45 años (45 years, 2015), de Andrew Haigh – Crítica

45 años

«45 años, engrandecida por la excelente interpretación de Charlotte Rampling y Tom Courtenay, adopta una actitud contemplativa. Una vez se ha colado en la casa de los Mercer, la camara se instala allí y nos muestra lo que ocurre.»

La segunda película proyectada en el festival Actual 2016 es ‘45 años’ (45 years), cuarto trabajo del director inglés Andrew Haigh, y primero en toda su carrera cinematográfica que no aborda de una u otra forma el tema de la homosexualidad. Sí mantiene, sin embargo, su interés por el drama romántico, así como por abordar desde un punto de vista íntimo y sutil una relación amorosa.

45 años’ nos presenta un matrimonio maduro que se encuentra a una semana escasa de celebrar su 45 aniversario de boda. Pero su plácida existencia se verá sacudida, como siempre ocurre en el cine cuando alguien tiene un plácida existencia. Esta vez el detonante es una carta dirigida al marido, por la cual se le informa que el cuerpo de su gran amor de juventud ha sido encontrado congelado en Los Alpes. Este suceso removerá el pasado y afectará el presente de nuestros protagonistas, poniendo en peligro una relación de casi medio siglo.

45 años

Como ya hiciera en ‘Weekend’, Andrew Haigh se decanta por una puesta en escena minimalista, donde todo el peso de la narración recae sobre sus dos personajes principales. Se introduce en sus casas y husmea en su interior. No movido por el morbo o la curiosidad, sino porque sabe que es en la intimidad de unos muros donde suceden las cosas realmente importantes. El mundo entero se mueve en el interior de una habitación. Lo verdaderamente importante se cuece bajo la tenue luz del anochecer, y no tanto bajo las lámparas de araña de un banquete de boda. El mundo real no se encuentra en las calles, los verdaderos individuos no son los que las recorren con gesto triunfante.

La película, engrandecida por la excelente interpretación de Charlotte Rampling y Tom Courtenay, adopta una actitud contemplativa. Una vez se ha colado en la casa de los Mercer, la camara se instala allí y nos muestra lo que ocurre. No incide en la búsqueda de respuestas o explicaciones. Lo que ocurre rara vez se verbaliza. Todo es sugerido, y al finalizar nos marcharemos con más de una duda. Esto puede disgustar a más de uno, pero es exactamente lo que pasa fuera de una pantalla de cine.

45 años

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Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

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