Mandy-, el consumo de LSD y el gore más explícito.
Mandy se torna en una película de acción en la que, como durante toda la película, no importa la suciedad de la imagen. Y ya no es que no importe, sino que engrandece su aspecto. Por eso ha sido una de las películas que más dio que hablar en el pasado año. Y por eso, deberían ustedes verla. Déjense seducir por la sangre y por los demonios. Otra cosa… Sería un error.
Sinopsis Red es un leñador que vive alejado del mundo junto al amor de su vida, Mandy. El líder de una secta, decidido a poseerla a cualquier precio, invoca a una banda de motoristas venidos del infierno que la raptan y, en el proceso, hacen añicos la vida de Red. Red está decidido a vengarse.
País Estados Unidos
Dirección Panos Cosmatos
Guion Panos Cosmatos, Aaron Stewart-Ahn (Historia: Panos Cosmatos)
Música Jóhann Jóhannsson
Fotografía Benjamin Loeb
Reparto Nicolas Cage, Andrea Riseborough, Linus Roache, Bill Duke, Richard Brake, Hayley Saywell, Line Pillet, Ned Dennehy, Clément Baronnet
Género Terror
Duración 121 min.
Título original Mandy
Estreno 09/11/2018
