En tránsito (2018), de Christian Petzold – Crítica

En tránsito

Como si el presente fuese una resonancia del pasado, En tránsito traslada el nazismo a la Marsella actual. Un lugar congelado en el tiempo donde muchos refugiados de la Segunda Guerra Mundial fueron acogidos, donde Christian Petzold filma un canto a no olvidar.

¿Quién olvida antes, el abandonado o el que abandona? En 1941, Anna Seghers huyó desde Marsella hasta Ciudad de México. Para llegar a su destino, los visados de tránsito fueron imprescindibles para pasar por Martinica, Nueva York y Veracruz. Una experiencia personal que desembocó en la novela “Transit” (1942), en la cual un joven escapa de un campo de concentración y emprende una travesía de supervivencia. Historia de una ocupación no tan lejana y que dirige a la interrogación inicial. Actualmente, el olvido es patente y la ceguera es aceptada. Un pasado que se repite cíclicamente, quedando testimonios que nos hacen abrir los ojos. Si la literatura es uno de ellos, el cine también se presenta como reflejo indispensable. El libro de Anna Seghers era un vínculo de amistad entre los cineastas Christian Petzold y Harun Farocki, una novela que consideraban imprescindible e imposible de trasladar a la gran pantalla. No obstante, en En tránsito (2018) un hombre escapa a Francia tras la invasión nazi y queda atrapado en Marsella, donde el mar ejerce de muro insalvable. Las palabras de Seghers por fin se habían trasladado a imágenes, pero no a cualquier precio. Cuando observamos a Georg correr para confundir a los fascistas, sus vehículos nos causan extrañeza, su indumentaria es cercana. En la adaptación de Petzold, el relato transcurre en la actualidad. De esta manera, el largometraje se asienta sobre una valiente e original propuesta conceptual que amplifica las resonancias históricas de los refugiados. Al experimentar con la narración temporal, sus imágenes cobran fuerza y congelan hechos en los que nuestra especie no parece parar de tropezar. A lo largo de En tránsito, los papeles definen tu identidad y deciden tu camino. Un infierno terrenal plasmado con coraje por el director alemán, aunque el resultado final termine siendo excesivamente templado y forzado. Un drama atemporal que, como gran mérito, sigue noblemente la intención de Seghers. No olvidar.

Antes de partir a Marsella, Georg tiene la misión de entregar unas cartas a un escritor. Misivas que nunca llegarán a su destinatario, descubriendo que se ha suicidado en su lúgubre habitación de hotel. Como consecuencia, el tren con destino a la ciudad francesa se completa con los escritos de Weidel. Entre los documentos que Georg decide llevar consigo se encuentra un manuscrito, algunas cartas y las notas administrativas necesarias para conseguir una codiciada visa para México. En definitiva, toda una vida y una identidad. Un nombre que la nebulosa de obstáculos le llevará a adoptar. Sin embargo, al apoderarse del mismo y sus valores inherentes, también acaba absorbiendo sus sentimientos. Al leer las correspondencias entre él y su esposa, el amor ajeno sirve de oasis en una existencia sin quietud. La idea de una mujer llamada Marie va conquistando su mente. Nace una relación profunda sin haberse ni siquiera conocido, se establece el tablero de un juego de intriga. En los hoteles se registran nombres falsos, en los restaurantes comen siempre en alerta y en las calles pasean fantasmas; pues la guerra ha destruido identidades y dejado rostros vacíos. En ese ambiente donde vagan personajes etéreos, En tránsito se desenrolla desde la propuesta histórica al romanticismo, siempre cargado de un aura de clasicismo. Lo que debería ser una narración fluida y rematada con un catártico final, resulta en una obra fallida al anteponer la apuesta formal a la emoción, asfixiando en última instancia al espectador. Sin lugar a dudas, el aspecto más relevante del largometraje es instaurar la historia en el presente debido al reto que le supone al público aprender a mirar esas imágenes y devenir en un visionado muy personal. Una libertad e intrépida concesión a la audiencia erosionadas por lo forzado la evolución del relato sin llegar a conseguir un anclaje emocional resistente. Como ejemplo más claro de los múltiples problemas de En tránsito tenemos una omnipresente voz en off. Un recurso del que el cineasta conoce sus riesgos, por lo que decide que el narrador sea el dueño de un bar ajeno a los protagonistas. Una vuelta de tuerca a su uso convencional que no logra sobreponerse al continuo subrayado, suponiendo una importante losa para entrar la película. Barreras que el propio Petzold levanta, negándonos el permiso para disfrutar plenamente de su viaje emocional.

Con los barcos como ingenua escapatoria, en la mesa de Georg se acaban por amontonar papeles que no le dejan avanzar. Cartas de amor de desconocidos cuya tinta parece propia; permisos de tránsito que contradicen su naturaleza y sólo paralizan. Una cara personal y otra administrativa de Georg, mas podría ser de cualquier otro refugiado. La Historia se repite y En tránsito manda un rotundo mensaje político. Por ello, es una lástima que su excesiva ambición formal hunda el proyecto y anule el impacto anímico. No obstante, junto a la dirección artística, cabe destacar la interpretación de un enigmático y siempre en ebullición interior Franz Rogowski, ganador del Premio Lola al mejor actor por In the Aisles (2018). Atracción no acompasada con la actuación de su compañera Paula Beer debido a las visibles costuras del guion; pues pese a su juventud, su talento ya ha sido probado. Si estos dos intérpretes encabezarán parte del futuro del cine alemán, En tránsito no logrará perdurar en el tiempo. Sólo queda no olvidar cuando fuimos abandonados y aprender el significado de esa acción.


Sinopsis Un hombre se va a Francia tras la invasión nazi y adopta la identidad de un escritor muerto del que tiene los papeles. Atrapado en Marsella, allí conocerá a una joven que busca desesperadamente al hombre a quien ama.
País Alemania
Dirección Christian Petzold
Guion Christian Petzold
Música Stefan Will
Fotografía Hans Fromm
Reparto Franz Rogowski, Paula Beer, Godehard Giese, Lilien Batman, Maryam Zaree, Barbara Auer, Matthias Brandt, Sebastian Hülk, Emilie de Preissac, Antoine Oppenheim
Género Drama
Duración 101 min.
Título original Transit
Estreno 15/06/2018

Calificación5
5

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Carlos Chaparro

Estudió Comunicación Audiovisual, permitiéndole trabajar en su pasión: el cine. Un amor incondicional que nació al descubrir a Patricia y Michel paseando por los Campos Elíseos.

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