Gold, la gran estafa (2016), de Stephen Gaghan – Crítica

«La historia concreta de Gold pasa a segundo plano. A Stephen Gaghan le interesa más mostrar la intensidad vital de los personajes cuando son llevados a vivir situaciones límite.»

Gold cuenta la historia de un hombre de negocios dispuesto a correr riesgos. Se dedica a la prospección minera, como su padre. Sin embargo, parece que la vida no se lo quiere poner fácil. Podríamos decir que él y la vida son como espejos. Y lo cierto es que nuestro protagonista lleva una vida intensa, con deseos intensos, con fracasos igualmente intensos y con oportunidades que son portadoras de desafíos ocultos bajo del brazo. La tensión existencial de este hombre, protagonizado por Mathew McConaughey, nos llega a todos. De hecho, más que la historia concreta, lo más valioso de Gold es justamente la inmersión a la que el director -Stephen Gaghan- nos somete. Es decir, el espectador sale de la sala impregnado de la tensión existencial que el personaje experimenta. Cabe decir que la historia está basada en hechos reales.

Stephen Gaghan había dirigido una memorable Syriana, con George Clooney como protagonista, película que presenta cierta afinidad psicológica con Gold. Deduzco que se le da bien el tratamiento de los personajes, hasta el punto de que el espectador queda contagiado por los dramas respectivos. Y tanto en Syriana como en esta Gold, Stephen Gaghan parece moverse bien en el sutil arte de bañar al espectador con las peripecias de los protagonistas. Tanto es así, que la historia concreta, lo que en la película se nos explica, pasa a segundo plano. A nuestro director le interesa más mostrar la intensidad vital de los personajes cuando son llevados a vivir situaciones límite, con sus dramas, sus capacidades, sus dilemas, sus emociones, su relación con el éxito y con el fracaso.

Gold también presenta ciertas afinidades con la recientemente estrenada The Founder. En ambas, junto con Margin Call, por poner otro ejemplo, se escenifican algunos elementos propios del mundo de los negocios. Es decir, y ciñéndonos al caso que nos ocupa, en Gold vemos la actitud del hombre emprendedor dispuesto a todo. También vemos la acción de las multinacionales, en actitud dispuesta a depredar o a fagocitar las iniciativas de nuestro héroe singular. En Gold, por otro lado, se nos muestra el papel de la amistad y de la lealtad, de la resistencia y de la voluntad, imprescindibles para proteger la independencia en relación a los poderes representados por las grandes empresas. Por tanto, Gold es una loa de ciertos valores que sólo pueden ser encarnados con el coraje que el personaje protagonista nos muestra. Y debo decir que Mathew McConaughey está superlativo. Sólo por ver su capacidad actoral ya hace a Gold una buena película. Me admira su capacidad, su inconformismo, su ductilidad en los cambios de registro, su insobornabilidad, su entrega. Ahora, que han pasado unos días de su visionado, percibo el talento de Mathew McConaughey aún más y más justamente. Sin él, Gold sería la mitad de lo que es.

Sinopsis Kenny Wells es un fracasado hombre de negocios reconvertido en un moderno explorador, desesperado por tener un golpe de suerte. En un último esfuerzo, Wells se asocia con un geólogo, con la misma poca fortuna, para ejecutar un plan tan descabellado como grandioso: encontrar oro en las profundidades de la inexplorada jungla de Indonesia.
País Estados Unidos
Director Stephen Gaghan
Guion Patrick Massett, John Zinman
Música Daniel Pemberton
Fotografía Robert Elswit
Reparto Matthew McConaughey, Edgar Ramirez, Bryce Dallas Howard, Corey Stoll, Toby Kebbell, Rachael Taylor, Bruce Greenwood, Stacy Keach, Bill Camp, Joshua Harto, Steve Larese, Catherine Haun, John Pirkis, Shad Adair, Jamie H. Jung
Género Drama
Duración 121 min.
Título original Gold
Estreno 10/03/2017

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Calificación7
7

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Jesús Gabriel Gutiérrez

Mentor literario. Escritor. Filósofo. Prospectivista y astrólogo. Me interesa la historia y el hilo que sale de ella y nos conecta con el futuro.

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