Fargo (Serie)

Fargo

Vaya por delante que ‘Fargo’ es una serie de ficción. Eso es: Ficción. Al igual que la película original que le sirve de punto de partida, no está basado en hecho real alguno. Los nombres de los supervivientes no se han cambiado para protegerlos ni los hechos se cuentan tal y como sucedieron para honrar a las víctimas, por la sencilla razón de que ni esas víctimas ni esos supervivientes existieron realmente. Se trata de un recurso estilístico, y como tal lo reconocía hace años uno de los hermanos Coen (productores ejecutivos de la serie) en una entrevista. El efecto buscado, según Joel, no sería otro que el de provocar en el espectador empatía automática por las víctimas, crear un efecto familiar de telefilm de sobremesa de los de toda la vida (lo bastante cerca para verse reflejados en lo que nos cuentan, pero a una distancia prudencial que reste crudeza a la experiencia y permita el disfrute estético “desapasionado”), y mezclarlo después con un toque exótico que mantuviera alto el interés del público. Esta falta de honestidad fundamental, el efectismo a toda costa, es quizá lo peor de una serie que por lo demás resulta muy recomendable.

¿Y qué es lo que nos cuenta la serie? ¿Es una adaptación de la película de la que toma su nombre? Pues sí y no. Ambas coinciden en ciertos aspectos como son la presencia ubicua de la nieve, los personajes pintorescos y el tono lúgubre y siniestro. Al igual que en la película, el personaje que origina la acción es un hombrecillo insignificante y en apariencia inofensivo que se revela (y rebela) como alguien ciertamente peligroso, y aquí es donde comienzan las divergencias. Jerry Lundegaard (William H. Macy – película) y Lester Nygaard (Martin Freeman – serie) son esencialmente el mismo personaje, aunque resulta mucho más fascinante en la serie, donde se nos permite ver su evolución de pelele a macho alfa y, de forma muy reveladora, la relación que se establece entre él y Lorne Malvo, un héroe-psicópata que parece haberse escrito con ánimo de enamorar al público.

Fargo

Lester Nygaard (Martin Freeman)

El retrato del mal también difiere sustancialmente en ambos materiales. Mientras que en la película el terrorífico psicópata puro encarnado por Peter Stormare oscilaba sin solución de continuidad entre el vacío emocional absoluto y los estallidos de violencia, en la serie tenemos a un psicópata socarrón, un lobo feroz que entre caracterización pintoresca y discurso lapidario encuentra tiempo para un poco de violencia “creativa”. Billy Bob Thornton encarna a Malvo de forma correcta, máxime cuando el papel es un regalo para su entero lucimiento, pero no cala tan hondo como, sospecho, se pretendía. Es demasiado perfecto en su carismática malignidad, demasiado brillante.

Fargo

Lorne Malvo (Billy Bob Thornton)

¿Y los héroes? Bueno… en este aspecto la serie muestra un claro desequilibrio fuerzas del bien/fuerzas del mal. Los personajes que encarnan la parte del bien en la serie son, en comparación y salvo honrosas excepciones, bastante estúpidos y cobardes. No hay héroes en ‘Fargo’, no al menos del tipo a los que estamos acostumbrados. Los personajes que persiguen a Malvo y a los de su palo son muy humanos y, en consecuencia, muestran algunos de los aspectos menos atractivos de nuestra naturaleza: se acobardan, dudan, muestran una total falta de perspicacia y en general parecen tan lerdos como vibrantes y llenos de vida parecen los malos.

Otro aspecto destacable de la serie es su sentido del humor negrísimo y unos personajes secundarios bien escritos y mejor interpretados (a destacar los trabajos de Oliver Platt, Kate Walsh y Bob Odenkirk), aunque sus tramas no estén a la altura de la principal. Aunque quizá lo más desconcertante de todo sean los momentos “WTF?” en los que se hacen concesiones a la historia a costa de la verosimilitud y que nos exigen como espectadores suspender nuestro juicio crítico durante más tiempo de lo que quizá sea recomendable. Pese a ello, merece la pena darle una oportunidad a esta serie que, si no perfecta, es notable y tremendamente entretenida.

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1 comment

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  1. Alvaro 16 septiembre, 2015 at 19:55 Responder

    Concuerdo a medias.
    «Los personajes que encarnan la parte del bien en la serie son, en comparación y salvo honrosas excepciones, bastante estúpidos y cobardes» No creo que esas honrosas excepciones merezcan que ni siquiera se les mencione.

    «No hay héroes en ‘Fargo’, no al menos del tipo a los que estamos acostumbrados. Los personajes que persiguen a Malvo y a los de su palo son muy humanos y, en consecuencia, muestran algunos de los aspectos menos atractivos de nuestra naturaleza: se acobardan, dudan, muestran una total falta de perspicacia y en general parecen tan lerdos como vibrantes.»

    Sí, es cierto, Marge Gunderson (y por añadidura, Molly Solverson) no son los herés típicos. Se equivocan, se acorbardan, se muestran mas prudentes de lo recomendable par las circunstancias, etc. En resumen, son humanas; y en general es refrescante encontrarse con protagonistas que no son superheroes hipercompetentes y ultrainvulnerables. Que sean mujeres, y que sean las anclas morales de sus respectivas narrativas, es un plus.

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