«Expediente Warren: El caso de Enfield abusa de la espectacularidad y el misterio, hasta dejar deformada lo que podría haber sido la realidad de los hechos.»
Acudo a ver esta segunda parte sin haber visto la anterior. Por tanto, visiono la película sin tener ni idea de lo que trata, y sin poder compararla con la primera parte. Veo que es una película de terror basada en hechos reales. A partir de este hecho, prosigo.
Debo decir que no soy fan de las películas de terror. Es decir, no me interesa el terror peliculero como único factor que justifique una obra. Entonces, y no me pregunten por qué, veo este tipo de películas riéndome. Quizá sea la edad. Ello quiere decir que para una persona que no haya visto ninguna película de terror, esta película puede suscitarle lo que pretende: terror. Sin embargo, habiendo visto El exorcista o Alien: el octavo pasajero, una película como Expediente Warren: El caso de Enfield (The Conjuring 2) queda como poca cosa. Sin embargo, hay maneras y estilo interesante en esta película de James Wan. Un colega que asistió a la sesión me comentó que la primera parte es mucho mejor. A por ella, pues.
Sigo. Expediente Warren: El caso de Enfield narra los acontecimientos paranormales acontecidos en Enfield, a tocar de Londres, durante la década de los 70. Se trataba de un poltergeist vivido por una familia, una madre y sus hijos, que es torturada por fenómenos paranormales de gran intensidad. Por tanto, estamos hablando de una película que podría ser valorada por el documento que deja para la posteridad.
Sin embargo, y siendo una película que se fundamenta en experiencias de la vida real, al menos, de la familia de Enfield, el resultado es que Expediente Warren: El caso de Enfield se pasa tres pueblos en cuanto a efectismo. Es decir, abusa de la espectacularidad y el misterio, hasta dejar deformada lo que podría haber sido la realidad de los hechos. Incluso la elección de los actores, todos muy guapamente cinematográficos, contradice la tipología real de los verdaderos protagonistas. Al final de la película, cuando se presentan los créditos, vemos fotografías de los verdaderos protagonistas. Me pregunto si no se podría haber hecho un casting más ajustado a la realidad. Ya no pregunto por la exageración de los efectos especiales, acaso porque sin ellos la película no aspiraría al éxito que pretende.
El director, James Wan, australiano de origen malasio, parece haberse especializado en cine de angustias. Si ello es así, me pone sobre aviso acerca de sus intenciones: entretener al espectador con emociones que generen ventas fácilmente. Es decir, procurarse un lugar en el terror peliculero y poca cosa más. De momento, y hasta que nuestro director no nos demuestre que para él hacer películas puede ser un motivo para transmitir valores, me quedo con la idea de que no pasa de ser un buen embaucador.
Un detalle que aparece en la película gracias a un televisor que está funcionando. Aparece ahí Margaret Thatcher proclamando ser la dama de hierro de occidente. Eso si que fue una escena de terror, que acabó desencadenando que nuestro mundo de hoy esté funcionando tal cual lo podemos constatar en nuestros terroríficos días presentes.
Sinopsis Secuela de la exitosa «Expediente Warren» (2013), que lleva de nuevo a la pantalla otro caso real de los expedientes de los renombrados demonólogos Ed y Lorraine Warren. En este caso ambos viajarán al norte de Londres para ayudar a una madre soltera que tiene a su cargo cuatro hijos y que vive sola con ellos en una casa plagada de espíritus malignos.
País Estados Unidos
Director James Wan
Guión Carey Hayes, Chad Hayes
Música Joseph Bishara
Fotografía Don Burgess
Reparto Vera Farmiga, Patrick Wilson, Frances O’Connor, Madison Wolfe, Lauren Esposito, Patrick McAuley, Benjamin Haigh, Maria Doyle Kennedy, Simon Delaney, Franka Potente, Simon McBurney
Productora Evergreen Media Group / New Line Cinema / The Safran Company
Género Terror
Duración 133 min.
Título original The Conjuring 2: The Enfield Poltergeist
Estreno 17/06/2016
Trailer
