Once (Una vez)

Glen Hansard y Markéta Irglová en Once

Once es una pequeña película irlandesa de un presupuesto ínfimo, pero que se revela enorme ante los ojos del espectador. Once es una delicia, pero también un problema para el crítico de cine, que mediante un análisis frío de la obra encontrará escasos méritos para justificar su valía. Una descomposición de los elementos técnicos dejarían a Once en una dudosa situación. Su historia, sencillísima, bien podría haber sido la de un discreto telefilme.

Sin embargo, este sería un estudio parcial y erróneo de una obra que se adentra en el territorio del arte, que se contrapone al espectáculo vacío al que lamentablemente nos están acostumbrando, y que toma las emociones como herramienta fundamental para elevarse por encima de miles de películas con unos medios infinitamente superiores. 

Estas emociones nacen, crecen y se reproducen por medio de canciones, silencios, y miradas. Cimientos sustentados por Glen Hansard y Markéta Irglova, grandes músicos y cantantes, y ahora resulta que grandes actores (sobre todo Hansard, genial), interpretando grandes canciones y grandes personajes.

Glen Hansard y Markéta Irglová en Once

Los matices con los que están creados los hace reales a la par que interesantes, los hace entrañables, y nos permite identificarnos con ellos de una manera pocas veces sentida. Miro Once y veo personas en vez de personajes, miro Once y veo vida en vez de cine.

Once no narra una historia, sino un encuentro entre dos personas en un mundo atestado de gente. Gente que acude al trabajo, que vuelve de hacer unas compras, que sale en busca de una copa o que retorna a su cama para al día siguiente volver a ir a trabajar, comprar y beber. Pero alguien se detiene. Es una chica que acostumbra a tocar el piano en una tienda de instrumentos musicales porque no tiene dinero para comprar uno. Se detiene frente a un chico que toca la guitarra en la calle. Aquí comienzan a hablar y conocerse.

Eso es Once. Una obra sencillísima, sincera, noble y pura. Una de esas películas de las que me gustaría estar hablando todo el día pero de las que poco se puede decir.

Calificación8
8

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Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

2 comments

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  1. Reyloren 10 julio, 2014 at 11:05 Responder

    Coincido contigo en que ‘Once’ es una delicia donde los sentimientos se imponen a todo lo demás. Cuando la vi me emocionó y cada vez que la oigo mencionar se me pone la piel de gallina al recordar lo mucho que me gustó. Y es una de esas películas que consigue, como bien dices, que quieras hablar de ella pero tengas poco de decir. De hecho, yo todavía no me he atrevido a comentarla.
    Un saludo 😉

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