Directoras comprometidas: películas sociales dirigidas por mujeres

En este artículo encontrarás una lista de películas sociales dirigidas por mujeres.

El compromiso social, la experiencia colectiva e individual y su deber como artistas son algunas de las causas que guían la trayectoria de estas directoras que convierten su obra en relatos útiles en el mundo y para el mundo.



1. Carla Simón, Elena Martín y Andrea Jaurrieta: La credibilidad

Las personas, a la hora de enfrentarnos a nuestros problemas, seguimos patrones de comportamiento identificables por parte de terceras personas (amigos, familia, psicólogos…). Pero, cuando nosotros mismos somos los que sufrimos esos problemas, los patrones parecen volverse complejos. El cine ayuda a que los problemas personales se conviertan en patrones universales. Estas tres directoras llegaron a mí para salvarme en uno de esos momentos en los que, por mucho que identifiques lo que te pasa, no hay manera de encontrar esa ansiada luz al final del túnel. A través de la verdad, la honestidad y la empatía en cuestiones intrínsecas a la vida como seres sociales, conseguí armarme de herramientas para enfrentarme a mi realidad.

  • Arma número 1: Verano 1993 (2017). Carla Simón me da las herramientas para saber cómo sobreponerme al duelo por la muerte de un ser querido, a cómo hablar de la memoria, a cómo enfrentarme a los recuerdos para que dejen de doler, a cómo volver a sentir mi alrededor como si fuera una niña.
  • Arma número 2: Julia Ist (2017). Elena Martín me permite asimilar cómo afrontar los cambios, cómo identificar la crisis existencial que brota de la juventud, cómo controlar la intensidad de las emociones y cómo darme cuenta de que la vida no se acaba mañana.
  • Arma número 3: Ana de día (2018). Por último, Andrea Jaurrieta no me da herramientas, ni siquiera me da margen para ser consciente de lo que me está pasando. Directamente me da la oportunidad de ser otra persona.


Chantal Akerman, Carolina Astudillo y Ana Serret: La identidad artística

No Home Movie (2015)

En el apartado anterior hablaba de ver cine cómo una herramienta a la que acudir para canalizar emociones. En este, la vía de escape es hacer cine sobre lo cotidiano. Estas películas son ejercicios de introspección personal, de terapia de la autoafirmación, que reflejan una búsqueda constante de la identidad artística. Entiendo estas películas como un impulso para lograr un orden y un significado emocional a través de situaciones universales como la vejez, la distancia, la pérdida, la familia, la feminidad y la muerte.

  • No home movie (2015). Chantal Akerman registra los últimos días de su madre, superviviente polaca de Auschwitz. Las protagonistas son la casa, la madre y el impulso de una mujer, nómada por naturaleza, que siente la pérdida del hogar. Chantal logra plasmar su forma de mirar el mundo y de vivir a través de la cámara como si fuera un escudo contra la tragedia.
  • Ainhoa: Yo no soy esa (2018). Carolina Astudillo rescata la historia de Ainhoa Mata Juanicotena, mujer cuya familia filmó y fotografió su vida durante muchos años. Ainhoa se suicidó a los 34 años y a partir de sus diarios, el material de archivo y un sentimiento de deber colectivo, Carolina logra un relato universal a través de la experiencia femenina.
  • El señor liberto y los pequeños placeres (2017). La muerte puede que sea uno de los temas más trasversales del cine. Ana Serret nos invita a su casa, a conocer a su familia y a ver los cuidados que le ofrece a su padre en sus últimos días de vida. Nos sentamos frente una especie de preámbulo al duelo por la muerte de un ser querido.


Celine Sciamma: La trilogía del descubrimiento

Sensibilidad, compromiso y dominio de la dirección y la autoría caracterizan el cine de Celine Sciamma. Por ello, estas tres películas son, como la propia directora denomina, la trilogía del descubrimiento. Sciamma es capaz de hacer del proceso creativo un experimento social en el que nos reta a ver la realidad con una mirada diferente y radical.   

  • Girlhood (2014). Habla del sentimiento de pertenencia, la sororidad, la inmigración y la lucha de clases a través de un grupo de chicas en una de las etapas más frágiles de la existencia: la adolescencia.
  • Tomboy (2011). La realidad a través de los ojos de una niña que se enfrenta a una sociedad en la que ser diferente es malo. El sentido común le hace ver que no hay nada malo en querer ser un niño, pero su alrededor le muestra lo contrario. Sciamma nos recuerda que la identidad de género y normalización de la transexualidad en la infancia es una de las asignaturas pendientes de nuestra sociedad.
  • Retrato de una mujer en llamas (2019). Historia de amor lésbico, prohibido y feminista, y el que probablemente sea el gran romance del cine de época contemporáneo. Sin suda, una maravilla cinematográfica que me invadió de principio a fin. Es una de las experiencias más bonitas que he tenido en una sala de cine.


Ana Biller, Marine Francen y Ana Lily Amirpour: El punto de vista

Recomiendo acudir a este grupo de películas para reflexionar sobre los puntos de vista en el cine. Estas tres autoras parten de una premisa social para mostrar relatos distópicos que nos permiten imaginar ¿cómo sería el mundo si…? Tres historias que están al borde de lo bizarro pero que consiguen que te involucres en su misión contra el patriarcado, el conservadurismo, la visión encorsetada de la sexualidad femenina y el aislamiento social.

  • Distopía 1: The love witch (2016). Ana Biller imagina un mundo dominado por una mujer bruja que predica un feminismo narcisista. Artificio, colores y fantasía a través de un estilo camp muy explícito.
  • Distopía 2: La mujer que sabía leer (2017). Marine Francen. Francia 1852. Un mundo rural, habitado solo por mujeres quienes deciden pactar que el primer hombre que vuelva a la aldea lo deberán compartir para satisfacer sus necesidades sexuales e impedir el fin de la creación humana.
  • Distopía 3: Una chica vuelve a casa sola de noche (2014). Ana Lily Amirpour crea un mundo de terror en blanco y negro dominado por una vampiresa justiciera en patinete que matará a todo aquel que se atreva a hacer daño a una mujer.


Otras películas y directoras

  • People that are not me (2016). Hadas Ben Aroya.

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Marta Fernández Jiménez

Script en cine y series de televisión. Su sensación preferida es la que le genera estar entre las cuatro paredes de un rodaje. Es graduada en Comunicación Audiovisual y tiene un máster en Dirección de Series de Ficción.

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