«Es en el choque intercultural entre las protagonistas donde Recuerdos desde Fukushima encuentra su punto fuerte, en las enseñanzas que comparten desde la fricción»
Al hablar de memoria histórica el cine europeo continúa reflejando las carencias de siempre. El problema reside en su constante intento por complacer al gran público en lugar de limitarse a mostrar de forma desinteresada las causas y consecuencias de la catástrofe en cuestión. Y es que no hay nada más efectivo que contextualizar desde la tragedia para servir en bandeja una moraleja o un mensaje de optimismo que encaje con las expectativas de un espectador tolerante y benévolo.
Han pasado más de 70 años desde las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki y más de 30 desde el accidente de Chernobyl y pocos son los films que muestren con veracidad y crudeza las terribles consecuencias de un desastre nuclear. La mayoría de cineastas declinan el arduo trabajo de reconstruir y reflexionar a cambio del beneplácito y de la comodidad que asegura un puesto de honor en los festivales de turno. Empeñados en contar su historia y en agradar, echan por tierra cualquier trabajo previo de documentación o cualquier vía didáctica que pueda ofrecer la película sobre la tragedia humana.
Han pasado casi 7 años desde el accidente nuclear de Fukushima, un desastre que provocó la muerte de 19.000 personas y obligó a medio millón de ciudadanos a desplazarse de sus hogares. La cineasta alemana Doris Dörrie (Cerezos en flor, La Peluquera) nos muestra la historia de dos mujeres condenadas a entenderse por el trauma. Marie (Rosalie Thomas) decide realizar una labor solidaria en la región más afectada de Fukushima. Integrada en una asociación de clowns (Clowns4Help) trata de llevar algo de humor y alegría a las víctimas del desastre nuclear. Tras ver que la organización ha quedado reducida a dos personas y que su labor poco influye en las víctimas decide marcharse de nuevo a Alemania, abandonando así cualquier esperanza de encontrar la redención que buscaba desde su llegada. Pero antes de marcharse conoce a Satomi (Kaori Momoi), una superviviente del desastre, que le pide llevarla en coche a su antigua casa (ahora afectada por el desastre nuclear). Satomi es la última geisha de Fukushima, una anciana malhumorada que trata de escapar de un recuerdo muy doloroso acaecido durante el accidente. Juntas deberán superar el pasado que las persigue, aprendiendo la una de la otra a liberarse de los prejuicios y del dolor que las atrapa.
En este binomio del dolor, la balanza esta completamente descompensada, lo que acaba manifestando una mirada ingenua y despreocupada sobre el accidente nuclear. Marie y Satomi, a pesar de vivir ajenas al espacio y al tiempo, en un desierto físico y espiritual, encuentran su conexión en un dolor completamente distinto. El error de Dörrie es tratar de equiparar una pérdida amorosa con la muerte de casi 20.000 personas y querer que el público salga con un aire esperanzador de la sala. Todo es un sueño dice Satomi, marcada por la muerte de su alumna, un sueño del que Marie quiere despertar, pero a pesar de las apariciones fantasmales lynchianas, ninguna de las dos puede vivir dentro de la misma pesadilla. Es en el choque intercultural entre ambas donde Recuerdos desde Fukushima encuentra su punto fuerte, en las enseñanzas que comparten desde la fricción (como en la escena en la que Satomi le muestra cómo tomar el té al estilo japonés). El desastre como simple contexto narrativo desplaza completamente el valor de esta purga de demonios y fantasmas, sustituyendo equivocadamente el silencio por la palabra. Un film que debería trasladar un sentimiento de vacío y que tropieza en su búsqueda del perdón por darle corazón a algo que debería servir como punto de reflexión hacia el pasado. Lamentablemente, Dörrie le ha echado demasiado azúcar al té y el resultado final se siente más que nada empalagoso.
Sinopsis Una joven alemana entabla amistad con una mujer mayor japonesa durante un tour por la región de Fukushima, una zona afectada por el terremoto en del 2011 en Japón. Marie ha decidido viajar de Alemania a Fukushima para cambiar su vida. Con su trabajo en la organización Clowns4Help espera llevar un poco de esperanza a los supervivientes del desastre nuclear. Pronto se da cuenta que no está capacitada para hacer más llevadera la tragedia de los afectados. Pero en lugar de huir decide quedarse con la arisca anciana Satomi, la última geisha de Fukushima que decidió volver a su casa en ruinas en la antigua zona de exclusión. Dos mujeres totalmente diferentes pero que, cada una a su modo, están atrapadas en el pasado y deben aprender a liberarse de la culpa y de la carga de los recuerdos.
País Alemania
Dirección Doris Dörrie
Guion Doris Dörrie
Música Ulrike Haage
Fotografía Hanno Lentz
Reparto Rosalie Thomass, Kaori Momoi, Moshe Cohen, Nami Kamata, Aya Irizuki, Thomas Lettow
Género Drama
Duración 104 min.
Título original Grüße aus Fukushima
Estreno 29/12/2018