Michael Haneke. El atormentador.

Michael Haneke

Michael Haneke

Michael Haneke se ha convertido en una figura idolatrada por muchos cinéfilos gracias a una visión del cine muy particular y a un carácter que le ha permitido mantenerse fiel a ella.

De origen germano-austriaco, Haneke se interesó por el mundo del espectáculo desde muy pronto, protagonizando un par de intentos frustrados por sumergirse en la interpretación y la música. Su preocupación por la realidad social, la política y la moral le condujeron a tomar la decisión de apartarse del mundo artístico  para cursar estudios de filosofía y psicología, los cuales acabó con excelentes calificaciones.

Sin embargo, y a pesar de sus enormes capacidades para desempeñar funciones asociadas a sus estudios, Haneke volvió a arriesgar apostando por el mundo del cine. Comenzó como crítico, para a continuación trabajar como dramaturgo en teatro y televisión.

Su salto a la pantalla grande se produce con «El Séptimo continente», una película en la que ya aparecen las principales características de lo que iba a ser su carrera cinematográfica, donde convergeran todos los conocimientos y preocupaciones presentes en él.

Cache Escondido

Escena de «Caché (Escondido)»

A través de sus películas, Haneke explora los rincones más oscuros del alma humana. Plantea complejos interrogantes sin dar respuestas, dejando para el espectador la labor de hacer un juicio de valor sobre semejantes dilemas.

Su cine es austero, cotidiano en la forma y tenebroso en el fondo. Plantea situaciones rutinarias, en las cuales la violencia sucede como cualquier otra cosa, aparece sin artificios, sin avisar, natural y terrible, injustificada e irracional.  Es una cualidad más del ser humano que aflora sin un sentido claro, y esto la hace, si cabe, más brutal.

A pesar de ello, en sus películas no es habitual encontrarse con una violencia excesivamente explícita, sino que esta respira en el ambiente y los personajes, se encuentra detrás de una pared o una puerta. Haneke utiliza todas sus armas de psicólogo para llevar al espectador a una situación de estrés que no todos están dispuestos a soportar. De aquí que películas suyas como «Funny Games»o «La Pianista» sean más incómodas para el espectador que el cine de terror más grosero y sangriento.

Funny Games

Escena de «Funny Games (1997)»

El ritmo con que narra estas historias es lento, consciente de ser irritante en ocasiones, fatigoso para el espectador, pero sin dejar de mostrarse con interés. Y de repente, en cualquier momento de esa cotidianidad tan perturbadora puede aflorar la violencia latente, produciendo en el espectador un impacto descomunal.

«Caché» es un buen ejemplo de ello, una película descomunal, que cumple con todos y cada uno de los dogmas del cine de este director tan particular. Aquí, muestra una vez más, pero quizá de manera más certera, la entrada del mal en la vida de una familia acomodada. Y realiza además, una incisiva reflexión sobre la culpa, recibiendo numerosos premios a nivel europeo.

Sin embargo, fue con su última película hasta la fecha, «La cinta blanca», con la que ganó la Palma de Oro en Cannes, demostrando que se encuentra en plena forma.

Es por todo ello, por lo que lo considero uno de los directores más interesantes, diferentes y estimulantes de los últimos años, y lo recomiendo encarecidamente a aquellos espectadores atrevidos que busquen nuevas formas de hacer cine.

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Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

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