Halle Berry, Perdida en el Bosque y Sin Guion

Qué cosas, con lo mona que era esta chica (Halle Berry) y lo mal arreglada que aparece en esta película. Ya sé, ya sé… cosas del guion, y también soy consciente de que no hay que sexualizar ni a una mosca, pero para el bodrio que es la película, se podría haber lavado un poquito, la verdad. En fin, la señora Berry vive en una bonita y solitaria cabañita de madera en medio de un bosque, junto a sus dos hijos, que también andan hechos unos adanes, los pobres. La casita es una monada, algo descuidada y sucia, pero oigan, el mobiliario es una fantasía: tiene un toque romántico muy a tono con el terror, y algunos elementos decorativos, como el gramófono con trompeta, son una verdadera maravilla. Si hubiera tenido un poquito de visión empresarial, doña Halle podría haber montado una casa rural o algo así, con desayunos rústicos incluidos, trato familiar, ambiente agradable… y a correr. Pero no es el caso.
Les sugiero a esos productores con tanto dinero que se den una vuelta por España, por sus pueblos, y escuchen cuentos y leyendas de antaño, como las de Bécquer, y tal vez les surjan mejores temáticas.
La “Jale” (perdón por la confianza, pero es que parece la entrañable loca del barrio) anda obsesionada con las cuerdas; quizás tuvo algún tío abuelo marino en el Puerto de Santa María que “en los barcos del contrabando, al langostino se fue…”. ¡Qué sé yo! La cuestión es que, para salir de la cabañita, siempre ata a sus dos niños para protegerlos de «el mal», así en términos generales. La mujer ve cosas muy feas y muy cochinas, y supuestamente busca proteger a los críos amarrándolos cuando salen de caza. Si no me falla la memoria (perdonen si no lo aseguro, me estaba durmiendo), los niños son mellizos: uno obediente y formal, y el otro un poco más racional y díscolo, así que, como en todas las familias, surgen discrepancias. Gritos, roces, reproches… lo de siempre, pero aquí con alguna que otra escena algo macabra que te despierta en momentos puntuales.
Y, sinceramente, no sé qué más contarles porque no hay mucho más. La silla de la sala era bastante cómoda, y el sonido, aceptable. Lo que más me ha gustado de la cinta, quizá, ha sido el menú que se zampan en familia: muy natural y sostenible (muy en línea con la agenda 2030, bichos incluidos). Lo que menos, pues prácticamente todo lo demás. Un bodrio tan grande como una catedral gótica con pináculo incluido, un guion vergonzoso: un niño de ocho años narcotizado con un “tripi” dado por error por sus progenitores a y b lo haría mejor sin lugar a dudas, y un reparto que, aunque encabeza la oscarizada Halle Berry (Monster’s Ball), no logra enganchar.
Nunca te sueltes es una película de terror previsible, aburrida, con guarrerías sin sentido, un guion absurdo y un reparto que no aporta nada.
Hollywood: ¿Sin Ideas o Sin Ganas?

Estas películas tan malas me hacen pensar que en EEUU se están quedando sin ideas, sin imaginación y sin historias (quizá por, justamente, tener tan poca Historia). Por eso, les sugiero y ofrezco a esos productores con tanto dinero que se den una vuelta por España, por sus pueblos, y escuchen cuentos y leyendas de antaño, como las de Bécquer, por ejemplo, y tal vez les surjan mejores temáticas. Señor Aja (director), sin acritud y con todo el respeto del mundo, le recomiendo echar un vistazo al otro lado del océano. Usted y sus colegas encontrarán historias apasionantes que, con una buena financiación, podrían convertirse en éxitos de taquilla asegurados, vendiendo tantas entradas como churros en la freiduría de Manuel Becerra.
En fin, “Nunca te sueltes” es una película de terror previsible, aburrida, con guarrerías sin sentido, un guion absurdo y un reparto que no aporta nada. Buenas tardes, y saludos al tío del Puerto de Santa María.



