Un buen suspense, muy entretenido y en el que una adecuada mezcla de violencia y sentido del humor nos invita a pasar una agradable velada.
Se ha estrenado una nueva producción del siempre interesante cine coreano que nos presenta la primera película de su director y guionista Kim Yong-hoon. El argumento gira en torno al destino de un mediocre grupo de seres marginales cuyos destinos comienzan a converger lentamente mientras sus vidas se desmoronan. Joong Man va tirando a duras penas trabajando en una sauna y cuidando de su madre enferma, hasta que encuentra en el vestuario una bolsa llena de dinero. Tae Young se ha metido en un lío porque su novia se ha dado a la fuga con el dinero que él le había robado a un mafioso prestamista. Además, aparece misteriosamente un cadáver. Mi Ran, acorralada entre su marido maltratador y su vulgar trabajo de camarera, empieza una relación con su joven amante, Jin Tae, quien se ofrece a matar a su pareja… Todo ello narrado con un ritmo vertiginoso y sobretodo con un suave sentido del humor que impregna toda la narración.
Kim Yong-hoon nos habla en definitiva, de la mediocridad de la vida en los márgenes de las grandes ciudades, pero también nos invita a reflexionar sobre la avaricia de hombres y mujeres sumidos en situaciones asfixiantes y de hasta que punto están, o estamos, dispuestos a ejercer una violencia desmedida si la situación lo requiere. Y podemos ver que lo requiere con frecuencia … Comprendemos la fascinación de Quentin Tarantino por este tipo de cine, que además se acompaña de un ritmo narrativo endiablado que mantiene al espectador pegado a la butaca en todo momento.
Aunque todos los intérpretes están a la altura del buen hacer habitual que se espera del cine coreano, hay que destacar a la actriz Jin Kyung, que en el papel de Young-sun, la novia de Tae Young, ofrece una interpretación vigorosa y poliédrica. Igualmente destacable es la actriz Shin Hyon Bin como Mi Ran, que interpreta un personaje que supera sin aspavientos ni excesos su papel de víctima. El director y guionista se esfuerza en que conozcamos los motivos inmediatos de sus acciones, aunque en ocasiones se echa en falta una mayor profundidad de los personajes. Su calidad fue reconocida en 2020 en el Festival de Rotterdam, con el Premio Especial del Jurado. Cierra la narración con un final ambiguo y sugerente, con el que parece decirnos que todo vuelve a empezar …
En definitiva, un buen suspense, muy entretenido y en el que una adecuada mezcla de violencia y sentido del humor, nos invita a pasar una agradable velada. Un debut que nos presenta a un director novel que muestra interesantes señas de identidad que habrá que seguir en el futuro.