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"No se trata de cuidar al pueblo, se trata de mantenerlo lo suficientemente controlado como para que no se rebele."   El jardinero fiel (2005)
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Ideología dominante en el cine Slasher

El auge del slasher coincidió con un contexto político y social marcado por el conservadurismo de Reagan y Thatcher. Estas historias reforzaban la idea de proteger el espacio privado como reflejo de una mentalidad liberal, donde la responsabilidad individual prevalecía sobre soluciones colectivas.

Del miedo global al miedo íntimo

El cine de terror, como reflejo de las preocupaciones sociales, ha evolucionado desde amenazas que afectan a la humanidad entera, como en El enigma de otro mundo (1951) o La invasión de los ladrones de cuerpos (1956), hasta peligros mucho más íntimos y personales. El slasher, subgénero que emergió con fuerza a finales de los 70, cambió el enfoque hacia un enemigo que acecha el hogar y desestabiliza el núcleo familiar, mostrando una transformación significativa en las inquietudes culturales de la época.

Precedentes: Del Giallo al Slasher

Suspiria, de Dario Argento (1977)

El slasher debe parte de su esencia al cine europeo, especialmente al giallo italiano, conocido por su crudeza y sus tramas centradas en asesinos humanos, como en Suspiria (1977), de Dario Argento. Por otro lado, obras estadounidenses como Psicosis (1960), de Hitchcock, marcaron un antes y un después al personalizar el horror en individuos perturbados en lugar de fuerzas sobrenaturales. Hitchcock abrió la puerta al terror psicológico, mientras que el giallo perfeccionó el uso del misterio y la violencia gráfica​.

Los años 80: Terror y conservadurismo en la era Reagan-Thatcher

El auge del slasher coincidió con un contexto político y social marcado por el conservadurismo de Reagan y Thatcher. Películas como Halloween (1978), Pesadilla en Elm Street (1984) y Viernes 13 (1980) consolidaron el subgénero con sus icónicos asesinos y su énfasis en el hogar como último bastión de seguridad. Estas historias reforzaban la idea de proteger el espacio privado como reflejo de una mentalidad liberal, donde la responsabilidad individual prevalecía sobre soluciones colectivas.

La ideología del Slasher: Moralidad y culpa

El slasher no solo ofrecía sustos, sino que también funcionaba como una especie de «moralidad visual». Las víctimas, a menudo adolescentes que desafiaban normas sociales (como el consumo de drogas o la actividad sexual), eran castigadas, reforzando un discurso conservador. La «final girl», término acuñado por Carol Clover, simbolizaba la victoria de la virtud sobre el caos, aunque cargaba con traumas que la transformaban para siempre​.

Máscaras y capitalismo: Metáforas del miedo moderno

Luis Pérez Ochando apunta que las máscaras de los asesinos en el slasher son más que un elemento visual: representan fuerzas despersonalizadas que regulan y controlan el entorno, como el mercado en el sistema liberal. Estos asesinos operan como metáforas de un sistema que premia la competencia individual y castiga a los «débiles», haciendo eco de las tensiones sociales de la época​.

La posmodernidad del miedo

El slasher, en su esencia, es un producto posmoderno: cuestiona las metanarrativas tradicionales y ofrece una visión fragmentada del mundo. Desde los finales abiertos hasta las realidades incoherentes, el subgénero refleja un nihilismo que conecta con el desasosiego de una sociedad que ha perdido la fe en el progreso lineal​.

Conclusión: El enemigo interior

El slasher nos enfrenta a una verdad inquietante: el verdadero monstruo no es el asesino enmascarado, sino nosotros mismos. A través de su violencia y sus metáforas, el género nos obliga a mirar nuestras propias contradicciones y miedos. Como espectadores, buscamos consuelo en la idea de que podemos sobrevivir al horror, aunque al final lo único que permanece… es el miedo​.

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Adolfo Martínez Rodríguez
Estudiante de Filosofía residente en Rotterdam (Holanda). Músico, compositor y bioquímico. Participo organizando el Festival de Cine Global de La Haya.

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