DÍA 6 EN EL OHLALÀ!: Perdrix divierte, Les éblouis decepciona

Perdrix

El tono burlesco y las pequeñas aventuras que se tejen alrededor de la casa de los Perdrix, le dan a la película una identidad única y muchos momentos divertidos.

Como ya es costumbre, por la mañana nos hemos introducido en la plataforma Filmin para visionar la cinta Perdrix, ópera prima del joven realizador Erwan Le Duc y protagonizada por Fanny Ardant (Ma mèreest folle, 2018; La belle époque, 2019), Nicolas Maury (Les envoûtés, 2019), Swann Arlaud (Gracias a Dios, 2018; El escape, 2019), Maud Wyler (El león duerme esta noche, 2017; 4 histoires fantastiques, 2018), Alexandre Steiger (Yves Saint Laurent, 2014) y la debutante  Patience Munchenbach. El guion, escrito por el mismo Le Duc, es una comedia, un romance. Trata sobre la vida rural, y le da una vuelta de tuerca para volver a la comedia absurda.

Perdrix es una loca comedia romántica ambientada en una pequeña ciudad perdida entre montañas.

El film empieza con las palabras: El amor verdadero es impredecible, un accidente, un encantamiento, y responde a la pregunta real ¿la vida que estás viviendo es realmente tuya? Esta hermosa afirmación sentimental de Thérèse Perdrix (Fanny Ardant), presentadora de un programa de radio abierto a los oyentes desde el interior de su garaje, es también un tema sumamente arriesgado para un largometraje. Pero el cineasta francés Erwan Le Duc ha ideado un enfoque inteligente para reciclar este tema tan manido como el tiempo, y ha trabajado el tema desde diferentes prismas y formas inimaginables. El resultado es una loca comedia romántica ambientada en una pequeña ciudad perdida entre montañas.

Es entonces cuando conocemos a Juliette Webb (Maud Wyler) una joven algo alocada y solitaria, a la que un nudista perteneciente a un grupo revolucionario local, le roba su automóvil y todas sus pertenencias en un área de descanso. Acto seguido, en la pantalla, aparece el capitán de gendarmería Pierre Perdrix (Swann Artaud), un soltero de 37 años que vive en la casa familiar con su madre Thérèse, su hermano Julien (Nicolas Maury) y la hija adolescente de este último (Patience Munchenbach). Las cosas están particularmente tranquilas en la gendarmería cuando Juliette irrumpe ccomo una descarga eléctrica y, la rutina de Pierre desaparece: las escaramuzas entre los dos personajes son constantes y empiezan las preguntas. ¿Será suficiente para sacar al capitán de su estilo de vida tranquilo y resignado? ¿Juliette aceptará comprometerse con su carácter y comportamiento extremo?

La verdad: así contado, la trama de la película puede parecer clásica, pero el tono burlesco que imbuye constantemente el retrato de la vida cotidiana local (lo más notable es el club que escenifica recreaciones de las batallas de la Segunda Guerra mundial), y las pequeñas aventuras que se tejen alrededor de la casa de los Perdrix, le dan a la cinta una identidad única y muchos momentos divertidos. No se la pierdan.

Les éblouis

Por la tarde, en el Institut Français de Barcelona se ha proyectado el film Les éblouis, un sobrio y revelador debut de la realizadora Sarah Succo, que ofrece una visión interesante y desoladora de cómo la religión colapsa un país como Francia. Interpretada por la televisiva Cèleste Brunnquell, Camille Cottin (Una familia embarazosa, 2017; Las fieras, 2018; Vacaciones con mamá, 2018), Eric Caravaca (Amante por un día, 2017), Jean-Pierre Darroussin (Una promesa junto al mar, 2017; Todos a una, 2018), y Spencer Bogaert (Alpha, 2018).

Una verdadera lástima pero, tengo que decir, que Les éblouis es lo peor que hemos visto del festival (hasta el momento).

El guion, escrito por la misma Succo y Nicolas Silhol, nos cuenta la historia de Camille, una niña de 12 años, que es una apasionada del circo y la mayor de una familia numerosa. Un día, sus padres ingresan en un grupo católico que practica la generosidad y la solidaridad, y en el que participan de manera muy activa. Poco a poco, la joven tiene que aceptar un tipo de vida que choca con sus ilusiones, su vida social y sus propios tormentos. Gradualmente, el adoctrinamiento se vuelve sectario, y Camille deberá luchar para reafirmar su libertad y salvar a sus hermanos.

El guion es creíble, por lo menos, en sus dos primeros actos, al mostrar como las comunas religiosas pueden lavar el cerebro de las personas para que cedan su yo personal y profesional a un ser espiritual. La gente frágil necesita ayuda y, la comunidad cumple su propósito rodeándola de santidad y afecto. Pero, a partir de aquí, la cinta decae al tratar de dar sensacionalismo al material rodado, transformando un drama potente en una película mediocre. Una verdadera lástima pero, tengo que decir, que es lo peor que hemos visto del festival (hasta el momento).

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Josep Lluis Mestres

Josep Lluis Mestres, nacido en Barcelona (1960), ha sido director de la revista literaria Vians Literature, y sus narraciones, poemas y artículos han aparecido en distintas revistas especializadas. Es autor de variados libros de poesía y narraciones, y le han sido concedidos diversos premios literarios.

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