A Dylan (Johnny Flynn) le han diagnosticado clamidia y tiene catorce capítulos para darle la noticia a cada una de las chicas con las que se ha acostado, de momento. Un capítulo, una chica. Esta responsable y preventiva decisión nos deja cotillear durante veinticinco minutos cómo este chico británico conoció (íntimamente) a cada una de ellas.
Evie y Luke son sus mejores amigos que lejos de padecer una enfermedad venérea, padecen la enfermedad del amor, que no es venérea pero es altamente peligrosa. Produce dolores de estómago, escalofríos, sudores, embriaguez y riesgo de ceguera. Ah y es crónica, o sea para siempre.
La edad más propensa para incubar este tipo de enfermedad es aproximadamente entre los 20 y 25 años, es decir cuando las personas comenzamos a relacionarnos más íntimamente con los demás y navegamos hacia compromisos más largos con alguien que no es un miembro de la familia.
Dylan, Evie y Luke son amigos y compañeros de piso. Dylan, Evie y Luke son amigos y buscan el amor. Dylan, Evie y Luke buscan amistades y se enamoran. Dylan, Evie y Luke buscan algo y encuentran demasiado. Dylan, Evie y Luke buscan todo y encuentran la nada. ¿La clave del éxito? No la tienen. Nadie la tiene. Pero bueno, no hay dos sin tres, no hay mal que por bien no venga, no hay mal que cien años dure y no hay amistad sin amor, o ¿amor sin amistad? No lo saben. Nadie lo sabe.
Lovesick es un ir y venir de acontecimientos llenos de verdad y de honestidad. Lovesick es crisis, es identidad y es crisis de identidad. Lovesick son flashbacks continuos, son transiciones que te ayudan a identificar su narración y a entrar en su juego. Lovesick tiene buen gusto, buena planificación, colores con un tinte retro y planos que cuentan tanto o más que los personajes. Lovesick suena a bandas como Hinds, The Primitive, Foals o Metronomy . Lovesick se lo toma en serio y aún así yo no puedo evitar morirme de la risa.
Pero bueno, volvamos a lo serio. Yo no sé muy bien cómo funciona esto del amor, no soy médico. No obstante me pasa que odio el amor porque todo gira en torno a él. Es egoísta, es caprichoso, incluso es venenoso y contagioso… (sino qué se lo pregunten a Dylan). Pero estoy enamorada del amor porque tiene poder, porque es valiente, porque es capaz de mover el mundo y porque siempre tiene la maldita razón.
Si tienes todos estos síntomas. No lo dudes, toma Lovesick. Te ayuda a combatir y compartir la estupidez del ser humano.