«Si está en una palabra o en una mirada, no puedes librarte del Babadook.
Si tú eres alguien muy listo, y sabes lo que hay que ver, entonces puedes ser amigo de alguien especial… un amigo tuyo y mío.
Su nombre es Mister Babadook, y este es su libro.
Un sonido estruendoso, y luego tres agudos golpes… ba, BA-ba Dook! Dook! Dook! Así sabes que él está cerca. Lo verás si observas…»
Soy de la opinión de que el cine de terror actual dista mucho del de antaño. Aun así, siempre mantengo la esperanza de encontrar pequeñas y terroríficas joyas perdidas en la marejada.
Las críticas respaldaban a esta semi-desconocida película. A pesar de ello, mis expectativas no eran excesivas, lo que me permitió recibir una agradable sorpresa al visionar ‘Babadook‘.
Bien es cierto que no es una película apta para cualquier público. Aquellos que esperen una cinta de horror al uso, repleta de sangre, muertes, y sobresaltos, probablemente quedarán desconcertados.
Los protagonistas viven una auténtica pesadilla: la madre es una mujer viuda cuyo marido (y gran amor) murió la misma noche en la que dio a luz a su hijo, con quien vive en una casa que la deprime, con un trabajo que aborrece. El hijo, de seis años de edad, añora la figura paterna y sufre algún tipo de trastorno hiperactivo.
Una vez que has absorbido el dolor de ambos, enmarcado en un ambiente decadente, con paredes grises y la sombra siempre acechante de la soledad y la añoranza, puedes sentir en tu propia piel el terror que inspira el Babadook, un monstruo que todos llevamos dentro, agazapado, esperando la gota que colme el vaso de la estabilidad psicológica para hacer aparición.
‘Babadook‘ es, en su esencia, un duro drama familiar contado a través de las claves propias del cine de terror.
La directora es la australiana Jennifer Kent, quien debuta en la dirección tras una modesta carrera como actriz. Su papel más conocido fue en la serie de televisión ‘Murder Call‘. Tras quedar impresionada con ‘Bailar en la oscuridad (Dancer in the Dark)’ decidió comenzar su carrera en la dirección. Contactó con Lars Von Trier, y este la contrató como ayudante en ‘Dogville‘.
Tras esto decidió dar el paso y rodar el cortometraje ‘Monster‘, historia que retomaría años después para dar forma a ‘Babadook‘. El resultado es una película opresiva, con una banda sonora compuesta básicamente de sonidos destinados a crear tensión. Las interpretaciones son excelentes, destacando por encima de todo a una demacrada Essie Davis. Noah Wiseman, por su parte, debuta como actor a los 7 años y demuestra su enorme potencial interpretativo.
En definitiva, una película de terror con un enorme subtexto y con posibilidad de dobles interpretaciones por parte del espectador. Cuanto menos, una apuesta diferente.