Captain Fantastic (2016): Contra la realidad, la imaginación de lo posible

Captain Fantastic

«Captain Fantastic muestra como unos padres fueron capaces de enseñarle a sus hijos disciplina y valores cercanos a la naturaleza, a conocer al mundo y a sí mismos, a ser críticos y autosuficientes, lejos de creerlos inválidos como hace la cultura moderna y occidental»

«El hombre es el ser supremo para el hombre» (K. Marx)

No sé usted, pero yo pienso y reflexionó bastante sobre el hecho de concebir y educar un hijo. Y Captain Fantastic me hizo preguntarme de nuevo y me respondió de muy buena manera. En una cultura, en una sociedad como en la que vivimos ¿Que repercusiones tiene eso para mí y principalmente para él o ella? ¿Qué factores sociales, culturales, morales, educativos, etc., pueden afectar sus formas de percibir, sentir, escuchar, aprender, pensar, actuar, crear, soñar, amar… y otras tantas cosas más? ¿Podría yo o usted asumir un riego tal y saberlo llevar avante?… Piense usted en estas cosa o no, esta colorida ficción política puede llagar a cuestionarlo: a usted que no ha tenido hijos, a usted que ya los tuvo; de derechas o de izquierdas, norteamericano o de otro lado: ¿Es o fue capaz de hacer por usted, sus hijos y por un mundo mejor y diferente, lo que los padres en esta película hicieron por y con los suyos? ¿Cree usted vivir en un mundo justo y digno con la niñez –esa a la que Nietzsche se refería como «un nuevo comienzo, un juego, una rueda que echa a girar espontáneamente… un santo decir: ¡Si!»–, la juventud y el conocimiento? ¿Es o fue capaz de enseñarle a su hijo o hija una forma diferente de ver y de actuar en relación con sí mismos y con la naturaleza? ¿Cómo o que se debe enseñar?

En una sociedad (muy parecida a la nuestra, por supuesto) donde existe una serie de contradicciones y crisis, tendencialmente, más aguadas y generalizadas; en una sociedad donde «la desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas» y que «no precisa de individuos cultivados, solo de hombres formados en un terreno… que se ciñan al esquema productivo sin cuestionarlo» (Marx), surge entones una pareja (héroes de carne y hueso) que deciden escapar de ese mundo subordinado a metas económicas y tratar de construir por sí mismos y con sus hijos: ¡la utopía! (en medio de la selva… pero cercana a la frontera).

Este es ciertamente un cine de la frontera: el centro en contacto con los caminos de la periferia, las voces disidentes y afectivas. Un film que se permite levantar la voz contra las ficciones mala-vidas. Con sabor y sustancia, Captain Fantastic te muestra como unos padres fueron capaces de enseñarle a sus hijos disciplina (mental y física) y valores cercanos a la naturaleza, interna y externa; a conocer al mundo y a sí mismos, a ser críticos y autosuficientes desde pequeños y jóvenes, lejos de creerlos inválidos mentales como si lo hace por lo general la cultura moderna y occidental – sea está la que sea y hasta donde haya llegado–, imbuida en la alienación y lo material, una sociedad de control donde se cree en una libertad en verdad limitada por condiciones desiguales: por qué eso somos, una civilización aparentemente libre pero finamente dirigida y explotada, donde la tecnología está moldeando cada vez mas nuestra forma de vivir. Y aquí es donde radica la importancia de este film, pues estos padres conscientes de esos hechos deciden actuar para transformar el mundo de las posibilidades, salir de ese sumiso encierro y estar en continuidad con un mundo que esta más allá, buscando para ellos por lo menos, cambios profundos y una vida digna (¿Usted hasta donde sería capaz de llegar?)

En la búsqueda de un más allá trascendental, lejos del todos contra todos, de las apariencias, de la libertad comprada, de la tergiversada democracia y de falsos dioses… esos padres se fueron a construir un mundo, dejando de lado dudas y recriminaciones, confiando solo en ellos y su justa causa: comenzar de cero y construir, fuerza con fuerza, voluntad con voluntad, algo que los supere… pero entonces viene la tragedia: la muerte, la incertidumbre, los reproches. Así que esa familia de espíritu libre, de un padre con sus hijos, se ve inmiscuida en una serie de debates sobre lo que realmente es justo y digno, frente a la arrogancia y seducción de un establishment que cree dar y tener todo, en contraste con un mundo simple pero lleno de conocimientos. El padre a la sazón tiene que romper su caparazón hacia un llamado colectivo; sobrellevar su lucha interna y otras situaciones sin tratar de imponer en los otros sus ideas (cediendo a algunos reclamos y puntos de vista por afecto y amor), confiando en lo que hace, hizo y enseñó.

Junto a otras jóvenes, veraces y brillantes interpretación, Viggo Mortensen lleva a cabo un papel carismático en el que se ve muy cómodo y creíble (cercano y propio a su estilo de vida). Un film que en medio de la reflexión, te entretiene y hace reír en medio de lo que también supone un drama. Captain fantastic es una de esas apuestas por un cine reflexivo y provocador que aún cuando a la sombra de la industria que parece girar sobre la comercial aventura familiar, explora de manera ingeniosa y comprometida (parafraseando a De Certeau: lo que importa es decir) la sociedad occidental contemporánea, el riesgo, el reconocimiento de lo diferente, el saber, la libertad, lo parental, el poder del afecto y el sentido de comunidad.

Hija de sangre de otras películas como L’enfant sauvage de Truffaut y por que no Into the wild (de Sean Penn), este film cae en algo que no me gusta del todo, dado que al final genera una reflexión tibia cercana al evolucionismo, en tanto la familia decide pasar de su entorno natural (cómodo, abierto y en el límite) a algo muy parecido a la revolución agrícola, que viéndola en perspectiva es donde la humanidad elaboró sus peores males (el embrión de: una sociedad estratificada, el machismo, la religión, la propiedad privada, las guerras, etc.); además la familia se ve llevada a aceptar el modelo educativo tradicional con el fin de buscar cierta aceptación y reconocimiento (¿para qué?) de una sociedad de por sí enclaustrada y con la que discrepaban totalmente (que otras películas han expuesto de manera magistral: Zéro de conduite o Les 400 coups… incluso The Wall). Aún cuando podría decirse también que el director Matt Ross tomó esta perspectiva final para no ser demasiado profundo o soberbio y dejar en el espectador esa idea de una comunidad o familia, sin poco, pero sin mucho, apostando por un mundo en diálogo, dinámico y creativo, capaz de encontrar las virtudes de los diferentes polos.

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Captain Fantastic


País Estados Unidos
Dirección Matt Ross
Guion Matt Ross
Música Alex Somers
Fotografía Stéphane Fontaine
Género Drama
Duración 118 min.
Título original Captain Fantastic


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