El fraude. Inteligente thriller financiero.

Richard Gere en El fraude

El fraude combina de manera meritoria su aspecto comercial, donde el espectáculo y el entretenimiento son cualidades esenciales, con su aspecto más narrativo. La inteligencia, la coherencia y la nobleza de la historia no se supedita (al menos no demasiado) al fuego de artificio y la superficialidad más explosiva.

La primera película de Nicholas Jarecki tiene el ritmo propio del thriller con sello Hollywood. También su falta de personalidad característica (esperemos que el joven director se esfuerce en solucionar esto). Sin embargo, su desarrollo no cae en los giros de guión imposibles, y evita en gran parte la acumulación desproporcionada de acontecimientos (que dejaría sin tiempo al film para definir con cierta profundidad a los personajes). Esto para algunos es sinónimo de anodino, y así han calificado a El fraude. Para mí, sin embargo, en esto consiste contar una historia.

Ya han sido un gran número las películas que han tratado el tema de la crisis económica en las últimas fechas: Margin Call, Wall Street: el dinero nunca duerme, Inside Job. Aquí, se utiliza dicha crisis de una forma más tenue (es más un telón de fondo), pero también más tangible. Ya no se habla de comportamientos del mercado y leyes no escritas por las cuales se rige, sino que se refiere a personas. Personas cuyos comportamientos, basados en la codicia y el egoísmo, han contribuido a una situación como la que actualmente vivimos.

Brit Marling en El fraude

Richard Gere interpreta con mucha solvencia su papel (es noticia), aunque le cuesta mostrar su faceta de maldad. Esto podría haber sido un gran lastre para la película, pero lo que ocurre (no tengo claro que sea algo buscado) es todo lo contrario. De repente, tes das cuenta que ese personaje que ante tus ojos tiene un comportamiento horrible, no termina de caerte mal, y de una forma u otra no dejas de sentirte identificado con él.

Así, la narración evita ser moralizante y condenar irremediablemente al corrupto. Por supuesto, en ningún caso justifica sus acciones. Pero esto despierta una sensación extraña en el espectador que me resulta muy interesante, y similar a la que experimenté viendo Match Point (aunque el film de Woody Allen sea claramente superior).

Si algo se le puede achacar a El fraude es no haber sido más incisiva en las relaciones del protagonista con los que le rodean cuando las cosas se vuelven feas. Aquí sí eché en falta más contundencia y precisión.

Calificación6.5
6.5
Etiquetas películas intriga

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Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

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