Escape Room (2019) de Adam Robitel – Crítica

Escape Room

«La similitudes con Saw o Cube son tan flagrantes que uno tiene la sensación de que está viendo un montaje de youtube»

Vivimos en un tiempo histórico que no precisamente se caracteriza por su explosión creativa, y esa carencia de inventiva está presente en todos los campos artísticos e intelectuales. Sin embargo, de vez en vez aparecen ciertas películas de enorme calidad narrativa y técnica, cintas que serán consideradas por muchos como films de culto, representativas para un pequeño y curioso número de personas. Pues bien, Escape Room no es esa película.

Los primeros quince minutos de metraje son, sin ningún tipo de autocensura, realmente entretenidos y bien construidos narrativamente. Lo que ocurre es que ya lo hemos visto antes, sobre todo los que venimos de la cultura cinematográfica de los 80 y los 90. Nada más comenzar, Escape Room presenta a sus personajes recibiendo un enigmático cubo un tanto especial, con claras alusiones (que no influencias) a Hellreiser, (Clive Barker. 1987), La cabaña en el Bosque (Drew Goddard. 2012) o incluso House on Hunted Hill (William Malone. 1999) en el modo en que organiza la manera en que todos ellos acaban en la sala de un edificio misterioso sin saber que hacer a continuación. Puedo incluso remontarme a la española El Método (Marcelo Piñeyro. 2005) como paralelismo lógico. Y es que, si alguna vez viste La Habitación de Fermat y Cube, ya has visto Escape Room.

Cinco jóvenes son los elegidos por algo o alguien que les envía a sus casas un cubo con diseño hipergaláctico. Una vez descubierto el mensaje, todos ellos acaban atrapados en una sala de espera. A continuación deberán escapar.

Si alguna vez viste La Habitación de Fermat y Cube, ya has visto Escape Room.

Uno de los atractivos que usan en estos primeros minutos son elementos científicos, como el efecto zenón cuántico y la escalera de Escher, que utilizan al final en una especie de justificación ex-machina. Ambos argumentos acaban en un olvidadero, en favor de unas pruebas que parecen diseñadas por el primo hippie de Jigsaw.

Cada intento de comunicación de Escape Room a través del guión y la imagen me recordaba a más y más películas, tratándose, a todas luces, de una película de películas de forma deliberada. La similitudes con Saw, (James Wan. 2005), El Examen (Stuart Hazeldine. 2010) y la madre de las salas de tortura Cube (Vicenzo Natali.1998) son tan flagrantes que uno tiene la sensación de que está viendo un montaje de youtube.

El desenlace del film está directamente extraído de las ideas de Cube Zero(Ernie Barbarash. 2004). La conspiración, el sentido de la vida y la manía de dar lecciones a los demás a través de la ultraviolencia es la conclusión última de una película con un final que no debería existir. La sensación de que Escape Room será convertida en una saga más larga que capítulos tiene Cuéntame se hacía más presente según alargaban injustificadamente los minutos finales.

Un título atractivo, un poco de testosterona, unos trucos FX y una buena campaña de publicidad es suficiente para hablar de Escape Room, pero como dijo aquél: mejor que no hablen de uno a que hablen mal. ¿O era al revés?


Sinopsis Seis desconocidos se encuentran en una habitación mortal en la que deberán usar su ingenio para sobrevivir.
País Estados Unidos
Dirección Adam Robitel
Guion Maria Melnik y Bragi F. Schut
Música John Carey y Brian Tyler
Fotografía Marc Spicer
Reparto Taylor Russell, Deborah Ann Woll, Logan Miller, Tyler Labine, Jay Ellis, Nik Dodani, Adam Robitel, Kenneth Fok, Jessica Sutton, Vere Tindale
Género Terror
Duración 99 min.
Título original Escape Room
Estreno 15/03/2019

Calificación4.5
4.5

Share this post

Santiago Jurado

Natal de Madrid (1984). Pedagogo, Dromomaníaco y coordinador de Proyectos educativos. Interesado en las herramientas visuales como agente didáctico en las aulas. Estudié guión de cine en Fuentetaja Literaria y diseño con 3DStudio Max en el centro Nuevas Tecnologías de Madrid. Practicante de Yoga, Mindfulness y Senderismo. Adoro los movimientos contraculturales, la escritura no lineal, el baile improvisado y la naturaleza salvaje.

No existen comentarios

Añade el tuyo