Boardwalk Empire: antihéroes de realidad mejorada

Boardwalk Empire

El general Cambrone, jefe de la Guardia Imperial contestó a la propuesta de rendición que le hicieron los ingleses en Waterloo, escueta y lacónicamente, con la palabra “merde!”. La historiografía francesa ha embellecido y retorcido el episodio haciéndole decir: “La Guardia muere pero no se rinde”. Es lo que nuestros informáticos llamarían “realidad mejorada”. Esto viene a cuento de la serie ‘Boardwalk Empire’, cuya quinta y última temporada terminó el pasado mes de Octubre, y merece algún comentario. Sí, porque ‘Boardwalk Empire’ es la “historia mejorada” de los gánsters norteamericanos de los años veinte en la que todos ellos resultan ampliamente embellecidos.

Cuando uno ve la foto del auténtico Enoch “Nucky” Johnson, y la compara con la del protagonista de esta serie Enoch “Nucky” Thomson se da cuenta de que en Hollywood todo es permisible, adelgazando cincuenta kilos al protagonista, embellecerlo y cambiando su destino, a mayor gloria de un final coherente. Para saber lo que fue aquella época en los EEUU tenemos dos caminos: o los documentales de la TV2 o películas de ficción sobre el tema. No han faltado desde 1932 con el ‘Scarface’ de Howard Hawks, protagonizada por Paul Muni e inspirada en la biografía de Al Capone, hasta esta serie de ‘Boardwalk Empire’. Gracias a estos productos hemos ido teniendo una visión más o menos “mejorada” de lo que fue la prohibición y el período dorado del gansterismo.

Películas como ‘Eliot Ness’ (de Brian de Palma, 1987) o la serie basada en el mismo tema ‘Los intocables’ (1959-63), ‘Camino a la perdición’ (2002), ‘Bugsy’ (1991), ‘El enemigo público’ (1931), ‘Los violentos años 20’ (1939) y otras muchas han tocado esta temática y han tenido como protagonistas a gánsters que realmente existieron. Pero ‘Boardwalk Empire’ tiene una ventaja sobre estas producciones: ninguna duró más allá de 100 minutos.

En efecto, con 56 episodios, divididos en cinco temporadas, los guionistas han podido disponer de 3.360 minutos, para desarrollar una parte de la historia norteamericana que abarca el primer tercio del siglo XX. Cabe decir que la inmensa mayoría de personajes tuvieron existencia real. Las necesidades narrativas y el lenguaje cinematográfico hacen que el espectador, no avisado, se sorprenderá al saber que no solamente hubo y hay mafia italiana, sino que en los años veinte ya existía una prominente mafia judía (a través de la cual entró la heroína en EEUU y el trucaje de las apuestas), una mafia irlandesa y una mafia negra, cada una de ellas dividida en su interior en familias, a menudo rivales, que forjaban alianzas inestables con otros grupos étnicos para imponerse sobre sus rivales.

Si por una proverbial acidez propia del crítico cinematográfico (demasiado habituado a visionar truños), estuviéramos predispuestos a encontrar pegas y deficiencias a esta serie, sin duda, nos veríamos en dificultades para identificar los puntos débiles. Cada vez con mayor frecuencia, directores y productores curtidos en la gran pantalla se pasan a la pequeña. Siempre les facilita tiempos más dilatados para que puedan desarrollar temáticas y pintar personajes. ‘Boardwalk Empire’, por ejemplo, está asociada a Scorsese y Buscemi. Los nombres de ambos delatan ascendencia italiana lo que remite directamente, para bien o para mal, a la temática mafiosa. Ambos han sacado adelante, como director-productor uno y como actor otro, películas sobre este fenómeno que han gozado ampliamente del favor del público y de la crítica. La combinación entre ambos no podía ser sino un éxito. Si a eso añadimos que el guionista principal es Terence Winter, creador de ‘Los Soprano’, entenderemos porqué a esta serie le cabe el rótulo de “nacida para triunfar”.

De hecho, los únicos que se han atrevido a apuntar alguna crítica a ‘Boardwalk Empire’ han dicho de ella que se parecía demasiado a ‘Los Soprano’. No es cierto. Están ambientadas en dos épocas diferentes y, por lo demás, los “niveles delictivos” de los protagonistas son, así mismo, diferentes. ‘Los Soprano’, no dejan de pertenecer a los niveles más bajos, casi arrabaleros, de la mafia, muy distantes de las cúpulas de decisión. ‘Boardwalk Empire’, por el contrario, tiene como protagonista al “dueño” de Atlantic City durante los años 20 y su trasfondo alude al nacimiento del crimen organizado a nivel federal a finales de esa década. Estamos hablando pues de “cúpulas”, no de gánsters de barriada. Hay que decir que para las cinco temporadas se ha reconstruido el paseo marítimo de Atlantic City en torno al cual transcurre lo esencial de la serie. Mención aparte merece la aparición en la última temporada de John Kennedy, padre del clan, a medio camino entre la delincuencia y la especulación bursátil, o las pinceladas sobre la Cuba de finales de los veinte, ya convertida en burdel de los EEUU.

Boardwalk Empire

La historia es, a ratos, descarnada, siempre ingeniosa, y con un final que no deja cabos sueltos. De hecho, la serie tuvo cinco temporadas porque era lo necesario para explicar la acción del crimen organizado desde el inicio de la Ley Seca (1919) hasta su derogación (1933), años en los que las bandas criminales eran pequeños grupos ligados a condados concretos, llegando a constituir una tupida red que abarcaba todo el territorio de los EEUU. En la última temporada, para cerrar el ciclo, se dramatiza la corrupción político-moral que ya existía a principios del siglo en la ciudad-escenario de los hechos, Atlantic City. Fueron aquellas aguas lo que trajeron los lodos gansteriles de los años veinte.

Diálogos ingeniosos, lacónicos, constituyen pinceladas suficientes como para conocer desde las primeras escenas a cada uno de los personajes. La ambientación, desde el vestuario hasta las armas utilizadas, los vehículos y hasta el último objeto del atrezzo, son sencillamente magistrales y sin fisuras y explican por qué la serie ha recibido 40 nominaciones a los Emmy y obtenido reiteradamente premios y reconocimientos no solamente en EEUU sino allí en donde se ha proyectado. ¿Qué podemos decir de la banda sonora? Es, sin duda, uno de los mejores aspectos; cada episodio termina con un sonido de aquella época. Las voces de Khaty Brier y Margot Bingham destacan por encima del resto de piezas que rematan cada episodio.

No hay personajes ejemplares en esta serie. Todos, absolutamente todos, son antihéroes. El mismo director del FBI, Edgar Hoover es pintado como un oportunista sin escrúpulos, los personajes de la administración, incluido el fiscal general de la Unión, son, pura y simplemente corruptos, como los que proliferan en nuestro rincón de la Galaxia. El guión nos lleva por lugares tan absolutamente inesperados como la Irlanda previa a la sublevación del IRA en 1921 o a la Cuba del período crepuscular de Gerardo Machado, a la América profunda, o a los más lujosos hoteles de Nueva York.

La interpretación de Buscemi como “Nucky” Thomson es simplemente genial, pero en los papeles secundarios el casting ha sido igualmente acertado: destacan especialmente por el impacto que causan en el espectador Michael Shannon como “agente Van Alden”, camaleónico actor secundario al que le auguramos un gran futuro por su particular fisonomía, que le permite ser inquietante o gratificantemente cómico, o Stephen Graham que realiza una creación de Al Capone que mejora cualquier otra que se haya hecho anteriormente, sin olvidar, naturalmente a Jack Huston que interpreta a un francotirador con el rostro deformado por la metralla y cubierto por una máscara. Y por supuesto la esposa del protagonista y su hermano, interpretados respectivamente por Kelly MacDonald y Shea Whigham… y no tendríamos inconveniente en encontrar hasta en el papel más pequeño a actores secundarios de mucha experiencia o a actrices suficientemente curtidas como Patricia Arquette.

La serie tiene un problema que ya se evidenciaba en ‘Los Soprano’: en mayor o menor medida, absolutamente todos los personajes son, sin excepción, unos hijoputas redomados. En algunos aparecen tenues muestras de moralidad, habitualmente seguidos por episodios de crueldad infinita, a veces de heroísmo, otros de locura, siempre vinculados a actividades delictivas. El espectador no tiene dificultades en identificarse con unos o con otros, lamentar la muerte violenta o el destino trágico que aguarda a la mayoría. Todos ellos son anti-héroes en una América que vive desde hace décadas, decepción tras decepción. Las bases del calvinismo se van erosionando a la vista de que el buen Dios –como el Cron de Conan, aquel que sólo “ayuda a los que se ayudan”–, lejos de recompensar a los “justos”, atribuye las mayores fortunas a los más «desaprensivos». Desde el principio era evidente que todos estos anti-héroes debían de sufrir algún castigo final para evitar tentaciones de seguir tales modelos. Por eso van desapareciendo todos ellos trágicamente.

La serie ha sido retransmitida en multitud de países. Nosotros hemos preferido una sobredosis de las cinco temporadas vistas en apenas quince días. En una televisión en la que las noticias deprimentes se suceden en los informativos, la chabacanería de los realitys y las insufribles películas de vaqueros que se extienden como una mancha de aceite cada vez por más canales, va siendo hora de que el espectador no resignado se forje cada día su propia programación personalizada. Herramientas no faltan. Podemos elegir entre eso o morir de aburrimiento o de ansiedad por los cortes publicitarios.

Boardwalk Empire

Sinopsis La Primera Guerra Mundial ha terminado y Wall Street está a punto de explotar. Es una época de cambios. Atlantic City es un espectacular lugar de vacaciones en el que sólo se respetan las reglas impuestas por Enoch «Nucky» Thompson.
País Estados Unidos
Creador Terence Winter
Director Timothy Van Patten, Allen Coulter, Jeremy Podeswa, Ed Bianchi, Brad Anderson, Alik Sakharov, Jake Paltrow
Guión Terence Winter, Cristine Chambers, Bathsheba Doran, Meg Jackson, Howard Korder, Steve Kornacki, Itamar Moses (Libro: Nelson Johnson)
Fotografía Jonathan Freeman, Kramer Morgenthau
Reparto Steve Buscemi, Kelly Macdonald, Shea Whigham, Michael Shannon, Stephen Graham, Michael Pitt, Gretchen Mol, Michael K. Williams, Jack Huston, Vincent Piazza, Aleksa Palladino, Paul Sparks, Michael Stuhlbarg, Paz de la Huerta
Productora Home Box Office (HBO) / Leverage Management / Closest to the Hole Productions / Sikelia Productions / Cold Front Productions
Género Thriller
Duración 55 min.
Año 2010-2014
Título original Boardwalk Empire

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Amor DiBó

Trabaja en el mundo editorial, y le gusta la arquitectura, viajar, el cine, la robótica-nanotecnología, hacer tortilla de patata, el té y la buena educación.

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