Transformers: la era de la extinción

Transformers: la era de la extinción

Es fascinante que esta película exista.

Empecemos por el principio: en el Hollywood de las franquicias, por norma general, los cambios efectuados en una secuela son una reacción directa a las críticas que tuviese la entrega anterior. Sin embargo, en la serie Transformers ocurre exáctamente lo contrario.
¿La opinión generalizada dice que la película es demasiado larga? ¡Añadamos otro cuarto de hora de tortazos! ¿Que la trama carece de sentido? ¡Hagámoslo todo todavía más incoherente! ¿Que es sexista? ¡Más escotes! ¿Que el humor es pueril? ¡Más chistes de masturbación! ¿Que los robots parecen chatarra y los combates apenas se entienden? ¡Ahora las escenas de acción transcurren en vertederos, para que todo sea todavía más confuso!

Estamos ante uno de los pocos casos en la historia del cine en los que cada filme es, de forma consistente y deliberada, mucho peor que el anterior. Y la cosa no parece que vaya a acabar pronto.

No voy a negar que disfruté con la primera parte, que recordaba enormemente al cine familiar de los 90. Una aventura algo convulsa, pero divertida y sin ninguna pretensión. La película no era «buena» pero tampoco necesitaba serlo. Lo que ha ocurrido más adelante ya es neumático de otro desguace.

Tras su desastrosa secuela (desastrosa en términos argumentales, no económicos), la marca decidió redefinirse a sí misma. A partir de ahora sería basura de la peor clase, pero basura que todo el mundo iba a consumir sí o sí. Decidieron ir mas allá del «placer culpable», convirtiendo la palabra Transformer en sinónimo de ruido y estupidez supina, como una especie de reacción rebelde a los intentos de otros directores contemporáneos de dignificar el cine comercial.

¿Podemos considerar esta estrategia como un error? ¡No! ¡¡Ha funcionado!!

Este engendro ya ha superado la taquilla de todos los demás estrenos del verano y se ha convertido en el mayor éxito de la historia de China. Si esto asusta, voy a expresarlo de una forma en la cual asustará más todavía: millones de personas han visto Transformers: la era de la extinción y, además, les ha encantado. Muchos la recomendarán a sus amigos y familiares, y algunos incluso volverán a pagar por verla.

Cómo es esto posible, escapa totalmente a mi entendimiento.

Transformers: la era de la extinción

No voy a negar el valor técnico de la cinta. Más allá de sus efectos especiales, Michael Bay nos regala docenas de planos hermosamente compuestos e iluminados con una impecable estética de anuncio de Benetton. Incluso la música es buena, aunque mortalmente repetitiva. También hay un extraño homenaje a Paris, Texas y, probablemente, alguna referencia que me habré perdido al cine de los hermanos Coen.

El espectáculo dura casi tres horas, y, tras los primeros treinta minutos, no tiene mucho más que ofrecer. Ya hemos visto chicas guapas, humor idiota, coches rápidos, feos alienígenas y monstruosas explosiones. El resto es pura rutina. Las escenas de acción se suceden de forma sorprendentemente monótona, con un clímax detrás de otro y trasladando a sus personajes de un rascacielos americano a uno asiático porque sí, porque toca. La película incluso tiene el valor de incluir flashbacks a escenas que han tenido lugar hace apenas unos minutos, como asumiendo que en ese momento estábamos jugando al Candy Crush.

Los héroes metálicos no se diferencian mucho de los villanos metálicos, ni en la forma ni en el fondo. En ocasiones incluso parecen auténticos psicópatas neonazis. Por su parte, los personajes humanos aprenden que la ciencia es mala y las armas de fuego, buenas. Esto incluye, por cierto, a una parodia de Steve Jobs que parece salida de un sketch de Saturday night live de hace cinco años.

Ni siquiera se respetan los principios básicos de la narrativa. La trama se compone de lo que deberían ser dos películas distintas; una de ellas trataría sobre humanos codiciosos resucitando al villano de los filmes anteriores. La otra, sobre un cazarecompensas alienígena que ayuda a una unidad del gobierno a acabar con todos los autobots. Ninguna de estas dos historias acaba por converger del todo, de forma que el resultado es una especie de macedonia absurda de guiones desechados por otros estudios.

No pido que, de repente, se ponga de moda Tarkovsky, válgame el cielo. Pero es que esto no es una buena película de acción. Apenas es una película.

Por ejemplo, Pacific rim (que también incluye robots gigantes) sabe que su público son chavales entre los siete y los catorce años pero no ofende al público adulto. Las batallas muestran cierto ingenio y, aunque ninguno de los personajes sea especialmente interesante, al menos sí son consistentes. Sin embargo, la película de Guillermo del Toro alcanzó en toda su carrera comercial un éxito de taquilla equivalente a la mitad de lo que Transformers: la era de la extinción ya ha conseguido. Nuevamente, pido perdón por no entender cómo es esto posible.

Seguro que alguien está leyendo la crítica y piensa que, lo que hay que hacer, es desconectar el cerebro y disfrutar del espectáculo. Que no he entendido nada. Que la peli da lo que promete y es un no parar de emociones fuertes.

Me gustaría decir que esa es una opinión válida. Pero, lo que es yo, sólo tenía dos palabras grabadas a fuego en mi mente durante todo el metraje: menudo coñazo.

Transformers: la era de la extinción

Sinopsis Han pasado 4 años desde el incidente de Chicago y la humanidad continua reparando los destrozos, pero tanto los Autobots como los Decepticons han desaparecido de la faz de la Tierra. Ahora el Gobierno de los Estados Unidos está utilizando la tecnología rescatada en el asedio de Chicago para desarrollar sus propios Transformers. Se pone al frente del proyecto a Joshua Joyce, un arrogante diseñador que cree que los Autobots son «basura tecnológica» y se cree capaz de realizar unos robots infinitamente más avanzados. Mientras tanto Cade Yeager, un mécánico inventor, encuentra un Marmon semi-trailer. Al intentar repararlo descubre que el camión no solo era un Transformer, sino que también es el mismísimo Optimus Prime, líder de los Autobots. Sin duda, Cade no sabe que este descubrimiento traería malas y buenas consecuencias para su vida.
País Estados Unidos
Director Michael Bay
Guión Ehren Kruger
Música Steve Jablonsky
Fotografía Amir Mokri
Reparto Mark Wahlberg, Nicola Peltz, Jack Reynor, Stanley Tucci, Kelsey Grammer, Sophia Myles, Victoria Summer, T.J. Miller, Han Geng, Li Bingbing, Brenton Thwaites, Cleo King, Titus Welliver, Teresa Daley, Michael Wong
Productora Paramount Pictures / Hasbro / China Movie Channel
Duración 165 min.
Género Ciencia ficción
Título original Transformers: Age of Extinction (Transformers 4)
Estreno 08/08/2014

Trailer

Calificación3
3

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Enrique Dueñas

Enrique Dueñas , escritor y guionista, aficionado al género fantástico y la tarta de queso.

1 comment

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  1. Sebas Cepe 1 octubre, 2014 at 20:45 Responder

    ¿Le pones un 3? No merece ni nota, tal vez ni se merece que se hable tanto de ella sino fuera por la ingente cantidad de dinero que ha recaudado a pesar de ser una de las mayores mierdas que el cine ha parido (así, en general).

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