Lars Von Trier. Polémica, escándalo y mucho cine

Lars Von Trier«Se puede amar u odiar a Lars Von Trier, en ningún caso puede ignorársele». Esta frase, pronunciada por el crítico cinematográfico Hilario J. es la perfecta introducción a una personalidad como la del cineasta danés.

Lars Von Trier es prepotente, egocéntrico, pesimista, polémico y reflexivo. Y así es su cine, pues su alma impregna cada una de sus películas. Es una alma negra, pero sin duda interesante.

Su inspiración nace de los aspectos más oscuros del ser humano. Es la maldad, que él la percibe como indisoluble a nuestra especie, la semilla que hace florecer sus películas.

«El buscó su inspiración allí donde los demás únicamente veían motivo para la vergüenza y el escándalo». Así surgió Europa, una de sus primeras películas, ambientada tras la Segunda Guerra Mundial en Alemania, un país destrozado entonces por el conflicto armado, donde los resquicios del nazismo todavía podían percibirse.

Europa

Europa

Sus primeros tres largometrajes (El elemento del crimen, Epidemic y Europa) tenían como eje central este continente. Sus personajes eran masculinos, con una actitud pasiva, meros espectadores de un mundo que se va a pique.

A partir de este momento, algo en Von Trier comenzó a cambiar, al menos en cuanto a la visión del cine se refiere. Dejó de importarle la estética de sus películas, hasta entonces manieristas y sobrecargadas, para comenzar un proceso de eliminación de artificios que desembocaría posteriormente en el manifiesto DOGMA 95, creado junto a Thomas Vinterberg (Celebración).

Este movimiento promueve la importancia de las actuaciones, la historia y el tema tratado, eliminando todo artificio (tecnología y efectos especiales) que desvíe la atención de lo que se está contando. Entre las reglas marcadas se encuentran rodar en cámara en mano, sin escenarios, luz artificial, o música.

Emily Watson en Rompiendo las Olas

Emily Watson en Rompiendo las Olas

Con su siguiente film, Rompiendo las Olas, ya comenzó a percibirse un cambio de tendencia hacia esa forma de hacer cine, aunque todavía no cumplía la mayoría de sus doctrinas. Fue esta película la que le produjo su primer gran reconocimiento. Aquí descubrió que si a la maldad del mundo le contraponías la bondad e inocencia de un personaje como Bess (protagonista de la película), la carga dramática de la obra aumentaba exponencialmente, e inevitablemente el drama se transformaba en tragedia.

Sus siguientes dos películas siguieron por este camino. Los Idiotas abrazó punto por punto el DOGMA 95, con una serie de personajes que no encontraban otra vía de escape del mundo que hacerse los idiotas y comportarse como si en verdad lo fueran.

Bailar en la Oscuridad se alejó de esas reglas tan rígidas para llevar a cabo una tragedia musical que conserva la estética realista, casi documental de sus predecesoras. El resultado fue una de las obras más alabadas del cineasta danés.

Dogville

Dogville

Pero todo cambió con Dogville, comienzo de una nueva trilogía ambientada en Estados Unidos, con una estética muy teatral en la que prescindió hasta de decorados. Aquí, la protagonista parece revelarse por primera vez en toda la filmografía de Von Trier, y se resiste a ser testigo pasivo de su propia aniquilación. La bondad de Grace (interpretada de manera magistral por Nicole Kidman) se convierte en ira y venganza contra el pueblo que la acoge a cambio de… bueno, de demasiado.

Las razones de este brusco cambio no se conocen con certeza. Mientras algunos lo achacan a que Von Trier se cansó de que sus personajes esperasen su propia destrucción de manera casi resignada, otros aseguran que la clave es el país donde están ambientados los acontecimientos, pues el director probablemente vea Estados Unidos como el único país donde la réplica puede ser al menos tan terrible como las maldades mismas.

Cuando esto ocurre, la beatificación de la protagonista, su sacrificio final se le niega, dando como resultado un final más desesperanzador si cabe: la absorción del personaje por un mundo perverso. Para Lars Von Trier sobrevivir conlleva la victoria del mal.

Manderlay fue la segunda película sobre norteamérica, y sigue la estela dejada por su predecesora. Wasington, todavía en pre-producción completará la trilogía.

La búsqueda del llamado enfant terrible del cine nórdico continúa. En el año 2006 prueba suerte con una comedia llamada El jefe de todo esto, dividiendo al público más que nunca.

Melancolía

Melancolía

Tras ello, volvió a crear una enorme polémica con Anticristo, donde la narración contenida que al comienzo se propone, termina diluyéndose en un montón de escenas que buscan el escándalo, y con Melancolía, en cuya presentación en el festival de Cannes realizó unas declaraciones en favor de la ideología nazi.

Pero Lars Von Trier no se esconde, y actualmente se encuentra trabajando en su siguiente film, The Nymphomaniac, de la cual sacará dos versiones, una comercial y una donde incluirá escenas de sexo explícito. La polémica está servida.

 

Share this post

Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

3 comments

Añade el tuyo
  1. José 23 mayo, 2016 at 22:15 Responder

    Yo intenté más de cuatro veces en dos días ver Dogville. No pude. Me resultó imposible de ver. Ese fondo blanco y negro, la actuación de Nicole, la puesta en escena, todo me resultó muy molesto. Rescato la idea general -por peor que se haya ejecutado para mi gusto- y la actuación del protagonista.

Publica un nuevo comentario