Looper (2012), de Rian Johnson – Crítica

Joseph Gordon-Levitt en Looper

«Looper transita entre el blockbuster más palomitero y espectacular, y el pequeño cine independiente.»

Looper transita entre el blockbuster más palomitero y espectacular, y el pequeño cine independiente, ese que utiliza las emociones como herramienta principal. Pero no es ni lo uno ni lo otro, y he ahí su particularidad.

Su presupuesto, de 30 millones de $ (puede parecer una barbaridad, pero para una cinta de estas características no lo es), ha permitido a Rian Johnson (director de Brick) contar con dos actores de la talla de Bruce Willis y Joseph Gordon-Levitt, y unos efectos especiales correctos, de esos que dan el pego.

Dos elementos imprescindibles para contar una historia de viajes en el tiempo, donde estos sin embargo no son la atracción principal.

Seremos testigos de la disputa entre varios personajes con objetivos opuestos. Unos objetivos muy ligados a otras personas, al sentimiento que se tiene sobre ellas, y al intento de conservarlas a nuestro lado de manera desesperada. Es una disputa egoísta y comprensible, donde todos demuestran su capacidad para amar, pero también para anteponer ese sentimiento a cualquier otra cosa, realizando acciones de un valor moral más que discutible.

Joseph Gordon-Levitt y Bruce Willis en Looper

Pues Looper muestra la lucha explícita y encarnizada (pistola o escopeta en mano) que mantienen una serie de personajes contra el resto del mundo, por mantener el amor de un hijo o una esposa, argumentos estos muy potentes, pero que les llevan a actuar de manera salvaje e irracional.

Dilemas morales, personajes ambiguos, acción, espectáculo, y algunas casualidades demasiado forzadas definen una película cuanto menos interesante. Y aunque a mitad de metraje sufre un cierto estancamiento (algo habitual en las películas de viajes en el tiempo puesto que se repiten de manera parecida ciertos pasajes) termina por remontar gracias a la apuesta de su director por dirigirse al corazón del espectador, y no tanto a su cabeza, intentando sorprender con emociones y no con intrincadas tramas.

Interesante resulta a su vez el duelo interpretativo de Bruce Willis, siempre carismático, contra un Joseph Gordon-Levitt que imita su expresión y sus gestos (los dos encarnan al mismo personaje con treinta años de diferencia), y que sale muy bien parado de semejante reto.

Calificación7
7

Share this post

Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

1 comment

Añade el tuyo
  1. Javi 24 octubre, 2012 at 15:49 Responder

    Como mola Bruce Willis!! A su edad y sigue siendo el amo. Tiene buena pinta la peli. Aunque, a juzgar por el trailer, tiene más pinta de palomitera que de emotiva.

Publica un nuevo comentario