«En una temporada caracterizada por héroes luchando contra héroes, esta es la única ocasión en la cual he sentido un auténtico interés por el enfrentamiento. X-Men:Apocalipsis es mejor que Batman v Superman, pero yo diría que también supera a la muy apreciada Civil war.»
El cine de superhéroes es el género más popular en Hollywood hoy día, como lo era el western en los años 50. Y todo comienza en el año 2000 con X-men. Con el Magneto de Ian McKellen, con el Charles Xavier de Patrick Stewart y con el Lobezno de un jovencísimo Hugh Jackman. Había habido películas de superhéroes antes, sí, pero del mismo modo que había habido westerns antes de La diligencia. Es debido a aquel filme de Bryan Singer que el género se consolida, que se demuestra que personajes poco conocidos por el gran público pueden volverse extremadamente populares si son interpretados por buenos actores y reinterpretados por un guión coherente. De repente, unos tipos con poderes creados en los años 60 parecen realistas y modernos. De repente, un director proveniente del circuito independiente se integra en la cadena de montaje de un gran estudio sin ningún problema, táctica que se seguirá en los años siguientes.
Si las consecuencias de este éxito han sido «buenas» o «malas» para el cine es algo que deberá decidir cada uno desde su casa.
El otro día leí en algún sitio que The Dark Knight no es para tanto, porque si Capitan America: winter soldier hubiera sido estrenada antes, habría recibido toda clase de alabanzas. Esto, amigos míos, es una auténtica chorrada. Que una película exista seis años antes que la otra no es un detalle sin importancia, sino algo fundamental. Sin el largometraje de Christopher Nolan NO EXISTIRÍA ni la secuela de las andanzas del Capitán América (al menos no en su forma actual) ni muchos otros títulos de los últimos años, del mismo modo que sin La diligencia no existiría los mejores westerns de los 50.
Decir que un relato es reiterativo o poco original es una crítica perfectamente válida, incluso si aceptamos que todas las historias vienen de otras historias.
Lo que intento decir es que no podemos afirmar que las películas existen en medio del vacío, porque, sencillamente, no es así.
X-men: primera generación era buena película, pero Días del futuro pasado es poco menos que una obra maestra del género. Porque cuenta con un millar de personajes, pero todos tienen vida propia, porque cuenta una historia compleja con dos líneas temporales pero jamás se pierde en su propia estructura y porque está rodada con una precisión digna de un cirujano. Pero, principalmente, porque tiene un clímax que, al contrario de lo que suele ocurrir, no se basa en pegar con más fuerza o en algún ardid de ciencia ficción. Se basa en la palabra. En convencer a una persona con un gran rencor (Mística) que aún puede hacer lo correcto. Que si deja a un lado sus miedos, habrá una vida mejor esperándola, no sólo a ella, sino a todos… y al conseguirlo, demuestra la fuerza de la filosofía de Xavier frente a la de Magneto, sin que ambos personajes se hayan visto obligados a combatir frente a frente. Es una forma brillante de construir el desenlace de lo que es, fundamentalmente, un filme de acción.
En la última entrega de la franquicia, sin embargo, cuenta quién pega con más fuerza y todo tipo de ardides de ciencia ficción. No sólo eso, sino que muchas de sus imágenes suenan a algo «ya visto». Tras siete secuelas (ocho si contamos Deadpool) y la brutal competencia del universo cinematográfico de Disney/Marvel supongo que la decepción era inevitable.
Dicho esto, X-Men: Apocalipsis no es mala película. De hecho, en una temporada de estrenos caracterizada por héroes luchando contra héroes, esta es la única ocasión en la cual he sentido un auténtico interés por el enfrentamiento. Por supuesto, el filme es mejor que Batman v Superman, pero yo diría que también supera a la muy apreciada Civil war que, en opinión de quien esto escribe, cuenta una historia carente de consecuencias palpables ni arcos definitivos.
Y es que Bryan Singer sabe la importancia de dar a los personajes un pasado y unos objetivos. Darles motivaciones, miedos y esperanzas, para que el espectador sienta cada mazazo como propio (tanto los metafóricos como los literales). Pero, sobre todo, lograr que dichos personajes se relacionen entre ellos de forma orgánica y que dichas relaciones sean las que muevan el relato.
En el plano emocional, son estos elementos los que construyen la historia, logrando que sobreviva a un ritmo irregular, una dirección claustrofóbica (que parece maquillar un presupuesto demasiado ajustado) y una batalla final larga y repetitiva.
Ya sólo el Magneto de Fassbender posee mayor carisma que todos los personajes del universo Marvel. El Quicksilver de Evan Peters es un secundario cómico brillante precisamente porque no es ni un cretino ni un bufón y, aunque cuenta con la mejor secuencia de toda la película, sabe cual es su lugar y nunca roba protagonismo a sus compañeros de viaje. Del mismo modo, Hank McCoy es un genio encantador y despistado, incapaz de decir a Raven cuanto la ama… una personalidad que contrasta claramente con su apariencia de bestia.
Pero hablemos de Apocalipsis: es increíble la dignidad y grandeza que Oscar Isaac proporciona al personaje, actuando bajo varios kilos de maquillaje azul y una espantosa armadura de power ranger de los noventa. Es un tirano, un asesino, un mesías, el líder de una secta y una fuerza de la naturaleza, todo ello a la vez. En un primer vistazo, aparenta ser un villano plano y poco convincente que desea destruir el mundo porque el guión lo requiere. Pero es gracias a la interpretación de Isaac que vemos una vulnerabilidad sincera, a un hombre con aspecto de monstruo mitológico que cree que la única forma de enfrentarse a la soledad es estando por encima de todo y de todos.
De forma que sí estamos ante un producto que funciona de forma más cohesiva e independiente que muchos de los blockbusters actuales (cinematográficamente hablando). Esto es algo que agradezco, pero la obsesión con construir un viaje claro de los protagonistas entre el punto A y el punto B provoca que se repitan estructuras que parecían superadas, volviendo a la casilla de salida una y otra vez, provocando que cada secuela parezca un reinicio de la serie. Nunca hemos disfrutado de la hermandad de mutantes diabólicos en todo su ridículo esplendor, del mismo modo que parece una obligación introducir a los héroes siempre en situaciones tristes y desesperadas, cuando podrían estar sencillamente volviendo de una misión.
Tampoco veo ningún compromiso con los saltos de diez años que hay entre película y película. Más allá de un par de gags facilones no parece que nos encontremos en los 80 y, francamente, me resulta imposible creer que hayan pasado veinte años desde los eventos de Primera generación.
Quizás no estemos ante la secuela perfecta de Días del futuro pasado ni ante la gran epopeya de la patrulla X que llevamos casi veinte años esperando, pero es un más que digno final para una trilogía que ha devuelto a los mutantes al lugar central que merecen en la cultura popular. Y, más importante, que no olvida que dichos mutantes no son seres extraños provenientes de mundos lejanos… sino hombres y mujeres con sus propios deseos, problemas e inseguridades.
Sinopsis Desde el inicio de los tiempos Apocalipsis, el mutante más poderoso que ha existido nunca, era adorado como un dios mientras acumulaba los poderes del resto de mutantes convirtiéndose en un ser inmortal. Tras miles de años dormido, despierta en un mundo que no le gusta y por ello recluta un equipo, encabezado por Magneto, para acabar con toda la humanidad y crear un nuevo orden mundial. Pero el Profesor X, con la ayuda de Mística, se unirá a un grupo de jóvenes mutantes para tratar de detener al mayor enemigo contra el que se hayan enfrentado jamás.
País Estados Unidos
Director Bryan Singer
Guión Mike Dougherty, Dan Harris, Bryan Singer, Simon Kinberg
Música John Ottman
Fotografía Newton Thomas Sigel
Reparto Michael Fassbender, James McAvoy, Jennifer Lawrence, Hugh Jackman, Oscar Isaac, Nicholas Hoult, Evan Peters, Rose Byrne, Kodi Smit-McPhee, Sophie Turner, Chaning Tatum, Alexandra Shipp, Tye Sheridan, Olivia Munn, Lucas Till, Lana Condor
Productora Twentieth Century Fox Film Corporation / Dune Entertainment / Marvel Entertainment
Género Ciencia ficción
Duración 143 min.
Título original X-Men: Apocalypse
Estreno 20/05/2016
Trailer
Es la que mas me gusto de Xmen, aqui desatan sus poderes al maximo.