San Sebastián 2019: Zeroville, potencial desperdiciado

Zeroville

Zeroville hará que muchos se lamenten por lo que es y por lo que podría haber sido.

Corre el año 1969, época dorada del cine Hollywoodiense y del Star System. Ike Jerome llega a Los Ángeles en el momento más determinante, cuando las grandes estrellas del cine que conocemos empiezan a rodar sus obras más esplendorosas, esas que hemos catalogado como “Cine de culto”.

Sin juzgar a la película por el libro que lo precede – bautizado con el mismo nombre –, cabe decir que Zeroville pretendía alcanzar un objetivo que no llega a cumplir. Es quizá la ambición del director la que condena a su propia película, pero lo que está claro es que la película finalizará con una sensación que llevará al espectador a formular un “… ¿y ya está?”.

Bajo mi punto de vista, la cinta cumple con ciertas promesas, pero hay otras – quizá las más importantes – con las que se queda muy corto.

Empezando con lo que funciona, Zeroville es una película muy divertida, plagada de citas y referencias relacionadas con la historia del cine. Figuras muy conocidas, como George Lucas o Polanski, tienen sus cameos de una forma poco ortodoxa pero interesante, algo que hará que los más cinéfilos se enrolen en la trama con más facilidad.

Es quizá la ambición del director la que condena a su propia película.

Para mi gusto, el personaje de Seth Rogen es el que mejor funciona, el que mejor conecta a los personajes y el que mejor conecta las citas y referencias. Sin embargo, es una lástima que ahí se quede. Porque lejos de su sentido del humor tan característico, aterriza en la historia para relanzar a Ike a otros departamentos dentro de la creación cinematográfica.

Este Ike Jerome, interpretado por James Franco, experimenta un viaje un tanto surrealista. En un abrir y cerrar de ojos, pasa de ser un mero constructor de decorados a uno de los montadores más prestigiosos de la ciudad del cine. Tan pronto coincide con una prestigiosa figura de la edición de vídeo, tan pronto ésta lo acoge y adiestra como su madrina; tan pronto aprende los entresijos del montaje, tan pronto lo contratan para una superproducción: quizá se sienta tan forzado y poco realista por una mala ejecución de las elipsis, pero, lo que está claro, es que Ike Jerome logra vivir el sueño de cualquier profesional que se dedique a la industria del cine.

En cuanto a su idiosincrasia, Ike no destaca por un carisma arrollador. Juntándose con personajes como el de Seth Rogen, éste pasa a un segundo plano. Y cuando la siguiente secuencia nos lo arrebata, sentimos que algo falta en la película, aunque el mismo Ike esté presente en la pantalla. Son pecados que, de la misma manera, condenan también al personaje Megan Fox.

Para concluir, la historia es muy interesante y podría haber salido algo extremadamente sobresaliente de ella. Pero, de esta forma o de la otra, Zeroville se queda en una cinta para pasar el rato; una cinta que hará que muchos se lamenten por lo que es y por lo que hubiera podido haber sido.

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Sinopsis Ambientada en 1969, trata sobre Ike Jerome, un estudiante que llega a Hollywood obsesionado con entrar en la industria del cine, introduciéndose de este modo en un mundo de sexo y drogas.
País Estados Unidos
Dirección James Franco
Guion Paul Felten, Ian Olds
Música Johnny Jewel
Fotografía Bruce Thierry Cheung
Reparto James Franco, Megan Fox, Seth Rogen, Will Ferrell, Dave Franco, Joey King, Danny McBride, Thomas Ian Nicholas, Craig Robinson, Jacki Weaver, Horatio Sanz, Mia Serafino
Género Comedia
Duración 96 min.
Título original Zeroville

Calificación6.5
6.5

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