The stranger: ¿En serio esta es tu peor película, Welles?

The Stranger

The Stranger‘ (1946) es el intento de reconciliación de Orson Welles con un Hollywood que lo despreciaba. El director, que tenía por entonces 31 años, ya había creado tiempo atrás una de las obras cumbre de la historia del cine. Me refiero, como no, a ‘Ciudadano Kane (Citi Kane, 1941)’. Un film descomunal que, sin embargo, no alcanzó en taquilla los resultados esperados. Además, su personaje principal, claramente inspirado en el magnate de las comunicaciones William Randolph Hearst, provocó un buen cabreo en el influyente empresario.

Entonces ya era fácil de prever una difícil relación con Hollywood. Su siguiente película, ‘El cuarto mandamiento (The Magnificent Ambersons, 1942)’, fue manipulada por la RKO en su edición final incorporando cortes y añadidos sin su consentimiento. Algo que podríamos calificar de sutil si lo comparamos con lo que sucedió con su posterior trabajo, ‘Estambul (Journey Into Fear, 1943)’.

Durante los años posteriores, Welles se vería obligado a dejar de lado su labor como director, centrándose únicamente en su trabajo de intérprete. Sus proyectos eran demasiado arriesgados y personales para una industria que sólo buscaba una rentabilidad económica.

Entonces, el director norteamericano quiso demostrar que también era capaz de realizar una película por encargo, ajustarse a un presupuesto y cumplir unos plazos fijados de antemano. Con esa intención aceptó rodar un guión de Anthony Veiller (y un John Huston no acreditado) basado en una historia de Victor Tribas. La trama gira en torno a Franz Kindler, uno de los cerebros de los campos de exterminio nazis, que huye a una pequeña localidad estadounidense donde se hace pasar por un respetado profesor de historia.

Así nace ‘The Stranger‘, una película entretenida y absorbente, con una dirección marca de la casa, y con el único lastre de algunas decisiones de guión un tanto inverosímiles. Es uno de los trabajos más accesibles de Welles, con una trama dominada por el suspense y un estilo narrativo muy directo.

Carece de la importancia de sus cintas clave (‘Ciudadano Kane‘, ‘Sed de mal‘, ‘Fraude‘, etc.), pero desde luego no es una mala película. Aunque Welles pensaba que no había nada suyo en ella, y sin lugar a dudas la consideraba su peor film, esta opinión seguramente venía marcada por el escaso control del director en su creación. Este había pensado en Agnes Moorehead, su actriz fetiche, para el papel de Wilson, pero finalmente le fue impuesto Edward G. Robinson. También tuvo que resignarse a ver como suprimían del montaje final veinte minutos rodados en Sudamérica, que para él eran los mejores del film.

Sin embargo, y a pesar de contar con una realización un poco más convencional, sería un absurdo no admitir que ‘The Stranger‘ lleva la firma de Welles en prácticamente todos sus planos, en sus modernos movimientos de cámara y en la magnífica utilización de las sombras.

The Stranger

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Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

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