Vengo de ver una película de animación llamada ‘The boxtrolls’ y estoy francamente maravillado.
Empezaré con lo más obvio: técnicamente, es una obra de arte. La animación ‘stop motion’ siempre me ha fascinado pero, en esta ocasión se alcanzan unas cotas de expresividad, ingenio y detalle francamente inauditas. Desde el más ligero parpadeo hasta la escena de acción más compleja, admirar la labor de la compañía ‘Laika’ es siempre un placer. Lo que pasa es que, en esta ocasión, se han superado a ellos mismos. ‘Coraline’ y ‘Paranorman’ fueron películas magníficas, pero parecen poco menos que borradores de lo que han conseguido con su última locura.
La película está basada en una novela de Alan Snow llamada ‘Here be monsters’ pero, al parecer, más que adaptar el material original, se han cogido ciertos elementos para construir una historia totalmente distinta.
El filme narra las aventuras de Eggs, un niño criado por los boxtrolls. ¿Qué son los boxtrolls? Pues una raza de graciosos monstruos que visten con cajas de cartón y duermen en una guarida subterránea. El villano de la función es Archibald Birlante, que tiene el aspecto del pingüino de Danny DeVito y la personalidad de Gordon Gekko. Un repugnante detrito social que pretende ganarse las simpatías de la aristocracia como exterminador de boxtrolls.
Nuestro protagonista tiene algún conflicto de identidad, pues tiene dos padres (uno adoptivo, otro biológico) y, claro, no sabe bien a qué mundo pertenece. No es que este sea un conflicto especialmente relevante en el producto final, pero merece la pena mencionarlo.
Recuerdo cuando salió el primer trailer. Ciertos grupos de derecha se ofendieron porque decía que «las familias vienen en cajas de todos los tamaños y colores», como referencia a los nuevos modelos de familia. Pues bien: si encuentras algún problema en la ética de esta película, probablemente seas una persona horrible y, por tanto, tu opinión me importa un pepino.
En mi opinión, una buena película siempre tiene que hablar de realidades actuales, pero rara vez acepto que esto se haga de forma obvia. Por eso disfruto tanto con el género fantástico y me aburro enormemente con el drama social.
Dicho esto: ‘The boxtrolls’ es una película sobre la crisis. Y no sólo eso, es la mejor película sobre la crisis que he visto hasta ahora.
Los monstruosos héroes se contentan viviendo de la basura de los humanos, que viven en una sociedad decimonónica claramente estratificada. Los miembros de la casta gobernante son una pandilla de ineptos descerebrados que no muestran el menor interés por los problemas ajenos. Los demás habitantes de la ciudad no parecen muy felices, pero el miedo a los «seres del submundo» les mantiene a raya. A medida que conocemos más detalles, vamos entendiendo que no hay forma posible de arreglar semejante estructura social si no es aboliéndola por completo.
Por su parte, Archibald Brilante desea, con todas sus fuerzas, abandonar su estrato social y pasar a formar parte de la élite de la ciudad, que dedica la totalidad de su tiempo y recursos en devorar queso. Lo curioso del asunto es que el susodicho villano es alérgico a la lactosa.
¿Existe acaso algo más capitalista que destruir violentamente todo cuanto te rodea para obtener algo que no te sirve de absolutamente nada? ¿De acabar con la vida de los demás por un símbolo de estatus que, de hecho, puede llegar a matarte?
Los trolls que rapta Birlante se ven obligados a trabajar en una suerte de máquina infernal y su única reacción ante la violencia es esconderse en sus cajas. El arco de estos personajes será, evidentemente, alzarse y luchar contra la injusticia.
Este largometraje habla más y mejor de la situación política actual que ningún otro estrenado este año. ¡Y sin dejar de ser una película para niños!
El efectivo sentido del humor que impregna la cinta debe mucho a las sátira salvaje de los Monty Python, mientras que el desarrollo de la historia nos recuerdo al mejor Roald Dahl. Unas referencias muy británicas que se ven acentuadas por el aspecto visual de héroes y villanos, deliberadamente feísta.
Claro está, ninguna película es perfecta. Los boxtrolls del título no tienen mucho que hacer, aparte de resultar adorables. Son, claramente, una excusa argumental y ni siquiera tienen personalidades diferenciadas. Incluso la propia historia (como ya ocurría en las mencionadas ‘Coraline’ y ‘Paranorman’) está pobremente estructurada y se beneficia más de los «momentos» que de una trama desarrollada con fluidez.
Pero el conjunto funciona y, más importante, emociona. No sé como alguien puede ver la película y no sentir fascinación por la humanidad y franqueza que destila cada uno de los personajes.
Un filme inteligente, original, sobre la actualidad pero no anclada en ella, con la que se puede reir, se puede llorar y se puede aprender… ¿que cojones es el cine, si no eso mismo?
Sinopsis Cheesebridge es una elegante ciudad obsesionada por el dinero. Debajo de sus encantadoras calles adoquinadas viven los Boxtrolls, unos monstruos que salen de las alcantarillas por la noche para hacerse con los bienes más preciados de los habitantes: sus hijos y sus quesos.
País Estados Unidos
Director Graham Annable, Anthony Stacchi
Guión Irena Brignull, Adam Pava (Libro: Alan Snow)
Música Dario Marianelli
Fotografía John Ashlee Prat
Reparto Animation
Productora LAIKA / Focus Features
Duración 97 min.
Género Animación
Título original The Boxtrolls
Estreno 31/10/2014
Trailer
Una gran película. Bien hecha, meritoria, arriesgada, satisfactoria… Yo la recomendaría a niños y mayores… me daría una gran alegría que se llevara el Oscar al que está nominada. Además recibe el rechazo de los sectores ultraconservadores de EEUU ¿qué más se puede pedir?