«Me ha cautivado El Castillo de Cristal por varias razones: la exposición, el ritmo, el respeto con que nos cuenta una historia tan delicada, las dos actrices que encarnan a la Jeannette»
Basada en hechos reales, El Castillo de Cristal cuenta la historia de una familia. La voz protagonista es de una de las hijas, Jeannette, que es quien narra los hechos, desde su más tierna infancia hasta la madurez presente. A parte de esta mujer, encarnada por la actriz Brie Larson, tenemos ante nosotros a Woody Harrelson (papá) y a Naomi Watts (mamá) como figuras principales. Lo que el personaje de Brie nos propone es un viaje que arranca en una familia, la de su papá y su mamá. Vemos ahí la disfuncionalidad a la vista. Se trata de una familia vagabunda y bohemia, cuyo pater familias no hace más que prometer que construirá una casa en la que vivir todos juntos felices y contentos. Sin embargo, no pasa de promesas. Por otro lado, la relación entre padre e hija es casi patológica, en la que ella desarrolla una madurez que deja pequeños y en evidencia a sus padres. Por consiguiente, El Castillo de Cristal trata de la transformación existencial de una mujer que, sintiéndose responsable de su propia vida ya de bien pequeña, y demostrando una madurez inusual para su edad, consigue construir su vida propia contra viento y marea. El viento y la marea son los padres que le ha tocado en suerte. Una madre artista y bohemia y un padre voluble y alcohólico que promete lo que no puede dar. Entonces, tenemos la evolución de esta niña-mujer a través de la construcción de una escala de valores basada en la estabilidad y en la seguridad, cosa que no disfrutó siendo niña y adolescente.
El personaje que Brie Larson encarna es la de una joven que se está situando en la vida. Su evolución pasa desde haber sufrido las consecuencias de la bohemia y vagabundismo vivido en la familia a ejercer una autoafirmación de valores que la va a llevar a una vida más formal, ordenada y estable. Podríamos decir que El Castillo de Cristal cuenta el desmoronamiento existencial de un padre (un viejo sistema de valores) y el surgimiento de una hija (un nuevo sistema de valores).
Antes de seguir les diré que el gran hallazgo de la película son las dos actrices que encarnan a la Jeannette más joven y más niña. En concreto, respectivamente Chandler Head y Ella Anderson, que están ambas superlativas. Especialmente Ella, que es quien encarna a la Brie pre-adolescente, cuya interpretación es un prodigio de inteligencia y sensibilidad.
Me ha cautivado El Castillo de Cristal por varias razones. En primer lugar, por el director, Destin Daniel Cretton, cuyo nombre recordaré para ir tomando nota de su evolución a partir de ahora. En segundo lugar, y sin que sea menos importante, por la exposición, por el ritmo, por la narración, por el respeto con que nos cuenta una historia tan delicada sin llevarnos a la lágrima fácil. La actuación de Naomi y Woody son las justas. En concreto, de Woody puedo constatar que su estrella está creciendo de un tiempo a esta parte. Ah, y repito: el trabajo de las niñas es, como mínimo, de Oscar.
Sinopsis Una joven crece en una familia disfuncional de nómadas inconformistas, con una madre excéntrica y un padre alcohólico que distrae a los niños con su imaginación para que ignoren su pobreza. Basada en las memorias de Jeanette Walls.
País Estados Unidos
Director Destin Cretton
Guion Marti Noxon
Música Joel P. West
Fotografía Brett Pawlak
Reparto Brie Larson, Naomi Watts, Woody Harrelson, Max Greenfield, Sarah Snook, Iain Armitage, Ella Anderson, Shree Crooks, Charlie Shotwell, Sadie Sink, Eden Grace Redfield, Dominic Bogart, Alanna Bale, Andrew Shaver, Brigette Lundy-Paine, Kyra Harper, Joe Pingue, Nathaly Thibault, Darrin Baker
Género Drama
Duración 127 min.
Título original The Glass Castle
Estreno 12/10/2017
