Fourteen (2019), de Dan Sallitt – Crítica

Fourteen es un film pequeño, con el que resulta relativamente fácil empatizar. Sin embargo, el espectador corre el peligro de distanciarse de manera inevitable.

Todos cambiamos con el tiempo. Aunque nos digamos a nosotros mismos que no, que seguimos siendo aquél joven idealista, con cientos de sueños y ganas de comerse el mundo, lo cierto es que, (des)afortunadamente, el paso de los años suele cambiar nuestra forma de ver el mundo, acentuando nuestro sentido de la responsabilidad y volviéndonos más terrenales, más pragmáticos y, por qué no decirlo, menos aventureros.

Pero, ¿qué pasa con aquellos que permanecen inalterables una vez dejada atrás la juventud? Personas que no saben, no pueden o no quieren (que también las hay) interpretar el papel de adulto. Que siguen jugando de la misma forma una vez cambiadas las reglas del juego.

Fourteen nos presenta a dos amigas, unidas desde la adolescencia, que ven cómo su relación va deteriorándose por encontrarse en diferentes etapas vitales. Mientras Mara aspira a mejorar su precaria situación laboral, Jo parece empeñada en culpar a los demás de sus continuos despidos. Aunque ambas encadenan varias parejas, Mara parece no resignarse a encontrar a su media naranja, mientras que Jo ve cómo todas sus relaciones terminan por su inestabilidad emocional. Cuando Jo tiene un problema, allí esta Mara dispuesta a echar un cable. Una parece encontrarse a las puertas de encontrar su gran oportunidad laboral, el amor de su vida y formar una familia mientras la otra sigue anclada en los catorce años.

El atractivo punto de partida, sin embargo, se ve lastrado por algunos de los sospechosos habituales de muchas producciones independientes.

Dan Sallit, crítico de cine reconvertido en cineasta indie, presenta una obra fiel a sus principios: puesta en escena austera y cámara fija, dejando que sean las actrices quienes lleven el peso de la película. Tallie Medel, quien ya trabajara con Sallit en The Unspeakable Act, interpreta, sin alardes, a la prudente Mara. Desde su punto de vista asistimos a la caótica situación en la que se encuentra Jo, a la que da vida Norma Kuhling, la cual logra destacar sobre su compañera de reparto, quizá también ayudada por un personaje más dado al lucimiento.

El atractivo punto de partida, sin embargo, se ve lastrado por algunos de los sospechosos habituales de muchas producciones independientes. A saber: diálogos pomposos y artificiales, planos alargados en exceso (destaca, para mal, uno de casi ¡3 minutos! en el que vemos la llegada de un tren y la salida escalonada de los pasajeros), actuaciones anodinas (a excepción de la citada Norma Kuhling) e idea inicial que daba para mucho más.

Fourteen es un film pequeño, con el que resulta relativamente fácil empatizar (todos somos, o hemos sido, bien como Mara, bien como Jo) pero que no logra enganchar. Destaca por el uso de las elipsis, por tratar un tema mundano pero igual interesante (una gran amistad rota por el paso del tiempo) pero en la que el espectador corre el peligro de, al igual de lo que sucede entre Mara y Jo, distanciarse de manera inevitable debido a su falta de conexión.


Sinopsis En el transcurso de una década, la joven Jo se vuelve cada vez más disfuncional. Su amiga Mara, de carácter más estable, desarrolla su vida mientras contempla el inexorable proceso.
País Estados Unidos
Dirección Dan Sallitt
Guion Dan Sallitt
Fotografía Christopher Messina
Reparto Tallie Medel, Norma Kuhling, Lorelei Romani, C. Mason Wells, Dylan McCormick, Kolyn Brown, Willy McGee, Scott Friend, Evan Davis, Ben Sloane, Caroline Luft, Strawn Bovee
Género Drama
Duración 94 min.
Título original Fourteen
Estreno 08/11/2019

Calificación5.5
5.5

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Guillermo Gil Gómez

Técnico Superior en Realización de Audiovisuales y Espectáculos y graduado en Periodismo. Entre mis aficiones están el cine, los videojuegos y viajar. Podéis leerme también en mi blog personal, Cámara Subjetivo

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