«Si gustará o no Regreso a Montauk dependerá de si el espectador está presto y bien inspirado para captarle los símbolos y las sutilidades que Volker Schlöndorff nos ofrece en cada diálogo, en cada escena, en cada detalle»
Por decirlo en corto, Montauk es un lugar en el que puede tener lugar un final de lo posible y un inicio de lo imposible. Montauk es la utopía. Y la utopía aquí es el deseo, por parte de un escritor maduro y en pleno éxito literario, de llegar a saber si lo que fue sin serlo del todo pudiera regenerarse para redondear lo iniciado, completarlo y llevarlo a mejor puerto. Es decir, la vieja historia del mito de Lot, que se convirtió en estatua de sal cuando miraba para atrás. En este caso, el asunto es amoroso. Vayamos por partes.
Max Zorn (Stellan Skarsgärd) es un escritor europeo que está alcanzando el éxito en plena madurez tardía. El libro con el que está de gira por New York se llama El Cazador Cazado, que es todo un presagio de lo que luego veremos en la pantalla. Acude a esta gira con su actual mujer (Susanne Wolff). También aparece la figura de quien le lleva los asuntos de prensa y demás (Isi Laborde), además de otros personajes que me ahorraré detallar. Y finalmente, una mujer (Nina Hoss), residente en la ciudad, acaso el ser que representa lo mejor y lo peor en la vida de Max, su gozo y su sufrimiento, el cielo y el infierno, la representación del quiero y no puedo (o viceversa), lo que pudo ser y no fue, y lo que ojalá pudiera llegar a ser.
La historia podría parecer un ajuste de cuentas entre personas que se han amado en diferentes épocas de la vida. Así, por ejemplo, lo vemos en los diálogos que establece Max con cada una de ellas. Sin embargo, valorar esta película por lo que literalmente nos cuenta supondría perdérnosla. Esto lo digo porque intuyo que al director, el gran Volker Schlöndorff, se ha visto capturado por la formalidad en la forma de narrar la madeja emocional que lía las vidas de los protagonistas. Es decir, lo que Regreso a Montauk cuenta no tiene interés en el sentido literal. De ser así, nos veríamos cayendo en tópicos sobre la masculinidad, la feminidad y los contrastes entre ambos géneros. Sin embargo, Volker juega con símbolos, parábolas, coincidencias y demás pistas sutiles (por ejemplo, la del título del libro). También resulta muy sutil que el protagonista sea escritor y su oponente femenina (Nina Hoss), abogada. No es casual. El escritor fabula, y lo hace incluso en su vida, hasta tal punto que parecería que pudiera convertirse en un personaje más de la novela que es su existencia. Max quisiera que su vida pudiera controlarse, encaminarse, troquelarse o hacerse reversible como él hace con sus novelas. De ahí que sea fácil deducir que a Max le interesa la vida en la medida en que quisiera poder proyectar sobre ella sus anhelos o sus ideales. En una novela hay un inicio, un desarrollo y un desenlace, cosa que muy a menudo la vida no nos ofrece. Por otro lado, Nina es abogada, quiere justicia, no ilusión por aquel mundo perdido (simbolizado en esa utopía que es Montauk). Así, pues, tenemos ante nosotros el reencuentro y la esperanza, por un lado, y un verificar que lo que se siente por el otro es real y justo.
Me ha gustado Regreso a Montauk por varias razones: por la dirección, por el ritmo, por el guión, por la interpretación. Es una película que lo tiene todo y no le falta de nada. Y si le falta algo, que yo creo que sí, giraría en torno a que la vertiente simbólica está ocultada por una exposición excesivamente formal en cuanto a narración de los hechos. O, diciéndolo de otro modo, a Regreso a Montauk le habría hecho falta un elemento más surrealista o disruptivo en la forma de narrar, que desafiara al espectador a penetrar en las dimensiones simbólicas y oníricas, que las hay. Pero eso va a gustos… y de si el espectador está presto y bien inspirado el día que acuda a ver esta película y captarle los símbolos y las sutilidades que Volker Schlöndorff nos ofrece en cada diálogo, en cada escena, en cada detalle.
Sinopsis El escritor Max Zorn llega a Nueva York para promocionar su última novela. Su joven esposa Clara lleva allí ya unos meses para contribuir a la publicación del libro en los Estados Unidos. En su novela, Max cuenta el fracaso de una pasión en esta ciudad, hace 17 años. Casi por azar vuelve a ver a Rebecca, la mujer en cuestión. Originaria de Alemania del Este, se ha convertido en una brillante abogada y vive desde hace 20 años en Nueva York. Ellos deciden pasar un fin de semana juntos en Montauk.
País Alemania
Director Volker Schlöndorff
Guion Volker Schlöndorff y Colm Tóibín
Música Max Richter, Thomas Bartlett, Caoimhin O’Raghallaigh
Fotografía Jérôme Alméras
Reparto Stellan Skarsgård, Nina Hoss, Niels Arestrup, Robert Seeliger, Susanne Wolff, Ray Wiederhold, Olga Lezhneva
Género Romance
Duración 106 min.
Título original Rückkehr nach Montauk
Estreno 04/08/2017