El hombre del tiempo fue un fracaso comercial a pesar de estar respaldada por Paramount, y tres estrellas como son el director Gore Verbinski, y los actores Nicolas Cage y Michael Caine. La vendieron como una comedia al uso, y nada más lejos de la realidad.
¿Qué reacción se espera del público cuando acude con predisposición de reírse y pasarlo bien y se encuentra con una auténtica tragedia? Porque lo que narra esta película es precisamente eso, el drama más extendido entre la sociedad occidental antes de la crisis económica, ese que afectaba a la persona de clase media, ese que no era el resultado de la lucha por la supervivencia sino de la lucha por la felicidad.
Es la historia de esa persona que lo tiene todo para llevar una vida perfecta, pero cuyas decisiones lo acercan a un infierno continuo. Es la historia del que no tiene otro enemigo que sí mismo, detonador y responsable de todos los conflictos. Es la historia del hombre acomodado cuya ambición lo supera, cuyos sueños lo frustran, y cuya imagen de sí mismo lo atormenta.
El hombre del tiempo es, por tanto, el retrato de un hombre mediocre cuya ambición lo convierte en desgraciado, el retrato de alguien que no se conforma con ser quien es. Porque luchar por algo que es imposible puede confundirse con heroísmo, pero la mayoría de las veces es simple estupidez.
Claro que el director inyecta un humor negrísimo al conjunto. Pero, ¿la convierte esto en una comedia? Desde luego no en una comedia al uso.
Gore Verbinski ha demostrado a lo largo de su carrera ser un director de encargo, capaz de seducir al público con películas espectaculares y entretenidas, pero sin un estilo diferenciado o un mensaje relevante que transmitir. Es esta, su obra más personal e intimista, y para mí la mejor.
Es una pena que su fracaso comercial pueda provocar que no vuelva a probar suerte con una cinta de este tipo.
Otra buena razón por la que ver El hombre del tiempo es recordar que Nicolas Cage, ese odiado actor, protagonista de películas tan indignas como Ghost Rider, Bajo Amenaza o Wicker Man, sigue siendo capaz de hacer una excelente interpretación.