El silencio de la ciudad blanca es un thriller interesante y de densa carga emocional, se verá con agrado pero no llegará a jugar en las grandes ligas de sus referentes.
El silencio de la ciudad blanca es la adaptación de la primera novela de la trilogía creada por Eva García Sáenz de Urturi. Supongo que su funcionamiento en taquilla determinará si se filmarán o no sus continuaciones. El resultado no es tan malo como para presagiar un desastre mayúsculo, pero es cierto que no pasa de thriller aseado con mucho ruido y pocas nueces.
Daniel Calparsoro cimenta un policiaco patrio bebiendo de clásicos del cine y la literatura. Su puesta en escena es fría, el argumento pone a los personajes al límite (siempre, siempre, hay un principal para el que el caso es ‘personal’) y combina asesinatos rituales con su punto de perversidad. Todo en orden, todas las ideas son buenas, pero a la hora de conectarlas no ensamblan como deberían. La sensación al abandonar la sala es que el producto final es muy inferior a la suma de sus partes. Y todo se resume en el elemento vertebrador de todo relato: el guion.
A favor de El silencio de la ciudad blanca juega la perfecta utilización de Vitoria como personaje principal de la trama.
¿Dónde se acumulan los errores? Los actores repiten frases de manual, no conseguimos que nos importe demasiado lo que les pasa. Además, las piezas del puzzle encajan demasiado (y demasiado bien). Aunque resulte paradójico, no siempre juega a favor de la cinta que haya tantos elementos dispersos o por explicar y que le historia se empeñe en conectarlos todos. Muchas veces eso distancia al espectador al alejar la sensación de realidad, y este tipo de género necesita de esa virtud para hacerlo vibrante.
A favor de El silencio de la ciudad blanca juega la perfecta utilización de Vitoria como personaje principal de la trama. Las calles nocturnas, las pesquisas en plenas fiestas o los escenarios históricos dan el juego suficiente para engancharnos y sentir la asfixia que requiere la crónica de esta intriga.
Si por algo se ha caracterizado el cine español en la última década es por su buen pulso en materia de thrillers (Tarde para la ira, La isla mínima, No habrá pasa para los malvados o Que Dios nos perdone por citar un puñado). El silencio de la ciudad blanca no se sumará a la lista con honores, lástima porque Calparsoro tiene mano para la construcción atmosférica, pero cae presa de ese libreto algo endeble. A veces, explicar de más, el cúmulo de casualidades, la agilidad del asesino en algunos crímenes o las manidas reacciones de los protagonistas llevan los derroteros de la película por caminos demasiado transitados, con la sensación de déjà vu sobrevolando el encorsetado resultado.
Sinopsis Vitoria, 2016. Los cadáveres de un chico y una chica de veinte años aparecen desnudos en la cripta de la Catedral Vieja. Unai López de Ayala, un inspector experto en perfiles criminales, debe cazar al asesino ritual que lleva aterrorizando a la ciudad desde hace dos décadas. La sucesión imparable de crímenes y una investigación policial contaminada por las redes sociales llevarán al límite a Unai, enfrentándolo a un asesino camaleónico y despiadado que podría estar más cerca de lo que creía.
País España
Dirección Daniel Calparsoro
Guion Roger Danès, Alfred Pérez Fargas
Música Fernando Velázquez
Fotografía Josu Inchaustegui
Reparto Belén Rueda, Javier Rey, Aura Garrido, Manolo Solo, Àlex Brendemühl, Kandido Uranga, Sergio Donado, Àlex Monner, Itziar Ituño, Pedro Casablanc, Richard Sahagún, Ramón Barea
Género Thriller
Duración 110 min.
Título original El silencio de la ciudad blanca
Estreno 25/10/2019