Entrevista a Uberto Pasolini, director de ‘Nunca es demasiado tarde’

Uberto Pasolini

El Salón Segovia del Hotel Intercontinental, situado en el Paseo de la Castellana de Madrid, fue el escenario elegido para nuestra entrevista con el director, productor y director de cine Uberto Pasolini. Un encuentro breve pero intenso en el que el director nos explicó los detalles más importantes de su segundo proyecto cinematográfico, titulado ‘Nunca es demasiado tarde’. Una reunión que no necesitó de traductores para entender al invitado que con un notable castellano supo transmitirnos su visión particular y su modo de entender la cinta que se estrenará el 21 de Noviembre en los cines españoles.

1. Los títulos de su película, el original ‘Still Life’ y el castellano ‘Nunca es demasiado tarde’, se prestan a diferentes interpretaciones. ¿Qué significa para usted y qué ha querido transmitir realmente, con ellos?

‘Still Life’ significa muchas cosas. Para empezar, la palabra más importante es Life, en el sentido de que la película habla de la vida. También aparece el tema de la muerte y el de la soledad en el momento de la muerte, pero es una película que habla de la vida, de cómo se vive, de cómo uno se organiza la vida en consonancia con los demás. Uno puede elegir si quiere tener una vida egoísta, o si uno quiere tener una vida generosa, como la de nuestro personaje principal, que la dedica a los demás. En este caso a los muertos.

Nos hace ver también cómo cambia la vida, cómo podemos cambiar nuestra vida, ser menos egoístas y menos presos de nuestro trabajo, familia, hijos, computadoras y pensar en nuestros vecinos: hace tres días que no veo al vecino, ¿qué le pasa?, ¿cómo se llama?.

Por otro lado, Still también significa «todavía». Aunque en inglés Still también es una foto, la foto como representación de la vida. En este sentido, él dona una familia a todos los que no tenían una, y lo hace pegando sus fotos en el álbum. Es una manera dar presencia a esta gente olvidada después de su final.

El título en español es diferente, pero me gusta mucho porque puede ser interpretado de diferentes formas. Nunca es demasiado tarde para pensar en los demás; nunca es demasiado tarde para ir al funeral de una persona, como le intenta explicar el personaje principal al hijo de un fallecido en una larga llamada telefónica donde le anima a reconectarse por última vez con su padre. No es demasiado tarde para nuestro personaje, para descubrir lo que es un chocolate caliente y no el té de siempre; o para tomar un whisky con dos vagabundos en la esquina de la iglesia. Nunca es demasiado tarde para hacer cosas diferentes.

2. Inmigración, desempleo, recortes de presupuestos, son temas que aparecen habitualmente en sus películas. ¿Por qué esa necesidad de centrarse en los problemas sociales?

Viene de una vida de fantásticos privilegios, que no busca ningún interés económico. Es decir, tengo 57 años y he vivido, como se dice en inglés ,con a silver spoon in my mouth (una cuchara de plata en mi boca). Ha sido una vida fácil pero no muy interesante. Por eso, me interesa mucho descubrir vidas diferentes y en particular, vidas con problemas, más difíciles, que yo ni puedo imaginar. De ahí, que la mayoría de películas que hago son historias que salieron de un periódico, de una noticia que habla de una realidad, una situación social y económica muy alejada de mi vida. Por eso me fui a Sri Lanka hace seis años, para tratar de comprender como una persona puede dejar a su familia, a sus amigos, su idioma, ¡todo!, por un viaje de esperanza.

3. ¿Qué ocurrió con ‘Nunca es demasiado tarde’? ¿Cómo surge esta emocionante historia?

Leí una entrevista a un funcionario que tenía el mismo trabajo que el señor John May. La idea de esos funerales donde no hay nadie fue una imagen tan fuerte que me cautivó. Entonces necesité tratar de comprender por qué, cómo nuestra sociedad llega a olvidar a esta gente. No simplemente cuando están muertos, sino también cuando están vivos.

El por qué nuestra sociedad permite eso, y cómo es que nuestro egoísmo llega a aceptar situaciones así es para mí un asunto muy interesante. Me quedé meses y meses recorriendo las casas vacías de la gente que había fallecido sola, yendo a los funerales, a las cremaciones, acompañando a las personas que hacen este trabajo en el sur de Londres. Es impresionante ver cómo trabajan, y cómo son capaces de entender la importancia humana de lo que hacen, la importancia de reconocer que las vidas olvidadas no se pueden olvidar.

4. Eddie Marsan es unos de los actores más reconocidos e influyentes en Inglaterra. En su trayectoria cinematográfica ha desarrollado muchos personajes secundarios pero muy pocos principales. ¿Por qué le elige como protagonista?

Pensé en él porque habíamos trabajado juntos hacía diez años en una película que hablaba de Napoleón. Tenía un pequeño papel, pero supo crear un personaje completo, fantástico, humano, verdadero. No era un personaje, era una persona. Tiene esa capacidad de actuar sin actuar, una gran habilidad para comunicar lo que piensa el personaje.

Lo importante era que el espectador se metiera en su cabeza, lo entendiera sin diálogos, porque esta película también habla de silencios. Entonces necesitaba un actor que tuviera esa capacidad de comunicar sin hablar, sin explicar, sin hacer caras. Él tiene un talento y una técnica fantásticas; y una gran generosidad que le permite servir a la escena, al diálogo, a la historia y no únicamente para demostrar lo gran actor que es. Es un maestro, y cambia junto con su personaje. No sé si se dieron cuenta, pero al final parece guapo, se mueve diferente, hay algo. Con pequeños cambios, cambios muy sutiles, es capaz de transmitir emociones diferentes.

Uberto Pasolini

5. ¿Algún matiz que quiera añadir para hacernos entender mejor el personaje que encarna el popular actor inglés?

Algo que me parece muy importante en la vida del Sr. John May es que, como es tan generoso, no tiene tiempo de pensar en sí mismo. Él no está triste porque no tiene una familia, no piensa todo el tiempo en lo que le falta o lo que nosotros pensamos que le falta. Esto me parece muy importante decirlo, para que no juzguemos su vida de manera negativa porque le vemos solo, concentrado en pequeñas cosas y pensemos qué vida más triste. A nosotros puede parecernos vacía, pero para él está llena.

6. Existe un dicho que afirma que aquellas personas que piensan en su funeral son egoístas, pero en su película nos encontramos a John May, una persona extremadamente bondadosa que también piensa en su entierro. ¿Qué me puede decir al respecto?

Es algo muy natural. No creo que pensar en tu funeral sea ser egoísta. Lo es si todo el tiempo estás pensando cuántas personas van a ir a tu funeral.

Yo no soy creyente y pienso en mi funeral sobre todo por mis hijas. Me imagino que si en mi funeral hay tres perros y dos gatos, ellas van a sufrir. No me importa si hay gente en mi funeral, lo más importante para mí es que haya personas en el funeral del padre de mis hijas.

7. Tras muchos años trabajando en este mundo como escritor, productor y director de cine :¿Qué le gusta más, producir o dirigir sus películas?

Depende del proyecto. En este caso, no pensé en dejar el guión a otro director porque quise recorrer el viaje hasta el final. Pero tengo otros proyectos, para los que no tengo ni el talento, ni la capacidad de ocuparme de la dirección. En los que soy feliz como productor, son proyectos diferentes. Cuando encuentro una historia como la de Sri Lanka, Machan, o Still Life, que me interesa o me golpea muchísimo, quiero comprenderla hasta el final haciendo de director.

8. ¿Y qué busca el director Uberto Pasolini a la hora de rodar una película?

Dirigir cada año es más una excusa para descubrir la vida, otras vidas. Se empieza descubriendo algo y deseas conocer la historia en su totalidad. Te gustaría que la película tuviera éxito, pero lo más importante es el viaje, lo que aprendes de la situación y de ti mismo en el proceso de hacer la película. Eso es lo más importante.

9. Por último, sirviéndonos de su experiencia en el cine estadounidense, nos gustaría preguntarle ¿Cuál cree usted que es el problema del cine europeo, considerado menos comercial, incapaz de alcanzar los niveles del americano?

En el cine europeo hay muchos cines locales que funcionan bien. La comedia española funciona bien en España, la francesa en Francia y luego hay un cine un poco más difícil que viaja por todo el mundo. Cuatro o cinco grandes autores, directores; ya sea Almodóvar aquí, Haneke en Austria o Bilge Ceylan en Turquía, cuyas películas viajan mucho. ¿Por qué? No sé, pero sigue siendo un cine europeo, en sentido continental, muy interesante. En cambio, el cine inglés simplemente mira al oeste, a América. La gente, los directores, los guionistas, los productores, los actores, lo único que quieren es tener éxito en Hollywood. La gente que trabaja en Alemania, Francia, Italia, me imagino que también en España, también se interesa por el cine chino, alemán, italiano.

Si vas a Francia, hay cine francés y los franceses van a ver el cine francés. En Alemania, en Italia pasa lo mismo. La gente va a ver las comedias estúpidas, pero
también van a ver al nuevo director. En Inglaterra nadie dice: ¡Quiero ver el próximo film de Kenneth Loach! Nadie piensa así. Esperan a ver si la crítica es muy positiva, y si es así, tal vez vayan. Si quieres ver a Kenneth Loach tienes que ir a París. En Londres desaparecio de la cartelera en una semana y en Paris se quedó 11.

Está claro que al público europeo le interesa más el cine europeo que al público inglés. En Inglaterra, sólo un 5% de las entradas vendidas son para películas inglesas; aquí llegan al 25-30% , en Francia al 40-50%. Significa que el público francés quiere ver cine francés, ver a la estrella francesa, al director francés; a parte de su interés por el cine norteamericano. En Inglaterra eso no existe, no hay conexión entre el público y el producto. También es rarísimo ver coproducciones entre Inglaterra y Alemania, o entre Inglaterra y Rumania; pero si hablas con un productor francés te dirá que tiene dos películas francesas, una con un rumano, otra con un turco, otra con Azerbaiyán. El sistema facilita esto. Hay asociaciones que permiten trabajar con cineastas extranjeros y porque hay interés, la gente quiere ver cine diferente.

Nunca es demasiado tarde

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Toñi González

Periodista de vocación, amante de la literatura, de la buena música y apasionada de la fotografía. De mente despierta y creativa, a la que le gusta viajar y el chocolate. Un boli Bic con mucha tinta que gastar y muchas historias que contar.

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