Marte (The Martian, 2015), de Ridley Scott – Crítica

The Martian

Ridley Scott parece haber recuperado en los últimos años su predilección por la ciencia ficción. Después de rodar ‘Alien, el octavo pasajero’ (1979) y ‘Blade Runner’ (1982) de manera consecutiva, no había vuelto al género hasta 2012, cuando estrenó ‘Prometheus’, una película que nos impresionó vivamente tanto por la realización (se llevó una nominación a los mejores efectos especiales en la edición de los Oscar de aquel año) como por el tema de fondo (la convivencia en el interior de una pequeña comunidad científica durante los dos años de viaje hacia un pequeño planeta). Ahora, apenas tres años después, dirige ‘The Martian’, la cual parece hija de la misma inspiración y promete recorrer un camino similar de éxitos.

Ridley Scott ha tomado distintos elementos infalibles que deben estar presentes si de lo que se trata es de realizar una película de éxito que reporte buenos beneficios a la Twentieth Century Fox. Primero de todo, es preciso disponer de un tema que dé juego: en este caso un rescate en el espacio; con apenas esto, el espectáculo queda asegurado. En segundo lugar: un director experimentado cuya mera firma sobre un producto ya garantice el interés por parte del público. El éxito parece ir de la mano de Scott, que acumula taquillazos desde ‘Alien’ (1979), hasta ‘Exodus’ (2014), pasando por ‘Thelma y Louise’ (1991), ‘Gladiator’ (2000), ‘Red de Mentiras’ (2010) e incluso títulos hoy de culto que pasaron casi desapercibidas en el momento de su estreno (la citada ‘Blade Runner’, 1982). En tercer término, unos actores consagrados (Matt Damon, en su mejor momento), con carreras ascendentes (Jessica Chastain) o actores todoterreno (Lristen Wiig y Jeff Daniel, que lo mismo puede hacer de científico enérgico que de “tonto muy tonto” sin que se le caigan los anillos).

Finalmente serán necesarios un guión ágil y una banda sonora que encaje como un guante en las distintas escenas. En este caso, el trabajo de guionización ha corrido a cargo de Drew Goddard, sobre la base de una novela escrita por Andy Weir en donde relata cómo se desarrollaría un viaje real al planeta rojo. La novela puede ser considerada un best seller y sus ventas justifican por sí mismas el que la Twentieth se interesara en comprar los derechos para llevarla al cine. ‘Marte’ tiene estos cuatro elementos, por tanto está llamada a ser una de las “películas del año”. En cuanto a la banda sonora, cabe decir que siempre ha ocupado un lugar muy importante en el cine de Ridley Scott; resulta inevitable recordar las composiciones de Vangelis que acompañaban a ‘1492, la conquista del paraíso’ (1992), la melodía de ‘Gladiator’ (2000) compuesta por Hans Zimmer y Lisa Gerrard, o todo el acompañamiento musical de ‘Blade Runer’, de igual o incluso mejor calidad que la misma película, también compuesta por Vangelis. En el caso de ‘Marte’, la banda sonora compuesta por David Bowie resulta particularmente energética y estimulante.

Por todo ello ‘The Martian’ es una película aconsejada para tres tipos de público: 1) incondicionales de Scott, 2) aficionados a la ciencia ficción y 3) amantes del cine-espectáculo (lo contrario del cine indi). Si usted no entra en ninguna de estas categorías, esta película no es para usted. Afortunadamente para la productora, la mayoría de espectadores potenciales responde a alguna de estas características.

Película entretenida, fácil de ver, espectáculo visual, con algunos toques de humor en los diálogos. Una película que será cualquier cosa menos pesada de ver, a pesar de las dos horas y media de proyección. Lo que se llama “cine-espectáculo”, en definitiva.

Hay conspicos conspiranoicos que afirman que esta película es un intento de generar en la conciencia del pueblo norteamericano la exigencia de viajar a Marte. No estoy muy segura de que se trate de eso, pero es rigurosamente cierto que siempre que la administración norteamericana precisa popularizar algún tema entre la población recurre a Hollywood. No es raro que las relaciones entre la industria del cine y la política hayan sido estrechas desde mucho antes de la era Reagan. Imposible olvidar, por lo demás, que la edad de oro de la Ciencia Ficción fueron los años que precedieron al Programa Apolo para colocar un hombre en la Luna. Si esta es la intención de la película, el contribuyente norteamericano (que al final es quien deberá pagar la broma) se sentirá predispuesto a apoyar un programa destinado al establecimiento de una base terrícola en Marte. Muchos quedarán impresionados viendo a Matt Damon cultivando patatas en Marte y pensarán que, a fin de cuentas, si ya hemos hecho polvo la Tierra, vale la pena preparar una segunda opción para vivir e igual hasta somos capaces de transformar el rojo fuego de Marte en fucsia pastel a la vuelta de unas décadas.

Tan brillante como la dirección de Scott han sido los encargados del vestuario y del entorno escénico en el que se desarrolla la película. Como en las grandes producciones del cine de ficción desde ‘2001: una odisea espacial’ (1968), incluso los más mínimos detalles han sido tenidos en cuenta. Lo trajes espaciales recuerdan a los monos de los pilotos de Fórmula 1 tan en boga; el color de las naves espaciales parece extraído de las salas de alta tecnología en donde la ingeniería alemana diseña sus coches, con un gris plateado impoluto asociado a la perfección. La película abunda en tonos naranja, casualmente –mira, por donde– tendencia de moda este año (ya en el remake de ‘Mad Max’ [2015] podía observarse esa misma insistencia en estos matices cromáticos, especialmente en las reiterativas escenas en las que los vehículos se estrellaban sobre las arenas del desierto).

Si tuviéramos que buscar un precedente a esta película, sin duda, lo tendríamos en el consabido tema de Robinson Crusoe, tantas veces llevado al cine (no menos de una veintena de cintas, la última –por citar una– la protagonizada por Pierce Brosnan en 1997 y dirigida por Rod Hardy). El astronauta perdido en Marte es un nuevo Robinson: su supervivencia dependerá de su capacidad de adaptación y de su voluntad de vivir. Bromeará incluso con su situación. Aislado, se mantendrá en pie, no perderá la esperanza en salir de aquel planeta como Robinson tuvo confianza en abandonar su isla. En ambos casos, aprovecharán su soledad para crear un pequeño mundo. El humor y la vitalidad que despide el protagonista logran contagiarse al espectador que sabe apreciar desde el principio los valores de tenacidad, perseverancia y esfuerzo.

Hay una pregunta inevitable que el espectador se formula casi automáticamente cuando se encienden las luces de la sala de proyección: ¿realmente estamos cerca de conquistar Marte? Hemos preguntado sobre la cuestión y todo induce a pensar que estamos bastante lejos de ir y volver de Marte. Parece incluso difícil que pueda realizarse una expedición de este tipo sin antes contar con una base estable de lanzamiento de cohetes espaciales en la Luna, algo que no estará al alcance de ninguna potencia antes de 7-10 años. Tendremos que esperar, pues, para comer las famosas patatas marcianas de Matt Damon

The Martian

Sinopsis Durante una misión tripulada a Marte, el astronauta Mark Watney es dado por muerto. Pero Watney ha sobrevivido y se encuentra atrapado y solo en el planeta hostil.
País Estados Unidos
Director Ridley Scott
Guión Drew Goddard
Música Harry Gregson-Williams
Fotografía Dariusz Wolski
Reparto Matt Damon, Jessica Chastain, Kate Mara, Chiwetel Ejiofor, Kristen Wiig, Jeff Daniels, Sebastian Stan, Mackenzie Davis, Michael Peña, Sean Bean
Productora Twentieth Century Fox | Scott Free
Género Ciencia ficción
Duración 142 min.
Título original The Martian
Estreno 16/10/2015

Trailer

Calificación7.5
7.5

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Amor DiBó

Trabaja en el mundo editorial, y le gusta la arquitectura, viajar, el cine, la robótica-nanotecnología, hacer tortilla de patata, el té y la buena educación.

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