Foxtrot (2017) de Samuel Maoz – Crítica – Actual 2018

«Foxtrot es un dramón rodado con tanto ingenio que es capaz de provocar la sonrisa del espectador mientras narra una historia tremendamente dura»

Foxtrot, segunda película proyectada en el Actual 2018, es un dramón rodado con tanto ingenio que es capaz de provocar la sonrisa del espectador mientras narra una historia tremendamente dura. Señores, preparaos para un batido de emociones dónde la pena, la pérdida y el duelo sobresaldrán por encima del resto.

Es la segunda película del director israelí Samuel Maoz, quien afirma que, si en sus películas critica a su país, es porque le preocupa y desea protegerlo. Es una crítica hecha, siempre, desde el amor. Su primera película, Lebanon (Líbano), con un tanque como único escenario, consiguió en el Festival de Venecia de 2009 el León de Oro a mejor película.

Foxtrot se trata de una coproducción entre Israel, Alemania, Francia y Suiza; que, resumiendo, muestra la realidad de la guerra: algunas personas mueren y sus familias quedan destrozadas. Con ella, Samuel Maoz ya ha conseguido el Gran Premio del Jurado del Festival de Venecia 2017 y el National Board of Review (NBR) al mejor film extranjero.

El film transcurre en Tel- Aviv, aunque poco dice del conflicto Palestino-Israelí. Está dividido en tres actos, los dos primeros superpuestos en el tiempo. Jonatán Feldman (Yonatan Sharay), un jóven recluta del ejército israelí, está muerto. Su madre Davra (Sarah Adler) se derrumba ante las noticias y es inmediatamente sedada. Su padre Michael (Lior el Ashkenaí) es invadido por la furia. Los militares les ayudan a preparar el funeral. Todo el acto está rodado en unos primeros planos centrados principalmente en ellos, los padres. El escenario no es más que el apartamento de los protagonistas.

De esto pasa a un segundo acto con planos amplios, que sitúan a Jonatán y tres jóvenes más en un puesto de control en una carretera en medio de la nada. Una vida aburrida en la que todos los días son iguales, hasta que un suceso lo cambia todo. El fox-trot significa «paso de zorro» y es un popular baile estadounidense. Quizá una de las partes más divertidas de la película tenga que ver con este baile que da nombre al film.

Finalmente, llegamos a un tercer acto que nos hace reflexionar sobre la familia. Es la parte más conmovedora. No puedo decir más, ya que Foxtrot es una historia que hay que ver y descubrir sin demasiada información previa.

Tiene un guión sencillo y consistente. Aunque lo más deslumbrante son esos planos de dimensiones perfectas, luz y color. Sin olvidar las excelentes interpretaciones de los protagonistas.

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Pilar Dones

Gran aficionada al cine, su especialidad son películas sociales y de animación.

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