Exodus: Dioses y Reyes (2014), de Ridley Scott – Crítica

Exodus

Ridley Scott nos regaló, hace ya treinta años, dos grandes clásicos del género de ciencia ficción (‘Alien’, ‘Blade Runner’). Pero estamos en 2014. No se puede decir que el director esté en su mejor momento. ‘El reino de los cielos’ presenta un relato francamente estúpido partiendo de una premisa fascinante (el inicio de la III cruzada). ‘Un buen año’ es vergonzosa. Su versión de ‘Robin Hood’ era aburridísima, sin garra y carente de cualquier atisbo de ingenio u originalidad. ¿Y tengo en serio que hablar de ‘Prometheus’? Una de las peores películas que he tenido la desgracia de ver en una sala de cine. Es verdaderamente insultante que semejante bodrio costase cien millones de dólares e hiciera otros tantos en taquilla.

Mucho me temo que ‘Exodus’, lejos de redimir al director, continúa con su triste descenso al abismo. La dirección es meramente servicial, carente de planos memorables y sin ningun énfasis en los momentos dramáticos. La banda sonora carece de gancho (a pesar del uso de lo que parece Wagner en las escenas en las que habla el dios de los judíos lo cual resulta, como mínimo, chocante). El vestuario y la escenografía, grandes protagoniostas en este tipo de cine, no impresionan. El diálogo (excesivamente moderno para un relato como este) es vacuo y explicativo, y la actuación de Joel Edgerton como Ramses sólo puede calificarse de lamentable. Pero lo que resulta un auténtico crimen es como se desaprovecha el talento de Ben Kingsley y Sigourney Weaver (especialmente el de esta última, que debe tener un total de catorce palabras en todo el filme). Ni siquiera puedo decir que la historia esté bien contada, ya que los personajes vienen y van sin que haya ninguna causalidad en el asunto.

Dicho esto, vayamos por partes.

Quiero aclarar que no tiene mucho sentido hablar del valor histórico que tiene o deja de tener la cinta ya que las hazañas de Moisés son pura ficción. Para empezar, en el antiguo Egipto no existía la institución de la «esclavitud» y sabemos como la vida de los obreros (todos ellos hombres libres) era bastante más agradecida que la de, por ejemplo, los campesinos. Para seguir, es dudoso que el propio Moisés sea algo más que una figura legendaria, y la historia que le relaciona con la familia del faraón es pura fantasía.

El célebre arqueólogo judío Israel Finkelstein afirmó tajantemente en 2006 que el éxodo, sencillamente nunca existió. No hay fuentes egipcias que hablen de la partida del pueblo hebreo y, de la misma forma, se sabe que en Canaán existían ya asentamientos protoisraelíes desde mucho antes del reinado de Ramses II.

Sabiendo esto, ya podemos hablar de la película con la misma tranquilidad con la que uno comentaría cualquier otro «blockbuster» basado en relatos mitológicos. En este caso, se opta por un enfoque muy del Hollywood moderno, que es ignorar cualquier elemento mágico y tratar la aventura, por absurda que esta parezca, con el realismo de un drama histórico. Este es un enfoque que, por norma general, no me gusta, pero en este caso concreto, no me parece mala opción. En primer lugar, porque ‘Los diez mandamientos’ ya era la versión definitiva del mito y, en segundo, porque la propia estructura de la historia se presta demasiado a soluciones facilonas de tipo «Deus ex machina». El problema es que la película UTILIZA soluciones de «Deus ex machina». Una invasión de cocodrilos o la caída de un meteorito en un momento dramático, son acontecimientos que sólo pueden ser explicados mediante la intervención divina. Sin embargo, cuando algún personaje trata de relacionarlos con fenómenos naturales, dicho personaje es tratado de charlatán y estúpido. Lo peor es que Moisés ni siquiera parece convencido de que las plagas sean el camino a seguir, y discute con Dios al respecto en varias ocasiones. Esto es un problema grave, porque convierte a nuestro supuesto protagonista en un personaje pasivo e irrelevante en la trama, cosa que no ocurría en el clásico de Cecil B. DeMille.

Hay un momento en el cual parece que el largometraje va a seguir derroteros muy distintos. Toda la primera mitad nos indica que la película va a contar una aventura épica de guerra y traición sobre dos hermanos enfrentados. Una historia que está ambientada en el antiguo egipto como podía haberlo estado en cualquier otra época y lugar. A medida que van pasando los minutos esta promesa se diluye… pero entonces Moisés regresa a Memphis, y todo parece indicar que va a convertirse en un líder revolucionario. Se nos promete una resistencia frente al poder del faraón, una auténtica guerra de guerrillas que, aunque muy alejada del canon bíblico, podía haber proporcionado un buen entretenimiento al estilo del Hollywood clásico. De repente, como si el guionista (o, más probablemente, el productor) hubiera cambiado de idea, la cosa pasa a convertirse en una versión mala de ‘Los diez mandamientos’. Diría que incluso ‘El príncipe de Egipto’ (película que siempre he criticado muy duramente) es superior, aunque sólo sea por decir lo mismo de forma más sintética.

Me hubiera gustado ver el éxodo contado como si de verdad hubiera tenido lugar. Habría sido algo nuevo, diferente. La película respeta esta premisa hasta el momento en el que Moisés ve a Dios. Porque claro, es Moisés y TIENE que ver a Dios. Yo me preguntaba, «¿como van a solucionar esto los guionistas?» y la respuesta es: pues de ninguna forma. Cuando tiene que salir, sale y cuando tiene que ser imaginario, pues es imaginario.

¿Hay, por tanto, un mensaje religioso? De ser así, está tan diluido, que resulta irrelevante.

Hay un momento muy gracioso en toda película biblíca en el cual la superestrella del momento (ya sea Charlton Heston o Christian Bale) se convierte en un cuadro del barroco, vestido con un saco de patatas y con las plantas de los pies negras. Llegados a este punto ya da igual que sea el actor más reconocido del mundo, porque es difícil de diferenciar del viejo Bin Landen. Está claro que a Hollywood le gusta el oropel y la grandiosidad, no el polvo. Esto convierte su cine religioso en pura hipocresía. Por un lado tratan de mostrar la decadencia de las civilización pagana y el triunfo de los justos pero, en realidad, se sienten fascinados con el lujo y la gloria del mundo antiguo. Esto hace que los «modelos positivos», siempre gente que pasa hambre y huele mal, resulten, como mínimo, poco creíbles.

¿Hay, por tanto, un mensaje de lucha de clases? Yo diría que no.

Este largometraje ni siquiera vale como fábula sobre la libertad, ya que aparecen multitud de esclavos negros sobre los cuales nadie dice nada. La libertad que importa, claramente, es la propia y la de tu pueblo, los demás pueden irse a la porra.

Entonces, ¿cual es el tema principal del filme? ¿El enfrentamiento entre dos hombres que se han criado como hermanos? Tampoco diría que esto es cierto, puesto que es un asunto en el que se pone muy poco énfasis y, de hecho, Ramsés y Moisés no comparten demasiados momentos de camaradería antes del exilio de este último.

Una reflexión final: el antiguo Egipto es una época fascinante y me parece una pena que siempre que la hayamos disfrutado en cines, haya sido a través del retorcido prisma de los mitos hebreos. Pero, incluso aceptando estas historias como parte de nuestra cultura y sus relatos como una fuente interesante de conflictos e intrigas, incluso entonces, he de decir que ‘Exodus: Gods and Kings’ es un fracaso. Una película que no es ni buena, ni intrigante, ni divertida. Sólo recomendada para fans del género bíblico, si es que queda alguno.

exodus

Sinopsis Moisés se rebela contra el faraón Ramsés, liberando a miles de esclavos en una épica huida a través Egipto, en busca de la tierra prometida.
País Estados Unidos
Director Ridley Scott
Guión Steve Zaillian
Música Alberto Iglesias
Fotografía Dariusz Wolski
Reparto Christian Bale, Joel Edgerton, Aaron Paul, Sigourney Weaver, Ben Kingsley, Emun Elliott, John Turturro, María Valverde, Anton Alexander, Indira Varma, Ben Mendelsohn, Golshifteh Farahani, Hiam Abbass, Kevork Malikyan, Andrew Tarbet, Aaron Neil, Anna Savva, Barrie Martin, Gerard Monaco, Ghassan Massoud
Productora Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; Scott Free Productions / 20th Century Fox
Duración 151 min.
Género Aventuras
Título original Exodus: Gods and Kings
Estreno 05/12/2014

Trailer

Calificación4
4

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Enrique Dueñas

Enrique Dueñas , escritor y guionista, aficionado al género fantástico y la tarta de queso.

1 comments

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  1. Miguel P. 27 abril, 2015 at 17:49 Responder

    Bbájate del pony con el ego. Juzgar de forma tan liviana un buen año, o Prometeo (y tan liviana quiero decir sin ningún argumento o base) quita cualquier atisbo de dar valor serio a la columna. Pueden no ser clásicos, pero son peliculas mas que aceptables, sobre todo a good year, que si le tomas la línea argumental, y la entiendes en su motivación y esencia (a decir, una pelicula que habla sobre los cambios de rumbo en la vida, sobre el reencontrarse en lo importante, que muchas veces viene asociado a lo que en la infancia fue capaz de hacernos felices y con lo que en la vida moderna llamamos «exito»), se torna muy buena, como yo la valoro. Y si miras la crítica generalizada, así la reconocen, no un clásico, pero lejos de ser un bodrio, se vuelve algo de gustos. Y algo de gusto no merece la crítica fascistoide que te mandas en el primer párrafo. Saludos.

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