El libro de la vida (2014), de Jorge R. Gutiérrez – Crítica

El libro de la vida

Cuando un adulto va a ver una película de dibujos animados hay distintas posibilidades: dejar al niño al que se acompaña en el interior del cine, quedarse en el bar e irlo a buscar a la salida; entrar con él y aprovechar la proyección para tener un sueño reparador; o bien, finalmente, disfrutar juntos con una buena proyección. ‘El libro de la vida‘ es ideal para decantarse por esta tercera opción. Así que, padres que tenéis hijos, regocijaros con vuestros vástagos: pasaréis un rato entretenido junto a ellos con esta proyección.

Los créditos de la película nos dicen que es norteamericana. No os lo creáis. La película está dirigida por Jorge R. Gutiérrez, nacido en Ciudad de México. Uno de sus productores es Guillermo del Toro (y se nota) oriundo de Jalisco. La música es del argentino Gustavo Santaolalla (y se oye). El actor Diego Luna, nacido en el Distrito Federal, presta la voz al protagonista. La temática no responde al mundo WASP (blanco, anglo–sajón y protestante), sino que está arraigada en las tradiciones y en la cultura mexicana. Para colmo, el trío protagonista –es una historia de amor– está formado por “Manolo”, “Joaquín” y “María”, y la trama transcurre en un pueblo mexicano… ¿Seguís pensando que es una “película norteamericana”? Cuando se apagan las luces de la sala, inmediatamente, el público entiende que el hecho de que la 20th Century Fox Animation apadrine la película, es secundario en relación a lo que vamos a ver.

Hubo un tiempo en el que los EEUU creyeron que todo lo que estaba al Sur de Río Grande era su patio trasero. Luego, a partir de los años 80, empezaron a llegar a EEUU miles y miles –millones en realidad– de hispanos y los americanos pensaron que si los irlandeses, los alemanes, los polacos, los ingleses se habían integrado, y si los negros habían perdido su identidad y su lengua en apenas una generación, pasaría otro tanto con los hispanos. Olvidaron que estos tienen su identidad lingüística, que disponen de una estructura familiar arraigada (algo de lo que carecen los WASP), que sus valores religiosos son contrarios a los del calvinismo, que, por tener, tienen tacos, enchiladas y guacamole y no son gastronómicamente dependientes ni de las hamburguesas, ni del pollo al estilo Kentucky. Los hispanos han traído todo esto a EEUU. Rápidamente este país se va hispanizando. A esto hay que unir la calidad creciente que está alcanzando el cine mexicano desde 2008–2010 (el nombre de Alejandro González Iñárritu marcará esta edición de los Oscars), y que se ha convertido en otro factor que refuerza la identidad hispana, no solamente en toda Iberoamérica, sino también en los EEUU. Esta película es un producto de la identidad hispana autónoma que ha surgido en aquel país, mucho más que del cine norteamericano.

El libro de la vida‘ nos habla, a través de sus pixeles, del amor y de la muerte, o casi mejor, de la presencia de la muerte entre los vivos. En estos tiempos en los que ya no se dice “fulanito se ha muerto”, sino “fulanito nos ha abandonado”, cuando los “coches de muertos” han desaparecido de nuestras calles y parece que la gente se muera clandestinamente para no asustar al resto de la población, esta película es, a fin de cuentas, una reflexión sobre la muerte y sobre el destino de los muertos: la familia, sobrevive a la muerte y se reencuentra después de la muerte. Y es bueno que los niños –que obviamente constituirán lo esencial del público que vea esta película– conozcan la fragilidad de la vida y tengan la primera noción de filosofía existencialista. Hay varias formas de reflexionar sobre la muerte: considerándola como drama o tomándola como algo natural. La cultura mexicana ha optado por la segunda opción. Jorge Gutiérrez nos transmite esta visión.

La película apunta directamente contra la línea de flotación del Halloween anglosajón y en defensa de la fiesta mexicana de los muertos. Ver en esta película una reivindicación de lo hispano frente a lo anglosajón no va desencaminado. En México, en los últimos años, se experimenta una sensación incómoda al percibir que, sobre todo en las zonas fronterizas con EEUU, está penetrando el Halloween. Esta película en 3D dice a los hispanos: “en nuestra cultura ancestral –incluso antes de que Colón llegara– el tema de la muerte está arraigado entre nosotros. Nos habla también de la superación de los miedos. De las verdaderas vocaciones. De lo que somos y para lo que servimos. Nada, en cualquier caso, que ver con lo siniestro y lo macabro, lo oscuro y lo terrorífico que rodea al Halloween anglosajón.

Hay películas de dibujos animados que terminan crispando los nervios. ‘Hotel Transilvania‘, sin ir más lejos, pertenece a ese género: una película que empieza de manera prometedora y ve como hacia ecuador al director se le rompen los frenos, terminando como orgía compulsiva y enloquecida. Y luego nos quejamos de que nuestros hijos sean hiperactivos. Otras son de aquel tipo melifluo y acaramelado sobre las que se alzó históricamente la factoría Disney; sin olvidar las que fueron ideadas por algún sádico ansioso por traumatizar a la infancia (la muerte de la madre de Bamby nos marcó a muchos). Luego están las realizadas con una perfección técnica exquisita pero que apenas son relatos infantiles, más o menos entretenidas pero sin mayores ambiciones (como ‘Cars‘ o las producciones habituales de Pixar o nuestro Tadeo Jones). Y, de tanto en tanto –sólo de tanto en tanto– encontramos películas de dibus que, además de entretener, tienen la virtud de transmitir algunos mensajes. ‘El libro de la vida‘ pertenece a estas últimas. Y también hay que felicitarse por ello.

Jorge R. Gutiérrez está especializado en animación 3D desde que lanzó en el ya lejano 2000, ‘Carmelo‘, un corto de apenas 8 minutos. Ha hecho mucha televisión con esta técnica. Se equivocan quienes creen que el 3D es una tecnología de fácil ejecución y que todo son ventajas para el director a la vista de que los pixeles tienen menos caprichos que los actores de carne y hueso. Para darse una idea de la complejidad –y, por tanto, de la dificultad– de trabajar en 3D, hay que tener en cuenta que un ordenador habitual trabaja con entre 4 y 6 gigas de RAM, mientras que en un largometraje en 3D pueden llegar a intervenir mil ordenadores, con un total de 2 Terabytes de memoria RAM y 60 Terabytes más de espacio de disco.

Un consejo: si es usted aficionado a la tauromaquia, encontrará objeciones a esta película. De hecho, el mensaje anti-taurino puede ser considerado como el único resto de esa corrección política tan propia del cine norteamericano que queda en esta película. Piénselo antes de verla.

El libro de la vida

Sinopsis El film cuenta el viaje de Manolo, un joven torero que se debate entre cumplir con las expectativas de su familia o seguir su corazón y dedicarse a su verdadera pasión: la música.
País Estados Unidos
Director Jorge R. Gutiérrez
Guión Jorge R. Gutiérrez, Douglas Langdale
Música Gustavo Santaolalla
Fotografía Animation
Reparto Animation
Productora 20th Century Fox Animation / Reel FX Creative Studios / Chatrone; Productor: Guillermo del Toro
Género Animación
Duración 95 min.
Título original The Book of Life
Estrenos 20/02/2015

Trailer

Calificación7.5
7.5

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Amor DiBó

Trabaja en el mundo editorial, y le gusta la arquitectura, viajar, el cine, la robótica-nanotecnología, hacer tortilla de patata, el té y la buena educación.

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