España, la primera globalización (2021): remedio contra la ignorancia

José Luis López Linares dirige un documental erudito y asequible para todos los públicos con el apoyo de historiadores y personalidades de todo el mundo que dotan a la película de una solidez intelectual notoria.

Es un documental necesario para los tiempos que corren, un remedio contra la ignorancia que sojuzga altiva a ambos lados del océano, un antibiótico que combate en profundidad la fábula y los dislates de líderes políticos que alardean de su lamentable incultura. En una época en la que muchos creen que saben de todo cuando en realidad ignoran, por ejemplo, aspectos fundamentales de su pasado, surgen muchos sofistas (de todo género y condición) de verbo diarreico y propagandístico, que llenan sus discursos de cuentos con fines claramente electoralistas. Lo malo y, sobre todo, lo triste es que hay miles de imbéciles que los creen y los secundan, convirtiéndose así en esbirros de la sandez y la consiguiente farsa. Como antídoto a lo anterior, hay documentales como este que ilustra y cuenta lo que en realidad fuimos: un país que completó nuestro planeta, que acabó con el mundo antiguo, que abogó por el mestizaje; una primera potencia mundial, en definitiva, avanzada y con el gobierno más moderno de aquel entonces.

Quitémonos complejos de encima de una vez por todas y démonos cuenta de lo grandes que fuimos y de lo bien que lo hicimos. Cometimos errores, claro está, pero llevamos a cabo enormes proezas y debemos sentirnos orgullosos por ello y jamás pedir perdón: Civilizamos y evangelizamos un continente primitivo, nos mezclamos con su gente y la ayudamos (hecho que no copiaron precisamente imperios posteriores, como el francés o el inglés, que aniquilaron a un gran porcentaje de los nativos de sus colonias), creamos universidades e infraestructuras que se envidiaron en toda Europa, promovimos avances científicos… Conozcamos de una vez por todas nuestras verdades apoyándonos, como punto de partida, en este documental: La verdad de la Inquisición que, en España, no fue tan mala como la pintan; la verdad de la conquista de América (que no fue una colonización genocida como, por otro lado, sí que fue la inglesa o la francesa), la verdad de la expulsión de los judíos (no siendo los únicos que la perpetramos, pero sí de los últimos)…

José Luis López Linares dirige un documental erudito y asequible para todos los públicos con el apoyo de historiadores y personalidades de todo el mundo que dotan a la película de una solidez intelectual notoria, por lo que debería divulgarse por colegios, institutos y universidades de España, de América y, por qué no, de todo el orbe. Se trata simplemente de defender la verdad que ha sido obscurecida durante tantos siglos por la propaganda maliciosa de ciertos países que, como no tenían el poder militar suficiente para hacernos frente, lo hicieron con maledicencias e injurias que por desgracia hicieron bastante mella incluso, como vemos hoy en día, entre los propios españoles.

Es una obra exquisita, entre otras cosas, por la calidad de su imagen, por sus brillantes intervenciones e incluso por su música. Por poner algún “pero” diría, por un lado, que tan necesaria información no debería quedarse sólo ahí, sino engendrar una buena serie documental para desarrollar más a fondo el tema y, por otro, habría que insistir más en que no hubo ningún genocidio y que la merma poblacional por nuestra llegada fue a razón de las epidemias ocasionadas por las enfermedades que exportamos y no por nuestras supuestas barbaries.

Además, por haber leído algo del asunto y tras disfrutar del documental, diría que si tuviéramos que pedir perdón, lo deberíamos hacer en todo caso por fundar colegios, universidades a imagen de la de Salamanca o Alcalá, por desarrollar la ganadería, la agricultura y la minería, por hacer que en el XVIII los virreinatos españoles superaran con creces en aspectos culturales, sociales y económicos a las colonias inglesas de Norteamérica… ¿Sigo? Vean mejor el film del señor López Linares y siéntanse orgullosos de lo que fuimos porque las desgracias de Sudamérica no las ocasionamos los españoles, sino los criollos (que no los indios) que se rebelaron con dementes anhelos independentistas. Como broche final les contaré que, al terminar la película, la sala estalló en aplausos así que, desde la letra, me uno a ellos y, en especial, a un espontáneo que tenía cerca de mí que no pudo reprimir un emocionado: ¡Viva España!

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Guillermo Pérez-Aranda Mejías

Soy un escritor romántico con matices quevedescos. Disfruto con lo absurdo del surrealismo y me apasiona encarcelarme en mi castiza torre de marfil, donde desarrollo mi creatividad rodeado de música, de libros, de cine y de lo más selecto de la humanidad huyendo así, en la medida de lo posible, de lo más mundano. Roquero trasnochado y poeta de lo grotesco, he decidido, como si fuera un samurái que se destripa por su honor, entregar mi vida por entero al arte.

1 comments

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  1. Alfredo Garcia 23 octubre, 2021 at 12:15 Responder

    Técnicamente un reportaje bien hecho. En cuanto al contenido sales indignado al pensar la cantidad de patrañas que nos han estado enseñando en el colegio en las clases de Historia ( . . . y en los textos de historia) .. . . pero vamos que «sombrerazo» por la película el director y sobre todo por los historiadores . . .

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