La flaqueza del bolchevique se estrenó en el año 2003 bajo la dirección todavía inexperta de Manuel Martín Cuenca. Esto se nota en su estilo rudimentario y su técnica más bien vulgar.
La película es muy básica en casi todos los sentidos, con un desenlace torpe y precipitado. Sin embargo, toda esta aparente simpleza hace que nuestra atención se centre exclusivamente en dos elementos: Luis Tosar y María Valverde.
Sus conversaciones, sencillas en su forma, pero enormemente ricas en matices, esconden un sinfín de significados, sentimientos, ideas, y formas de ver la vida.
Son dos personajes opuestos, tanto en edad como en carácter, pero que se encuentran en su incertidumbre, en su vagar por la vida en busca de algo…
Sus miradas, la tensión que se respira entre los dos es magnífica. Es la historia del amor imposible mil veces contada, pero llevada a cabo por los mejores actores posibles en ambos papeles.
Cierto es que no sería justo que todo el mérito fuera a parar a manos de ellos dos. El material del que parte es muy bueno (la novela de Lorenzo Silva), y si la dirección he dicho que no es nada del otro mundo, sí que lo es la dirección de actores, donde Manuel Martín Cuenca hace un trabajo soberbio.
La flaqueza del bolchevique es una de esas películas que sí la analizas de forma fría, difícilmente llegaría al aprobado, pero cuyos elementos menos tangibles elevan su calidad hasta límites pocas veces vistos.