La chica del tren (2016), de Tate Taylor – Crítica

La chica del tren

«La chica del tren es un producto digno de verse y que entretendrá a un tipo de público muy variado.»

Los trenes siempre se han llevado bien con el cine, especialmente con los thrillers de intriga. El inefable Hercules Poirot hizo del Wagon’s Lits el escenario de uno de sus más memorables crímenes llevado varias veces al cine. Hitchock, así mismo, nos estremeció con sus Extraños en un tren (1951) y remontando la historia del cine podríamos alcanzar el momento fundacional del subgénero con El maquinista de La General (1926), a condición de no olvidar la hipnótica Europa (1991) de Lars von Trier. Pero esto no nos llevaría muy lejos a la hora de valorar esta película que es algo más que una intriga sobre raíles como su título dejaría sugerir: La chica del Tren. Estamos ante una reflexión sobre lo que implica el “sentido de la pérdida”.

El folleto explicativo de la película que distribuía la productora recalca que la cinta está “basada en el best seller que ha fascinado al planeta – 11 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo – más de medio millón de libros vendidos en España” y en la contraportada: “La adaptación cinematográfica más esperada de la temporada”. Todo lo cual nos indica que si queremos hablar de la película, antes habrá que decir algo sobre Paula Hawkins, autora de la novela del mismo título. Rhodesiana de nacimiento, trabajó en Londres como periodista en el Times a partir de 1989, escribiendo sobre teas económicos. Sin duda, lo árido del tema (y en momentos de crisis lo estresante del mismo) le indujo a escribir un par de novelas románticas como hobby, firmándolas con seudónimo. Ninguna de ellas rozó el éxito y eso le indujo a cambiar el registro. Bingo al primer intento. Tardó seis meses en redondear La chica del tren y cuentan las crónicas que debió pedir un préstamo a su padre para sobrevivir. Por entonces escribir relatos ya no era un hobby sino su profesión. La novela se publicó en 2015 y constituyó, efectivamente, el best-seller del año con unas ventas de cinco millones de ejemplares en apenas seis meses. Un éxito así –que para colmo, tenía que ver con la fotogenia del ferrocarril– era evidente que antes o después llegaría a la pantalla grande.

No siempre un best seller se convierte en una película aceptable. Vázquez Montalbán, por ejemplo, sufrió extraordinariamente con la mala calidad de las adaptaciones al cine y a la pequeña pantalla de sus novelas protagonizadas por Pepe Carvalho. Y, a mayor abundamiento, películas, como El Código Da Vinci (2006) consiguieron ser todavía peores que la novela (por millones de ejemplares que se vendieran, la novela, desde el punto de vista literario, era rematadamente mala y la película, como era de esperar, resultó insufrible). Sin embargo, el primer elogio que podemos lanzar sobre La Chica del Tren es que la adaptación cinematográfica es digna y no desmerece la calidad del relato original. En cuanto a la novela, sin ser original –el recurso de alguien que va en un tren y ve algo inusual (frecuentemente, un crimen) en otro tren o en algún domicilio colindante con la vía tan usual como el “nada es lo que parece” compañero inseparable de todo thriller que se precie– es entretenida. Otro tanto puede decirse de la película.

En ambos casos, película y novela, lo esencial son los rasgos de los protagonistas y la manera en que se interrelacionan. Hay mucho de relato psicológico en todo esto. Especialmente relevantes son las sensaciones y sentimientos de la protagonista: esa sensación de “destierro” que experimenta como una pesada losa tras haberse divorciado de su marido y abandonado la casa que contribuyó a formar, se refuerza con la opresión que le produce el considerarse víctima de un “robo emocional”. En efecto, en ese domicilio en el que un día fue feliz, ahora sigue viviendo su ex pareja con otra mujer.

Tales son los vértices del triángulo: esposa divorciada – marido – nueva esposa. La protagonista, “Rachel Watson” (papel asumido por Emily Blunt), no ha podido superar la pérdida de todo aquello que había construido y con lo que se había identificado, deprimida, alcoholizada, llena sus días trasladándose en viajes sin sentido en ferrocarril. No puede soportar el sentir que su ex marido, “Tom” (Justin Theroux) y su nueva compañera  “Anna” (Rebecca Ferguson), son tremendamente felices. A partir de aquí, nada es lo que parece: las parejas felices no lo son tanto y, para colmo, un terrible misterio que solamente emerge en la tercera parte de la película y que, de revelarlo aquí, la cinta perdería todo su encanto. El proceso de “caía del velo” que impedía a “Rachel” percibir la realidad, se inicia cuando, una conocida con la que se topa en el interior del tren, “Martha” (interpretada por la ex Friend, Lisa Kudrow) le pone en la pista de lo que verdaderamente ocurre.

La historia es sólida y mantiene el interés a lo largo de la película. Quizás en el último cuarto de hora, la cinta pierde fuelle y se vuelve demasiado convencional; incluso puede reprocharse al director que no haya comprimido más la trama y concentrado algo más la narración prescindiendo de algunos minutos poco relevantes. Esto hace que la película no sea suficientemente escalofriante y el elemento de suspense se diluya. Alguien la ha comparado con un frigorífico cuyas puertas se dejan abiertas toda la noche.

La interpretación de Emily Blunt, como neurótica, alcoholizada y asaltada por sus lagunas de memorias es muy superior a otras actuaciones suyas (en Eternamente comprometidos [2012] o en Sicario [2015]), resulta  plenamente convincente. Lo mismo puede decirse de Justin Theroux que cada vez se prodiga menos como actor para multiplicar sus intervenciones como productor y guionista (últimamente en Rock of Ages [2012] y en Zoolander 2 [2016]). Este ha sido el primer papel que ha asumido desde 2012, al contrario de Rebecca Fergusson (“Anna Watson” en la película) cuya carrera, desde ese mismo año, ha experimentado un tirón que la ha llevado a trabajar junto a Tom Crise en Mission Impossible – Rogue Nation (2015), Meryl Streep y Hugh Grant, en Florence Foster Jenkins (2015).

Vale la pena decir algo sobre Tate Taylor, director de la película. Dispone de una corta filmografía, cuyo título más celebrado es The help (2011) merecedora de varias nominaciones a los Óscar.  Las críticas norteamericanas convienen en que La Chica del tren, la iguala en calidad. Como otros profesionales del cine que deambulan por Hollywood, pasa de una actividad a otra sin solución de continuidad: tan pronto ejerce como actor, guionista, productor. Acaso, esta película marque el impulso decisivo para su carrera como director.

Si exceptuamos el hecho de que las dos horas de duración de la película podían haberse comprimido en hora y media y el hecho de que el último cuarto de hora baja el ritmo de la cinta, estamos ante un producto digno de verse y que entretendrá a un tipo de público muy diferente: desde aquellos que gustan ver thrillers psicológicos y de tensión, hasta aquellos otros que leyeron la novela y quieren verla en la pantalla, pasando por quienes no tengan nada que hacer en las tardes de otoño, o aquellos que encuentren en fase depresiva y sientan que alguien les ha robado algo o se vean aquejados por una sensación de exilio interior y destierro… estos se identificarán con la protagonista. También a los que hayan superado situaciones así y quieran revivirlas en la piel de “Rachel”.

La chica del tren

Sinopsis Rachel es una mujer devastada por su reciente divorcio que dedica cada mañana de camino a su trabajo a fantasear sobre la vida de una pareja aparentemente perfecta que vive en una casa por la que su tren pasa cada día. Pero una mañana Rachel es testigo desde la ventana del tren de un impactante suceso y se ve involucrada en el misterio que ella misma revela…
País Estados Unidos
Director Tate Taylor
Guión Erin Cressida Wilson
Música Danny Elfman
Fotografía Charlotte Bruus Christensen
Reparto Emily Blunt, Rebecca Ferguson, Haley Bennett, Luke Evans, Edgar Ramirez, Justin Theroux, Allison Janney, Lisa Kudrow, Laura Prepon, Lana Young, Nicole Bonifacio, Marko Caka, Danielle M. Williamson, Alexander Jameson, Sidney Beitz
Género Thriller
Duración 112 min.
Título original The Girl on the Train
Estreno 21/10/2016

Trailer

Calificación6.5
6.5
Etiquetas películas intriga

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Amor DiBó

Trabaja en el mundo editorial, y le gusta la arquitectura, viajar, el cine, la robótica-nanotecnología, hacer tortilla de patata, el té y la buena educación.

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